Los superhéroes como Olivier Arson no están acostumbrados a mostrarse. En sus estudios, en este caso de sonido, maquinan sus estrategias para que todo cuadre con el resto de disciplinas artísticas. El montaje, la dirección de fotografía… Todo para que películas como El Reino, puedan alzarse en entregas de premios como las más nominadas del año a los Premios Goya®.

Y ahí estaba él, subiendo al escenario a recoger su cabezón como Mejor Banda Sonora. El reto de mezclar el maquineo valenciano para ponerle banda sonora a unos corruptos. Una partitura tan agobiante como lo debería ser el entramado, aunque siempre resulta más agobiante para unos que para otros.

En la tranquilidad de su estudio, sin toda la industria mirándole, nos cuenta los secretos para componer para cine y televisión. Asistimos así a una máster class de los grandes.

Olivier es compositor y ambientador sonoro, pero a menudo los conceptos se confunden. Sin embargo, la distinción merece la pena, porque precisamente un ambientador sonoro debe definir perfectamente donde va el sonido y donde va en silencio. En el caso de El reino, en el momento del accidente era fundamental el silencio: «en estos momentos hay que intentar tener mucha música antes para que en ese momento muy dramático estés solo con el ruido, con el coche y el silencio. Provoca un impacto que no hubiese sido lo mismo si hubiésemos puesto música ahí».  

Sobre referentes utilizados, para un compositor de series (Arson ha compuesto la banda sonora de La Zona de Movistar) es aún más importante, pero para El reino el proceso surge más de la prueba y la experimentación: «el guion me encantó, ya se veía que podía ser muy potente. La elección de la música electrónica fue idea de Rodrigo. Él me dijo que quería máquinas. No queríamos una música que elevara a los personajes que los retratase como superiores, sino como gente normal tirando a vulgar».De este aire de superficialidad surge esta mixtape, para obligar al espectador a estar atento.

En la gala, varios compañeros de la película resaltaron lo fácil que es trabajar con Rodrigo, también lo dice Olivier, que cree que tiene mucha suerte de trabajar con él: «pensamos lo mismo en cuanto a música. No queremos subrayar cosas que ya están o intentar arreglar cosas que no han quedado bien en montaje o rodaje usando la música como palanca».

En ese sentido elogia el rodaje y el montaje con el que siempre trabaja el director, facilitador para su labor de composición: «de entrada es un caramelo».

Lo mismo le ocurrió, por ejemplo, con la música de Que dios nos perdone, que también firma el francés. En el caso de esta película, la visita del Papa y sus referencias marcaban la idea original del estilo que debía seguir la composición: «había que darle algo de turbiedad con respecto al catolicismo. Todas esas texturas de guitarras y de ruidos que le daban un aire peculiar a Madrid. Putrefacción a una ciudad que en realidad es muy soleada. En ese sentido aquí la música ayudaba a dar el ambiente turbio y oscuro».

Precisamente esos ambientes son los que se buscaban en La Zona, de Movistar+, ese aire de radio-actividad que acompaña su música. Sin embargo, el músico reconoce que trabajar para series cada vez se asemeja más al cine porque las series se ruedan como el cine y requieren de una calidad similar. Salvo los plazos de entrega y la visión de un trabajo más a largo plazo con continuidad, no encuentra muchas más diferencias entre una producción y otra.

Además de las bandas sonoras, Olivier fundó el proyecto Territoire hace unos años. Una separación entre los límites entre estilos dispares como el jazz, el rock o la música electrónica. Un primer disco, sacado en 2012 sentó las bases de un proyecto que aunque nació como algo amateur, ahora es un «espacio libre para poder probar cosas fuera del ámbito profesional donde todo está más acotado. Me permite crear cosas que luego puedo experimentar al componer para una película».

Para los espectadores que a veces no reparamos en la ambientación o el sonido, le pedimos alguna recomendación de las que no debemos pasar por alto de donde sale, por ejemplo, la música de Mica Levi para Under the skin: «me parece extraordinaria».

En el futuro, aunque nos chiva que ya está trabajando con Rodrigo Sorogoyen en otra película, la Ciencia Ficción le resulta atrayente para componer y no descarta hacerlo.