Negu hurbilak, la primera película de Colectivo Negu, ha recibido la Mención del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Locarno, donde participaba en la sección Cineasti del Presente (especializada en descubrir talentos emergentes).
Negu hurbilak es una película que habla sobre el aislamiento, la espera y el eterno anhelo de identidad, y narra la historia de una huida. Rodada en la localidad navarra de Zubieta, algunos de sus vecinos forman parte del elenco de actores. Junto a ellos, la película cuenta con Jone Laspiur (Premio Goya a la mejor actriz revelación por Ane – 2021), en el papel de la joven protagonista, como única actriz profesional.
Como explican los integrantes del Colectivo Negu, este reconocimiento del jurado es «la forma de redondear la experiencia de estos días. Estar aquí ya era un premio y el apoyo que nos ha dado el festival es excepcional. Presentar nuestro primer trabajo aquí era algo increíble, y aún más increíble es volver ahora a casa con este reconocimiento. Nos va a abrir muchas puertas de cara al futuro».
El Colectivo Negu está formado por los directores Ekain Albite, Mikel Ibarguren, Nicolau Mallofré y Adrià Roca. Negu hurbilak es una producción conjunta de Maluta* Films y Cornelius Films. Distribución y ventas internacionales de Begin Again Films.
Tras participar en las secciones de industria del D ‘A Film Festival y de L’Alternativa en Barcelona, el Festival REC de Tarragona, el Semilleru LAB de Gijón o el Atlàntida Film Fest de Palma, Negu hurbilak ha recibido la Mención Especial del Jurando en el Festival Internacional de Cine de Locarno (Suiza).
Sobre la película Negu hurbilak
En 2011 el prolongado conflicto que vive el País Vasco parece llegar a su fin. Una joven huye con un claro objetivo: cruzar la frontera, la “muga”, porque sabe que eso la podrá llevar lejos de su lugar de origen, de su casa, donde ya no está segura. En medio de su huida llega a Zubieta, un pueblo fronterizo donde antiguos mitos y conflictos modernos parecen converger. Escondida en la buhardilla de una de las casas del pueblo empieza a observar una cotidianidad aparentemente inmóvil como la piedra.
Con el paso del tiempo, un tiempo difuso e indefinido, donde los días se convierten en noches y las noches en días, su huida comienza a ser cada vez más densa y laberíntica.
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