Woody Allen es el cineasta norteamericano independiente más prolijo que ha existido. A lo largo de su carrera ha escrito siempre en solitario y sin censura y control por parte de un estudio o de un productor. Pero en su fructífera carrera ha habido una rara y creativa excepción: su trabajo con el guionista Marshall Brickman, que este mes cumple 81 años.

Brickman, de padres norteamericanos, nació en Brasil y es famoso por una frase: “Hay tres cosas que la gente siempre te dice sobre el negocio del cine: “Puedes arreglarlo en la sala de edición, no importa lo que digan los críticos y tenemos dinero alemán”. Bien, pues nunca puedes arreglarlo en la edición, importa lo que digan los críticos y nunca hay tal dinero alemán”.

Brickman, conocido por una serie de parodias cómicas publicadas en The New Yorker y muy dotado para la comedia, debutó en el programa de cámara oculta Candid Camera y entre 1969 y 1970 fue jefe de guionistas en el programa de Johnny Carson, el espacio más popular de la televisión norteamericana.

Igual que en el caso de su amigo Allen, la música es su otra gran pasión. Brickman fue miembro (con Eric Weissberg y Alan Arkin) del trío The Tarriers, a finales de los cincuenta. También tocó la guitarra en un álbum Dueling Banjos, mundialmente conocido por la banda sonora de la película Defensa. Y no queda ahí su faceta musical: Brickman colaboró con con John y Michelle Phillips en el grupo The New Journeymen antes de separarse para convertirse en la mitad de los legendarios The Mamas and the Papas.

Fue en la televisión y en la vida nocturna de Nueva York donde Woody Allen conoció a Brickman y se cayeron más que bien. En los setenta escribió con él los guiones de El dormilón, Annie Hall (con la que ganó el Oscar al Mejor Guión Original) y Manhattan (también nominado, pero perdió frente al guión de El relevo, de Steve Tesich).

El dormilón

La idea de una comedia de ciencia ficción se le ocurrió a Woody Allen mientras filmaba la fabulosa secuencia de los espermatozoides de Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar, cuyo guión está inspirado en un libro de David Reuben. Una de sus ideas iniciales era escribir una película prácticamente muda y como homenaje a sus dos comediantes preferidos: Groucho Marx y Bob Hope.

En sus memorias Allen explica lo ambicioso que fue el guión de El dormilón, su primer trabajo junto a Brickman: “Mi fantasía ególatra era una comedia en dos partes con un intermedio. La primera mitad consistía en las aventuras (que yo estaría soñando) de un tipo en Nueva York y al final de una hilaridad desatada mi personaje caería en un taque de salsa criogénica. Congelado por accidente”.

Marshall Brickman y Woody Allen en El dormilón

“En mi visión, cuando terminara la primera parte, el público, exhausto de reír con estas peripecias, saldría corriendo por los pasillos para comprar palomitas de maíz y refrescos, preparándose con entusiasmo para la segunda parte. Como la primera parte transcurría en Nueva York en los setenta, imaginaos la sorpresa y el deleite del público cuando empieza la segunda parte y estamos en el futuro. Le presenté el proyecto a los de United Artists, a quienes les pareció bien puesto que habían creído el mito de que yo era un genio de la comedia que sabía lo que hacía. Me dieron luz verde en el acto y todos nos felicitamos mutuamente y salimos corriendo a pagar los anticipos de chalets y de yates que terminaríamos de pagar con los dividendos que estábamos seguros de que obtendríamos”.

“Después de unos pocos intentos infructuosos de escribir la primera parte, mis aventuras en Manhattan, descubrí que no se me ocurría ninguna aventura. Llamé a mi amigo Marshall Brickman para que colaborase conmigo, y lo hizo pero a él tampoco se le ocurría ninguna aventura. Mientras pasaban los días y nuestras conversaciones se desviaban hacia el relativo valor social de las chicas que enseñan letreros en los cuadriláteros de boxeo y sobre las alegrías que proporciona el salami de Schmulka Bernstein, los sueños de una gran obra empezaron a esfumarse”.

Marshall y Allen le pasaron el guión de El dormilón a los famosos escritores de ciencia ficción Isaac Asimov y Ben Bova. No conocían a ninguno de los dos, les preguntaron si estarían dispuestos a leerlo, lo hicieron amablemente, les encantó el guión y les aseguraron que las cuestiones técnicas estaban muy bien resueltas en la narración.

El dormilón, que no fue en absoluto un fracaso de taquilla y fue nombrada una de las 50 mejores comedias de todos los tiempos por la revista Premiere, puso fin a dos producciones (una de American International y otra del productor George Pal) basadas en When the Sleeper Wakes, novela de H.G. Wells en la que El dormilón también está basada libremente.

Annie Hall

Cuando Allen le mostró a Brickman el primer montaje de Annie Hall, que habían escrito juntos, estaban muy confusos, tremendamente inseguros. Unos días les gustaba y otros la despreciaban. “¿Quién quiere ver otra historia de amor sobre la ciudad de Nueva York?”, se preguntaban los dos. Así lo recordó Brickman: “Cuando vi el primer montaje, a lo bruto, me pareció terrible, completamente insalvable. La película divagaba y no tenía un final”.

