Hoy vamos a hablar de Expediente X, así que voy a poneros en situación: Almería, marzo de 1993 y Tele5 como única propuesta cultural en el salón de la casa familiar tras la cena. La cosa no pintaba nada bien, y menos para una adolescente cuyos únicos intereses en ese momento eran las novelas históricas, las comedias románticas y el baloncesto.
De repente, y tras 25 minutos de anuncios (algunas cosas no cambian…), comienza la serie “de miedo” de la que llevan hablando hace semanas: Expediente X. Al parecer es todo un éxito en medio mundo, o eso dice la Súper Pop, y sus protagonistas son portada permanente de la Tele Indiscreta, desde que se anunció su emisión en España.
Protagonizada por Gillian Anderson y David Duchovny, como los agentes del FBI Dana Scully y Fox Mulder, la serie quería contar cómo investigaban los federales estadounidenses todo tipo de hechos inexplicables. Al parecer, el creador de la serie, Chris Carter, leyó un curioso informe policial, en el que se explicaba que nada menos que cuatro millones de americanos aseguraban haber sido abducidos por extraterrestres. Viendo el presidente que tienen ahora, podría ser cierto.
La serie que cambió la televisión
Esa adolescente no sabía en ese momento que Expediente X cambiaría su vida, y la de muchas otras adolescentes de los 90, que por fin encontrarían en la televisión un referente femenino más allá de las Mama Chicho, y un protagonista masculino, que no necesitaba de su testosterona para destacar. Todo un descubrimiento para una generación de niñas que habían crecido viendo series como “El equipo A”, “El coche fantástico” o “Los vigilantes de la playa”, y cuyas heroínas más importantes eran Ángela Channing de “Falcon Crest”, y Diana de “V”, dos autenticas psicópatas de manual.
De esto hace ya más de 25 años, y esta serie original de Fox sigue siendo una de las más premiadas de la historia de la televisión (5 Globos de Oro y más de 90 premios televisivos). Siendo Chris Carter, el padre “creativo” de señores como Joss Wheedon, Damon Lindelof, o JJ Abrams. Sin Expediente X no existirían series como “Buffy, cazavampiros”, “Fringe”, “Lost”, “Millenium”, “Supernatural”, “The leftlovers”, “Devs”…, pues todos ellos pasaron por Expediente X como guionistas. Menuda academia de talentos.
Y aunque lo pueda parecer, Expediente X no fue la primera serie de televisión que hablaba sobre lo paranormal, sobre extraterrestres, o sobre monstruos. Pero sí fue la primera que se lo tomó en serio. La manera en que se planteaban los casos de Mulder y Scully era desde un punto de vista realista, no sobrenatural. Sí, pasaban cosas inexplicables, pero se trataba de explicarlas, y nunca eran tan descabelladas como para que no pasara por tu cabeza, aunque solo fuera por un segundo, que todo eso podría ocurrir o haber ocurrido en algún momento. Expediente X renunció a lo fantástico, al fantasma clásico, para hacernos creer en lo imposible, siempre con la ciencia como principal antagonista, y la verdad como objetivo.
Pero la serie no sólo innovó en el contenido, hizo mucho más. Hasta ese momento las series de investigación estaban compuestas por capítulos auto conclusivos, es decir, te contaban una historia de principio a fin en cada capítulo. Como ejemplos claros de esto, son series como “CSI”o “Se ha escrito un crimen”. Expediente X lo cambió todo, y para siempre. Efectivamente, proponía un caso diferente cada vez, los monstruos de la semana, pero, además, planteó desde el primer capítulo una gran trama principal, que era la que realmente acababa enganchándote, y que iba avanzando a lo largo de cada temporada. Y si a eso le añadías el componente de “tensión sexual no resuelta”, a lo “Luz de luna”, pues ya lo tenías.
Cuesta hoy en día ver una serie de ciencia ficción tan bien construida, unos guiones tan solventes, unos protagonistas tan bien armados, y unos secundarios de lujo (ay, ese smoking man…). Y tanto era así, que fue capaz de mezclar géneros, incluida la comedia, consiguiendo algunos de los momentos más hilarantes de la historia de la televisión. No eres una gran serie si no sabes reírte de ti misma.
