Algunos actores y directores cruzan peligrosas líneas a la hora de interpretar. Borracheras reales, o grandes colocones, han dado al cine momentos de gran verdad. Igual que escenas de sexo real que nos sorprendieron, aunque la mayoría de estas escenas las suelen interpretar dobles de cuerpo, como es el caso de Lucía y el sexo, Nymphomaniac o La vida de Adèle. En algunos casos, pocos, los espectadores hasta hemos sido testigos de escenas en cuyo rodaje ha muerto alguien. Este es nuestro repaso a escenas con alcohol, drogas, sexo y muertes que no fueron fingidas:
Martin Sheen borracho y autolesionado en Apocalypse Now (1978)
Era una de las primeras secuencias del rodaje. Francis Ford Coppola acababa de despedir a Harvey Keitel porque no lo veía en el papel del protagonista de su monumental película. Para la escena de la habitación de hotel en Saigón, Martin Sheen, el nuevo protagonista, le preguntó a Coppola si podría motivarse un poco bebiendo vino. Y se motivó tanto, que Sheen acabó completamente borracho delante del equipo de filmación y de Coppola, que aprovechó la ocasión para hurgar en sus heridas y motivarlo. Sheen, recién divorciado, se miró al espejo de la habitación y le pegó un puñetazo, dañándose los puños, que empezaron a sangrar. Mientras Sheen lloraba y observaba su mano ensangrentada, Coppola le gritaba: “¡Piensa en tu mujer, en tu coche, en tu casa!”. Sheen y Coppola lograron unos de los inicios más hipnóticos de la historia del cine. El The End de Los Doors también ayudó lo suyo.
Roberto Álamo borracho como una cuba para Que dios nos perdone (2016)
No es bebedor, pero Roberto Álamo pensó que para interpretar una escena de borrachera en Que dios nos perdone debía emborracharse de verdad. Temía hacer algo falso, pensaba que no sabría fingir una borrachera destructiva. Así se lo propuso a su director, Rodrigo Sorogoyen, y aceptó dirigirlo borracho. Durante cuatro días, Álamo se calzó doce cervezas del chino más cercano cada mañana y la actuación acabó siendo bestial, desnuda y desgarrada. Tanto que cuando vio las imágenes montadas, Álamo se puso a llorar y le dijo a Sorogoyen: “No quier que lo vea mi hijo”. Por respeto, el director cortó las escenas más duras.
Los 150 porros de marihuana de Easy Rider (1969)
Durante la escena de la hoguera en la que Jack Nicholson hace una gran reflexión sobre ser libre en Estados Unidos, él, Peter Fonda y Dennis Hopper fumaron más de 150 porros de marihuana. Fonda dijo que la cifra era “exagerada”, pero Lazlo Kovacks, director de fotografía del film, confirmó la anécdota y dijo que la capacidad de Nicholson para mantener el control a pesar de ir hasta arriba de marihuana era verdaderamente asombrosa.
Pink Flamingos y la provocación con excrementos de perro (1972)
John Waters y Divine fueron el emblema de la provocación durante décadas. En Pink Flamingos, zafia, cutre (el propio Waters hizo la fotografía) y perversa, el travesti Divine come mierda de perro sin ningún tipo de truco. La trama del film es de traca: Divine, una guarra que vive con su gorda madre y su hijo en una caravana, acaba de ser nombrada la persona más inmunda del mundo por un periódico local. Pero un matrimonio que vende heroína en los colegios no pueden consentir que Divine les supere en depravación. En Pink Flamingos también podemos ver una felación de la que año después Waters se arrepintió.
El productor sin escrúpulos de Calígula, montando porno en la sala de edición (1979)
Tinto Brass, famoso erotómano, llevó a la pantalla la depravada vida del emperador romano Cayo Julio César Augusto Germánico, más conocido como Calígula. Logró que la produjese Bob Guccione, fotógrafo y fundador de la revista erótica Penthouse, creada para rivalizar con la Playboy, de Hugh Hefner. Guccione tiró de chequera para contratar a Malcolm McDowell, Peter O’Toole, Helen Mirren, John Gielgud y John Steiner, pero también arrebató la película a Brass, al que despidió de forma rastrera, y en montaje metió escenas de sexo real, desde coitos hasta lluvia dorada. Incluso cierta zoofolía. Guccione llegó a contratar a Giancarlo Lui para rodar escenas de sexo explícito con algunas modelos de Penthouse. El resultado es demencial.
A la caza, censurada para poder estrenare (1980)
Para su décima película, y tras éxitos como El exorcista y batacazos como Carga maldita, William Friedkin consiguió a Al Pacino para interpretar a un policía que se hace pasar por un gay aficionado a los garitos de fisting con el fin de capturar a un psicópata. Friedkin, director que comenzó su carrera en el documental, se pasó de realista con las escenas de sexo real y para poder estrenar la película tuvo que cortar hasta 40 minutos en el montaje. Aun así, en A la caza se intuyen felaciones y sexo anal en planos convenientemente poco iluminados.
