A Nuria Herrero la vimos subir a ese escenario del Teatro Lara de Madrid a recibir La llamada todas las noches interpretando a María Casado. Desde entonces no ha dejado de trabajar. La hemos visto en series como Tiempos de Guerra, o en películas como Toc Toc. La hemos visto recientemente interpretando a Berta en la apuesta española de Disney +, Besos al aire y este viernes estrena nueva temporada de Señoras del (h)AMPA. En el terreno cinematográfico, el próximo viernes 23 de abril estrena Zerø, una película de Iñaki Sánchez Arrieta en la que comparte papel protagonista con su compañero habitual en la ficción, Juan Blanco.
Hablamos con la actriz de la preparación de los personajes. Asegura que no podría elegir entre el drama o la comedia, orgullosa de haber representado correctamente a un auxiliar sanitario, reconoce que el papel le daba algo de miedo siendo su propia madre enfermera. Si pudiera quedar a tomar algo con alguno de sus personajes sería seguramente… ¡María Casado!
Ya habías trabajado mucho en otras producciones con Juan Blanco pero precisamente en Zerø la gracia estaba en jugar a desconocerse.
Justo. La trama principal es la de estos personajes (Julia y Mario) que se despiertan en un lugar desconocido y no tienen ni idea de quiénes son y no se conocen. Eso genera mucha desconfianza entre ellos y tratan de averiguar quiénes son, juntos. Es todo lo contrario a lo que somos Juan y yo que, además de ser súper amigos hemos trabajado muchísimo juntos.
La película reflexiona con esa obsesión que tenemos todos con la memoria o con la amnesia. Es algo que nos da miedo a todos. ¿Siendo actriz que trabajas con eso da más miedo aún?
Yo trabajo mucho con la memoria a corto plazo. Soy capaz de memorizar textos muy largos de teatro o audiovisual. Pero es verdad que hay veces que ruedo la secuencia y cuando la he terminado mi cerebro la elimina automáticamente.
En teatro es lo contrario. Terminé en marzo una función y si me subo ahora de nuevo al escenario me vienen frases todo el rato de la función. Y luego nos pasa mucho esto de ir a la cocina y decir: «¿Pero a qué he venido?». La memoria es algo muy raro.
¿El trabajo con Iñaki ha sido más fácil por conoceros tanto Juan y tú?
Hay algo entre Juan y yo que tiene que ver sólo con mirarnos. Si un día él está menos afinado o yo lo estoy, sabemos apoyarnos. Para mí trabajar con él es muy fácil. Es escucharle. Creo que esa compenetración tiene que ver con la confianza. A mi me parece un actor brillante, pero también es muy amigo mío y esa confianza ayuda mucho a la hora de trabajar.
Fuiste una de las primeras María de La Llamada. ¿En qué ha cambiado esa Nuria Herrero respecto a la que eres ahora?
Mi carrera ha aflorado mucho más después de La Llamada. Había trabajado mucho antes, pero es verdad que ahora me han venido papeles que se están viendo mucho más. Yo creo que para todas las que hemos pasado por ahí ha sido un reconocimiento muy alto y que nos ha dado mucha más visibilidad.
Berta de Besos al aire nos puede representar un poco a todos. ¿Cómo ha sido meterse en la piel de un personaje tan fundamental en los tiempos sanitarios que estamos viviendo?
A mi el guion me llegó en agosto de 2020 y pensé que era muy pronto para rodar algo así. Me dijeron que se rodaría en noviembre y pensé que de allí a noviembre ya no habría covid (risas).
Empezamos a rodar en medio de la segunda ola. No sabía si estaba preparada porque había un punto en el que entendía que había que contar la historia pero me daba miedo cómo se lo podía tomar el espectador, todo el personal sanitario. Era muy delicado, pero creo que el guion está tratado con tanto respeto, humanidad y cariño…
Berta da ligereza a las tramas de hospital. Yo no quería que quedase frívola ni mucho menos por tratar la comedia en el periodo que estamos viviendo, pero creo que realmente esa línea que se ha conseguido entre trasmitir lo que estamos viviendo, pero a la vez endulzarlo y lanzar un mensaje de esperanza. Para que podamos ver el espejo de lo que estamos pasando y, a la vez, arrojar un poco de luz.
Me ha encantado trabajarla porque creo que toca la comedia y el drama. Dando también la profundidad que los personajes merecen y para mi era muy importante porque mi madre es enfermera y me hacía mucha ilusión.
¿Ha sido muy crítica?
¡No! ¡Al contrario! De hecho, yo estaba preocupada durante el rodaje. Le preguntaba ¿Esto es normal en pandemia? Estoy ligando en un pasillo por Tinder. Y ella me decía: «Uy, Nuria, tú no sabes lo que se cuece en los hospitales…eso no es nada». Sus compañeras me han escrito, amigas que son auxiliares, porque al final Berta es técnico auxiliar que es un perfil sanitario que no se suele ver mucho en la ficción y darle visibilidad ha gustado mucho.
¿Te sientes más cómoda en la comedia o en el drama?
Es totalmente distinto. Esta pregunta me cuesta mucho siempre. Me siento muy cómoda en los dos géneros. Creo que a veces la comedia la trae el máximo drama. Para llegar a hacer reír tienes que estar llorando al máximo y decirlo con la misma verdad con la que contarías un drama.
Es verdad que cuando llevo mucho tiempo haciendo uno de los géneros me entra la cosa de hacer lo otro. Me siento cómoda en los dos y no quiero renunciar a ninguno.
¿Si pudieras quedar a tomarte algo para conocer más a alguno de tus personajes con quién sería?
A lo mejor Virginia de señoras del (h)AMPA, pero también tengo muchas respuestas de de ella. María Casado me gustaría saber dónde está (risas). Creo que a medida que más conoces a un personaje más respuestas tienes, pero a la vez más ganas tienes de conocerlo. Pero sí creo que Virginia por saber cómo llegó a ese momento. Más que conocerles más me gustaría saber cómo les va la vida después de que yo les soltara.
Después de la pandemia estrenar en pantalla grande da subidón ¿No?
Total, siempre es satisfactorio, en pandemia todavía más. Estar trabajando ya sea de lo que sea es un éxito y si encima estás trabajando como actriz para mí es doble éxito.
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