Claro, ahora nos parece normal que una serie adopte un planteamiento parecido, pero Expediente X fue la primera, impactando desde ese momento en la manera de crear una serie y desarrollarla, más allá del género de la ciencia ficción. House, The good wife, Suits, Dexter, Anatomía de Grey, Como matar a un asesino, Mujeres Desesperadas…todas han aprendido de Chris Carter y su manera de enganchar al público. Preguntarles a sus showrunners, todos adolescentes en aquella época, de quién aprendieron. Os sorprenderéis.
Para muestra, os dejamos un listado de los amigos de Spinoff donde podéis ver alguno de los mejores capítulos de la trama principal para poneros al día antes de afrontar las dos nuevas y últimas temporadas temporadas.
Dana Scully, el primer referente femenino para una generación
Y aunque todo lo expuesto hasta ahora sin duda demuestra cómo esta serie cambió la forma de hacer series, no es motivo suficiente para que cambie la vida de una adolescente almeriense. Pero Expediente X lo hizo gracias a uno de los personajes más influyentes y carismáticos que ha dado la televisión: la agente del FBI Dana Scully.
Por primera vez, los tradicionales roles de género se invertían: Mulder era el personaje emocional, el que se dejaba llevar por el instinto, el “atormentado” …, y Scully era la voz de la razón, una científica, inteligente y sensata, con una vida tranquila y equilibrada. Y también por primera vez, el personaje femenino no sucumbía a las “locuras” del masculino porque sí, ambos iniciaron desde el primer capitulo un viaje que les cambiaría para siempre a los dos, en permanente lucha entre la fé y la razón. Brutal.
El personaje de Scully no sorprenderá en nada a los que ahora vean la serie por primera vez, pero en los 90 resultaba inspirador ver en la tele a una mujer llevándole la contraria a su compañero y tomando decisiones sin tenerle en cuenta. Para esa adolescente resultaba emocionante ver a una verdadera heroína y un verdadero héroe en igualdad de condiciones, en un trabajo tradicionalmente masculino dentro del imaginario colectivo, resolviendo problemas, enfrentándose a mil aventuras como compañeros, desde el respeto absoluto y la admiración mutua.
Era inspirador, una mujer podía ser lo que quisiera en la vida, y merecía la pena luchar por ello. A muchos os sonará ridículo, pero para esa adolescente, tocada ya por “Thelma y Louise”, resultó toda una revelación. El personaje de Gillian Anderson animó a toda una generación de chicas a estudiar carreras que tradicionalmente estaban asociadas a los hombres, en especial las de ciencias, tecnología, matemáticas, etc.
Curiosamente, años después, ha sido precisamente una de las protagonistas de “Thelma y Louise”, la que ha demostrado este curioso fenómeno asociado a Expediente X. El Instituto Geena Davis sobre género en los medios, realizó un estudio entre más de 2.000 mujeres estadounidenses, y más del 50% afirmaron que gracias a Dana Scully se interesaron por en carreras de ciencias, y de ellas casi el 60% se dedican hoy en día profesionalmente a la ciencia o la tecnología.
Qué emocionante resulta que una estrella como Geena Davis nos demuestre que el cine y la tele no es sólo entretenimiento, es cultura, e influye inevitablemente en nosotros de mil maneras posibles. Nos educa, nos inspira, y nos puede cambiar. Por eso es tan importante que los contenidos audiovisuales apoyen la igualdad de oportunidades para todos, y descarten otros posicionamientos anacrónicos que siguen haciendo mucho daño.