El actor porno Rocco Siffredi rodando cine serio: Romance X (1999)
Escrita y dirigida por Catherine Breillat, fue un bombazo en taquilla en Francia gracia a su polémica: el film incluía una escena de sexo real entre la actriz Caroline Ducey y el famoso actor porno Rocco Siffredi. El film de Breillat, que consiguió una buena crítica de la prestigiosa revista de cine Cahiers du Cinéma, hasta mostraba el plano de una eyaculación, pero fue eliminado para la edición doméstica en Reino Unido, país en el que la película fue nominada en los British Independent Film Awards.
El gratuito sexo oral de The Brown Bunny (2003)
El famoso crítico de cine Roger Ebert dijo que The Brown Bunny era la peor película jamás exhibida en el Festival de Cannes. En ella hay una escena en la que Chloe Sevigny realiza una felación a Vincent Gallo, protagonista, guionista y director de la película. La actriz, pareja del director y actor, comparó la película con un film de Andy Warhol. No es decir mucho porque el cine de Warhol es mediocre, pero The Brown Bunny es todavía peor, es horrenda. Ebert tenía razón.
9 Songs, otro bodrio con sexo real (2004)
Nuevo ejemplo de uso gratuito de escenas de sexo reales. Michael Winterbottom se inspiró en Platform, la novela sexualmente explícita de Michel Houellebecq. El film refleja encuentros sexuales sin truco entre los actores Kieran O’Brien y Margo Stilley y los mezcla en montaje con secuencias de conciertos. Modernez, vacuidad, la nada más absoluta. Encima es aburridísima y solo dura 70 minutos.
Shortbus y su club polisexual (2006)
Salió mejor esta controvertida película independiente y valiente de John Cameron Mitchell. En Shortbus asistimos a las reuniones de un club polisexual underground de Nueva York y en pantalla, y sin cortarse un pelo, vemos masturbaciones, coitos, felaciones (tanto homosexuales como heterosexuales) y hasta autofelaciones. Casi nada.
Ahogados en el rodaje de El arca de Noé (1928)
Mientras filmaban el gran diluvio en este film mudo, tres extras se ahogaron, un hombre perdió una pierna y muchos más figurantes resultaron gravemente heridos cuando seiscientos mil galones de agua inundaron el set. Al menos gracias a esta tremenda irresponsabilidad, se crearon algunas leyes que protegían a los trabajadores en producciones como esta.
Ataque mortal de tiburón… en ¡Tiburón! (1969)
No, no hablamos de la famosísima película de Spielberg, que en inglés se tituló Mandíbulas, sino de ¡Tiburón!, que en España se tituló Arma de dos filos y está rodada cinco años antes por Samuel Fuller. En este film, cuyo protagonista era Burt Reynolds, el doble José Marco murió ante la cámara cuando un gran tiburón blanco mordió una red protectora y lo atacó destrozándolo. Fuller tuvo muchos problemas con los productores y cuando utilizaron la muerte de Marco para ayudar a promocionar la película, renunció. Al ver, meses más tarde, la versión que se lanzó a los cines, Fuller dijo que la habían arruinado en el montaje y exigió que su nombre desapareciera de los créditos. Los productores se negaron.
Insee Thong: de la pobreza al estrellato y a la muerte (1970)
Mitr Chaibancha, la estrella de la película, nació en el seno de una familia muy pobre de Tailandia, fue a la universidad y hasta se formó como piloto en That Air Force. Era un hombre que sabía pilotar y le gustaba realizar las escenas de acción él mismo. Insee Thong debía acabar con Chaibancha agarrándose de una escalera que colgaba de un helicóptero que se alejaba hacia el atardecer, era el plano final. Pero solo pudo sostenerse del borde del último escalón, el piloto no se dio cuenta y continuó la escena. El actor perdió el agarre y cayó al vacío.
En los límites de la realidad: John Landis acusado de tres espantosas muertes (1983)
Película de episodios dirigios por Steven Spielberg, Greorge Miller, Joe Dante y John Landis, En los límites de la realidad se hizo desgraciadamente famosa por un helicóptero que debía volar demasiado bajo por la insistencia del director. Finalmente, y en pleno rodaje de una escena bélica ambientada en Vietnam, el piloto perdió el control del aparato y decapitó con las aspas del helicóptero al actor Vic Morrow (padre de Jennifer Jason Leigh) y a dos niños asiáticos que, para colmo, estaban trabajando de forma ilegal. Landis, taquillero director de películas como Desmadre a la americana o The Blues Brothers, concluyó en el juicio que “no se puede condenar a gente por accidentes imprevisibles”. Su colega Brian de Palma, indignado, le replicó: “No se coloca a niños en situaciones de ese tipo”. Finalmente, Landis, que podía haber sido condenado hasta a seis años de cárcel, fue declarado inocente, aunque reconoció haber contratado ilegalmente a los dos niños, de seis y siete años. El incidente, el más grave de la historia, ocasionó un aumento de las medidas de seguridad en los rodajes de Hollywood, industria en la que Landis quedó marcado para siempre.
¿En «El cartero siempre llama dos veces» jincan o no jincan?