Los que llevamos el cine en las venas, leemos. Conozco a pocos cinéfilos que no lean, y aún menos si son amantes del cine negro, una afición que casi siempre tiene detrás un apetito insaciable por leer una buena novela negra.
Era inevitable que el mundo del cine se sintiera atraído por esas novelas policiacas, casi siempre protagonizadas por verdaderos antihéroes, que a pesar de su evidente decadencia, no cejan en su empeño por atrapar al criminal, siempre buscando la verdad en medio de un submundo sórdido, violento y oscuro. Imposible resistirse a llevar esas historias a la gran pantalla.
El próximo viernes 31 de Mayo, nuestras compañeras de Begin Again Films estrenarán en España “La Estrategia del Pequinés”, del director y productor canario Elio Quiroga. Cine negro español del bueno, que además está basado en la premiadísima novela homónima de Alexis Ravelo. Así que me ha parecido una oportunidad estupenda para contaros qué esto del film noir, y cuáles son para mi algunas de las mejores películas de cine negro basadas en novelas aún mejores.
¿Qué es el cine negro?
La verdad es que este género ha evolucionado tanto con el paso del tiempo, que es muy complicado hacer una definición exacta. Sin duda no existe un género narrativo audiovisual que se nutra con tanta intensidad de la realidad social y, últimamente, de la llamada cultura pop. Por ese mismo motivo, en cada país, en cada región incluso, el cine negro muta continuamente, ofreciendo historias cada vez más pegadas a la realidad, para servir, como fin ultimo, de denuncia de todo tipo de injusticias.
Este género además, tiene la particularidad de compartir con la literatura una discusión eterna por parte de expertos y seguidores, acerca de su denominación o categorización: thriller, misterio, suspense, intriga, policiaco, detectivesco, procedural…, la lista es infinita. Pero yo siempre he optado por no elegir, una buena película de cine negro puede (y si me apuras, debe) incluir más de uno de estos géneros.
Sus historias son siempre violentas, aunque esta violencia no sea siempre física, y giran en torno a hechos criminales, a la corrupción, o los abusos de poder más o menos evidentes, y son historias que no siempre acaban bien, por mucho que nuestro protagonista lo intente. Un poco como la vida.
Pero lo que sin duda define este género, tiene más que ver con el alma de los personajes y con los colores de su fotografía, reflejo instantáneo de ese alma torturada y oscura, que trata sin éxito de encontrar la luz. Héroes o no, nunca sabemos a las claras de qué van, y que en ocasiones, incluso, los confundimos con el malo.
Y que no nos falte una buena femme fatale…, siempre presente en una buena novela negra, y figura clave que el cine ha elevado ya a la categoría de diosa. Resulta imprescindible dentro del género. Aunque, afortunadamente, esa figura ha evolucionado con los tiempos, y en ocasiones encontremos en alguna película reciente que nuestra femme fatale es todo un hombre…. Qué maravilla poder romper el género y los géneros gracias al cine.
Cine negro clásico americano
El periodo clásico del cine negro en Estados Unidos abarca la década de los 40 y los 50 fundamentalmente, y como no podía ser de otra manera, muchos de sus grandes éxitos estuvieron basados en clásicos de la novela negra americana de la época.
Pero la cosa no se quedó ahí, numerosos novelistas del género policiaco se pasaron al otro bando, ejerciendo además como guionistas cinematográficos de esos mismos éxitos. Gente como Hammett, Chandler, William Riley Burnett, Jim Thompson, Steve Fisher…, fueron los responsables de escribir algunas de las películas que no os podéis perder si queréis entender de qué va esto.
El halcón maltés (John Huston, 1941)
Basada en la novela homónima de Dashiel Hammett, esta obra del maestro John Huston es considerada por muchos la primera película con un estilo realmente noir. Pero es que además trajo a nuestra vidas al actor que mejor ha encarnado al arquetipo de detective-policía-machote que ha existido nunca, el señor Humphrey Bogart. Sin olvidarnos de la imprescindible femme fatale de turno, esta vez encarnada por Mary Astor, quien enreda a Bogart en una historia llena de mentiras, asesinatos y problemas varios alrededor de una estatua templaria de un halcón. Una maravilla.[/fusion_text][/fusion_builder_column]
Perdición (Billy Wilder, 1944)
Si ya lo dijo Trueba: Billy Wilder es dios. Y si encima se junta con el demoniaco escritor, Raymond Chandler, pues sale una obra maestra sobre femmes fatales, manipuladoras y diabólicas. En esta caso nuestra heroína malvada es Barbara Stenwyck quien convence al inocente agente de seguros que interpreta Fred MacMurray para que mate a su marido. Sólo por ver a Stenwyck en su mejor papel, merece la pena.