Entre las escenas que Allen eliminó posteriormente en la sala de montaje había segmentos que muestran a los antiguos compañeros de clase de Alvy en la actualidad, Alvy como un adolescente, una escena en un restaurante con Danny Aiello, largas escenas adicionales con Carol Kane, Janet Margolin, Colleen Dewhurst y Shelley Duvall y un segmento de fantasía en el Madison Square Garden (con los New York Knicks compitiendo contra un equipo de cinco grandes filósofos).

Pero aunque no lo esperaban, Annie Hall gustó. Y gustó mucho: la película costó 4 millones de dólares y recaudó casi 40 en taquilla. Además, fue la gran triunfadora de los Oscar y logro las estatuillas a la Mejor Película, Mejor Guión, Mejor Director y Mejor Actriz. Allen, que no asistió a la gala (gesto que ha repetido todas las veces en las que ha sido nominado), fue también candidato al Oscar al Mejor actor aunque el premio se lo llevó Richard Dreyfuss por La chica del adiós.

Sobre aquella gala, Woody Allen recuerda en sus memorias: “Durante la ceremonia yo estaba tocando jazz en Nueva York. Usé el concierto como excusa, pero tampoco habría ido si hubiese estado libre. No me gusta la idea de que se premie obras de arte que no se realizan con un objetivo competitivo sino para satisfacer un deseo artístico y, con suerte, entretener. No estoy interesado en el pronunciamiento de cualquier grupo respecto de cuál es la mejor película del año, o el mejor libro, o el intérprete más valioso. Baste con decir que la noche de los Oscar toqué blues lo mejor que pude, volví a casa, me fui a dormir y a la mañana siguiente, en la página uno de The New York Times, vi que habíamos ganado cuatro Oscar, incluido el de Mejor Película. Dediqué un minuto a pensarlo, luego acabé mi cuenco de cereales, me dirigí a la máquina de escribir y me puse a trabajar”.

Marshall Brickman

Manhattan

Durante el rodaje de Annie Hall, Allen se quedó prendado de la joven actriz Stacey Nelkin. Su directora de casting, Juliet Taylor, convocó a unas cuantas actrices para el personaje de la prima de Alvy y entre ellas estaba ella. Brickam también se quedó maravillado de su belleza, su sentido del humor y su personalidad. “Marshall y yo quedamos impresionados por Stacey, que es inteligente, desenvuelta y muy atractiva”, recuerda Allen en sus memorias.

Tras salir con Nelkin, de la que todavía hoy es amigo, Allen le contó a Brikcman numerosas anécdotas divertidas sobre el flirteo y los muchos escollos y las alegrías de un hombre que sale con una muchacha mucho más joven que él. El resultado fue Manhattan y Stacey se convirtió en Tracy, interpretada por Mariel Hemingway, nieta del célebre escritor y que logró el papel después de que Jodie Foster lo rechazara.

Al acabar la escritura con Brickman y tras el rodaje, Allen la montó y odió su película. Llegó a despreciar tanto Manhattan, que le ofreció a United Artists no estrenarla y guardarla en un cajón a cambio de una película que haría totalmente gratis. Por supuesto, los ejecutivos de la compañía le dijeron que ni hablar y encima la película resultó ser uno de los mayores éxitos de taquilla de la carrera de Woody Allen.

Manhattan supuso, además, la tercera nominación consecutiva al Oscar al Mejor Guión Original para Woody Allen, que no sería nominado nuevamente al Mejor Guión Original hasta Broadway Danny Rose, en los Oscar entregados en 1985.

Misterioso asesinato en Manhattan

Allen y Brickamn se volvieron a juntar en 1992 para escribir esta comedia con toques de cine negro cuya trama ya tenían planeada para Annie Hall, en la que iba a aparecer un asesinato. Pero esta trama secundaria fue descartada y pasó a ser la principal en esta película. Por eso Brickman está acreditado como coguionista, pero lo cierto es que no trabajó demasiado en este guión.

El origen de la idea, inspirada en La cena de los acusados y otras películas de la pareja que formaron William Powell y Myrna Loy, se remonta a principios de los setenta, pero Allen y Brickman se atascaron. En pleno bloqueo, Allen ojeó un libro sobre historia rusa en su casa y como se había comprometido con United Artists a entregar un guión en una fecha determinada y esa fecha se acercaba, decidió burlarse de la novela rusa en un guión al que llamó Love and Dead (en su traducción La última noche de Boris Grushenko), una de sus comedias más hilarantes y gamberras.

En el final de sus trayectorias, la carrera de Woody Allen es mucho más fértil y conocida que la de Brickman, que dirigió la comedia para Dudley Moore Loco de amor y escribió el musical Jersey Boys, adaptado al cine por Clint Eastwood. Hoy Allen y Brickam siguen siendo amigos aunque Allen hace años que está retirado de la vida social o la tiene muy limitada. Sobre su amigo, Brickman dijo: “Woody no tiene miedo de trabajar en pareja, a pesar de que el mundo lo percibe como un solitario. Y es un muy buen amigo, puedes confiar en él”.

Puedes leer el primero de estos artículos aquí: Grandes parejas creativas del cine: Wilder y Diamond.