Pioneros en el fenómeno fan en internet
Pero Expediente X no sólo fue un éxito de público y crítica, a muchos nos descubrió un mundo, el del fenómeno fan seriéfilo, que, gracias a aquel internet primigenio e inocente, se multiplicó hasta cotas entonces desconocidas. Literalmente había miles de blogs y foros por todo el mundo dedicados a desentrañar cada capítulo semana a semana, y verdaderos expertos en lo paranormal dedicados en cuerpo y alma a demostrar que todo lo que se contaba en la serie era cierto. Y oye, ni un solo hater, eso es cosa del siglo XXI. Así que series como Lost, e incluso Juegos de Tronos, beben de esa primera experiencia transmedia, en la que todos los fans tenían sus propias teorías conspiranoicas, y generaban a diario miles de conversaciones sobre la serie, e incluso relatos a modo de spin off, y comics, novelas… con nuevas aventuras de Mulder y Scully. Y todo ello, sin redes sociales, ni plataformas.
Años después, los propios guionistas de la serie, incluido Carter, reconocían bucear incansablemente por los foros y blogs buscando la opinión de los fans, e incluso nuevas historias para sus guiones. Debía ser impresionante ver cómo tu trabajo ejercía esa influencia y desataba esa pasión en tanta gente.
Todavía hoy, esta serie tiene una base de fans impresionante, incluida esa adolescente, convertida ya en señora y en emprendedora de lo cultural, que llevan años enganchados a esta historia, soñando con un final digno para la serie. Ya se sabe que el primer amor, y la primera serie que te enganchó, no se olvida. Y por eso aquí estamos, casi 30 años después, olvidada ya la adolescencia y sus tribulaciones, recordando como Expediente X nos cambió la vida, y celebrando su llegada a Amazon. Ya tardaba.
Por qué no te puedes perder Expediente X
Las cosas han cambiado mucho desde que Emilio Aragón destrozaba índices de audiencia, y “Compañeros” acaparaba todas las conversaciones en el instituto. Ahora tenemos a nuestra disposición miles de películas, miles de series, en plataformas digitales de todo tipo, y a un precio ridículo. ¿Para qué perder entonces el tiempo con una serie de hace 30 años? Pues porque se te van a poner lo pelos de punta.
Por si nadie lo ha notado, estamos en medio de una pandemia brutal que no parece que acabe pronto. Ya nos está cambiando la vida a todos, y da miedo pensar que los que mandan no parecen tener muy claro cómo luchar contra todo esto, o si lo tienen claro, sus decisiones no parecen estar encaminadas a ayudar a todos por igual.
Para colmo, el nivel de desinformación es tan grande, hay tantos intereses a tantos niveles, que cuesta saber a qué fuente debemos dirigirnos para estar realmente informados y a salvo.
Y yo todo esto lo he visto antes en Expediente X.
Pero tranquilos, no me he vuelto loca, no me ha poseído el espíritu conspiranoico de Miguel Bosé, y definitivamente no creo que los extraterrestres vayan a aniquilarnos mañana. Pero es que de eso no es de lo que iba Expediente X. Mulder y Scully somos todos nosotros, los que tenemos fe y los que no, los que no mandamos, pero sufrimos las decisiones de los poderosos, los que no tenemos el poder suficiente para cambiar el mundo, pero lo intentamos, y por supuesto, los últimos en saber siempre la verdad, probablemente cuando ya es tarde, pero que aún así, reclamamos ese derecho.
Quizá siga siendo esa adolescente idealista, pero viendo el mundo que nos está dejando el COVID19, con unos políticos inútiles y cobardes, y los poderosos de medio mundo acojonados por perder su status, me pregunto quiénes serán los Mulder y Scully de este siglo. La verdad está ahí fuera…, y estoy segura de que siempre hay alguien buscándola, y probablemente por eso el mundo todavía no se ha ido a la mierda.
I want to believe.
He encontrado este lugar poniendo en el buscador *amor a expediente x» porque eso es lo que ha venido a mi el enésimo revisionado de la serie. En mitad de una pandemia, pienso tal cual lo relatas, tú me he dicho a mí misma estos meses «esto me lo ha contado a mí ya en su día expediente x» y es emocionante.
Pienso que Mulder y Scully me hacen feliz, esa nostalgia y todo lo que evoca en mí la serie, aquellos años de mi vida y cómo se vivía cada capítulo. Para mí está siendo un viaje maravilloso en medio de tanta incertidumbre.
Me ha gustado mucho leer este artículo y ver cómo sigue vivo el cariño por la serie.
Gracias!