Aunque nacer en Argentina le ha hecho no perder el acento, Natalia Pérez (@natypenadas) lleva viviendo en Bilbao desde el año 2001. Su pasión por el audiovisual, siempre ha tenido más que ver con la parte de audio y menos por la de visual. Sobretodo por su grupo Penadas por la Ley, que lleva 27 años viajando con su música. Sin embargo, su aterrizaje en la ciudad vasca le permitió seguir formándose en lo audiovisual. Estudiar telecomunicaciones y conocer a Alba Vidal (@koalarabioso), su socia actual en Koalak Studios.
Lo que comenzó con un canal de Youtube, acabó creando una comunidad de interés en torno a temas de activismo: «fue una época bonita porque por aquel entonces no estaban metidas las empresas y no se mermaba tanto el contenido como ahora». ¿Y ahora? Nos cuenta cómo se funda una empresa digital como Koalak Studios.
¿Cómo nace Koalak Studios?
Nace de la experiencia que yo tenía con mi grupo: Penadas por la Ley, hemos sido uno de los primeros grupos de mujeres punk en grabar un disco, y de cómo cuando haces algo que te apasiona te cuesta mucho darle valor.
Yo veía que Alba estaba constantemente creando contenido y haciendo cosas chulas de activismo. Documentándose para hacer vídeos de temas, como por ejemplo teoría Queer.
«trabajamos con empresas que quieren contar su historia y les acompañamos en ese proceso, pero siempre trabajando en valores»
Contactaban con nosotras empresas, pero tampoco teníamos esa experiencia para poder poner un precio a nuestro trabajo. Es algo que no existía. Nos hemos inventado nuestro trabajo (risas). Con los riesgos que eso implica, pero sin miedo. Con muchísima ilusión porque, al fin y al cabo, no tienes nada que perder.
Le hemos puesto Koalak Studios porque Alba en las redes es Koala Rabioso y ahora nos llaman las Koalas.
En enero haremos 4 años con el estudio y estamos muy contentas. Hemos aprendido mucho y hemos terminado haciendo actividades que no pensamos que haríamos cuando comenzamos con el estudio.
Trabajamos con empresas que quieren contar su historia y les acompañamos en ese proceso, pero siempre trabajando en valores. Siempre hay algo que se puede aportar.
También hemos hecho un festival en 2016, cuando empezó e estudio. A través de un proceso de participación ciudadana, decidimos hacer un festival de personas que crean en digital. Este año ha sido la cuarta edición. Se llama Bilbao You Week y ya es un festival referente a nivel nacional.
Hemos tenido la suerte de conocer a mucha gente y de que vengan a Bilbao a contar un poco su historia.
Se hacen workshops, shows, mesas redondas de debate sobre diferentes temas, mucho activismo… así que era algo que no pensábamos hacer y que empezamos con mucha ilusión y mucha inexperiencia en 2016 y que poco a poco ha ido mejorando.
El mundo digital va cada vez más rápido. De lo último que hayas visto de estrategias audiovisuales digitales ¿Algo que te haya llamado la atención?
Invertimos mucho tiempo en seguir formándonos, en seguir aprendiendo de las nuevas herramientas que van surgiendo. Sobretodo porque te dan una riqueza brutal a la hora de crear contenido.
«creo que no hemos aprendido a gestionar bien las herramientas que tenemos y hay mucha gente que se frustra»
Por ejemplo los temas relacionados con la realidad virtual nos llaman mucho la atención. Hemos hecho algunos vídeos de 360º. Ir permitiendo esa posibilidad a las personas, de estar dentro o poder navegar dentro del vídeo nos parece súper potente.
Para una música y técnica de sonido, entre tú y yo: nadie piensa en el sonido…
(Risas) Sí, es curioso porque en audiovisuales la palabra «audio» está delante. Es un detalle que no se tiene en cuenta y que luego puede dar muchos problemas.
Vas a grabar a la calle y hay ruidos, hay frecuencias que son más difíciles de captar según el micrófono que tengas y al final suele dar bastante guerra. Puedes llegar a tener un audio que no te valga para nada.
Pero hay mucho material en Youtube que te orienta sobre cómo hacerlo mejor y sobre todo tenemos acceso a diferentes herramientas que nos permiten captar de mejor manera lo que hacemos.
Las redes sociales ¿Somos optimistas o negativas?
Hay que mirar las cosas con objetividad. Al fin y al cabo las redes sociales son herramientas que nos pueden poner en contacto con personas de todo el mundo y eso es muy potente. Por ejemplo, cuando empecé con mi grupo en los 90 no tenía esa herramienta. Todo iba mucho más lento.
Esa posibilidad de poder acceder a todo el mundo a través de un clic me parece maravilloso y es fantástico. Pero también hay que saber gestionarlo. Creo que no hemos aprendido a gestionar bien las herramientas que tenemos y eso es lo que nos está pasando, que hay mucha gente que se frustra.
«Calidad no va con cantidad y el contenido es bastante importante»
Hay que tener una buena gestión y eso nadie nos enseña. Es importante que se brinden herramientas para poder gestionarlas bien. Y esto ya no lo digo a nivel de emprendimiento sino a nivel de personas jóvenes.
Hacemos bastantes talleres con personas jóvenes para enseñarles cómo es un proceso narrativo. Todo el trabajo que hay detrás de un vídeo. Las personas alucinan.
Lo más curioso es que siempre empezamos trabajando en una conversación donde preguntamos qué es lo que consumen en digital y por qué. El por qué siempre está relacionado con un «porque tienen muchísimos seguidores» y en ese punto es un poco triste que estemos transmitiendo eso.
Calidad no va con cantidad y el contenido es bastante importante. Falta un poco de sustancia y en eso creo que somos un poco responsables.
Penadas por la ley, ¿dónde queda la libertad de expresión en la música?
Justamente nuestro último disco se llama «Malos tiempos para la libertad». Es de 2017 y la verdad es que hasta 2019 hemos ido hacia atrás, más de lo que se pensaba.
Estamos viviendo malos tiempos para la libertad en general. de hecho, vemos cómo formaciones de extrema derecha se pueden presentar a elecciones libremente y es una corriente que se da en todo el mundo.
Creo que va de la mano de la economía y de cómo gobierna el dinero. Hoy por hoy es más descarado. La gente ahora no tiene reparo en presentarse y decirlo abiertamente.
Además, no recibe ningún tipo de castigo. Una persona puede decir que odia a otra por su orientación sexual y no pasa nada. Sin embargo, si dices algo del rey, te condenan. Vivimos una privación de nuestras libertades. La Ley Mordaza es algo que tenía que estar ya totalmente abolida.
Nos gusta que nuestros entrevistados nos recomienden más talento…
Os recomendamos a una cooperativa que hacen un festival de series digitales en Bilbao que es el Bilbao Seriesland y además hacen series digitales. Son una pareja, Oliver (Mend) y Rose (Dolls) y además tienen una asociación cultural.
Dos personas creativas, jóvenes y que han empezado desde la universidad a hacer series y ahora están recorriendo casi todo el mundo mostrando lo que hacen con los recursos que tienen. Somos como empresas hermanas.
¿Más de Cultura y menos de qué?
Y menos de fascismo. Por supuesto.
Deja tu comentario