El sueño eterno (Howard Hawks, 1946)
Salvo que seas un millenial despistado, no creo que no sepas quién es el detective Phillip Marlowe. Quizá el personaje creado por Raymond Chandler más famoso, y en el que ya sólo podemos ver el rostro de Bogart, hasta leyendo las novelas. La réplica a Bogart la da Laurent Bacall, quizá una mejores actrices de todos los tiempos, y si me lo permiten, la más bella. A mi me da la impresión que mister Howard Hawks pensaba como yo, y junto a estos dos máquinas de la interpretación nos ofrece una película irrepetible donde la trama de investigación es lo de menos. Imperdible.
El cine negro francés
Sí amigos, yo hablando de cine francés. Tenía que pasar. Durante algunos años nuestros amigos de Hollywood se olvidaron un poquito del cine negro (no así la literatura), y el género que se puso de moda entre el gran público fue el de la acción. Marlowe y sus cigarrillos dejaban paso a James Bond y su Martini agitado (y no revuelto).
La crisis de buena parte de los grandes estudios que comenzaron en los años 50, dio lugar a la reinvención creativa, y la llegada de lo que se ha llamado Nueva Ola del cine americano, con películas como Bonnie y Clyde (Arthur Penn 1967) o el nacimiento del spaghetti western con el amigo Clint Eastwood a la cabeza, antes de que le diera por apoyar a Trump.
Mientras, muchos asistían estupefactos a un nuevo mundo donde no sólo los americanos hacían cine, se ponían de moda las películas europeas de arte y ensayo, nacía la Nouvelle Vague francesa, y empezábamos a oír hablar del cine oriental.
Y cuando ya pensábamos que el cine negro había muerto, llega una nueva hornada de realizadores franceses que nunca dejaron de leer, y nos regalan todas estas obras maestras basadas en grandes novelas, con las que en realidad crecimos los que ahora somos unos cuarentones.
Al final de la escapada (Jean-Luc Godard, 1960)
Con vuestro permiso, aquí me voy saltar un poco el guion, exactamente como esta misma película, que no tiene guion, y que en realidad está basada en una idea de François Truffaut después de leer una artículo en un periódico. En fin, que si estos de la Nouvelle Vague francesa podían hacer lo que les daba la gana, yo también.
Pero no os perdáis esta película protagonizada por el inolvidable Jean-Paul Belmondo, donde podemos disfrutar de todos los cánones del cine negro, pero en la ciudad de Paris. Un delincuente enamorado y una bella mujer obligada a hacer lo imperdonable para librarse de ese amor tóxico. ¿Se puede pedir más?, bueno, un guion, pero eso ya es una guerra pérdida con mis amigos cineastas afrancesados.
El silencio de un hombre (Jean-Pierre Melville 1967)
El título original en francés es Le Samouraï, pero como aquí somos así de estupendos, lo cambiamos por El silencio de un hombre, en un ejercicio de spoiler absurdo, ya que en la película, efectivamente, no encontraremos muchos diálogos. Protagonizada por el siempre polémico y magnífico Alain Delon, un asesino a sueldo, suerte de samurái moderno y poco hablador, nos mostrará una historia contada de manera tan diferente, que merece la pena explorarla.
El nuevo cine negro americano
Ahora es cuando muchos críticos y puristas del film noir pedís mi fusilación. Sea. Y es que yo soy de las que piensan que acotar cualquier género cinematográfico dentro de unos límites claramente establecidos, es la muerte de la creatividad.
En todo caso, estas discusiones intelectuales siempre me han aburrido horrores, y son los propios cineastas los que demuestran que el género negro no nace y muere, sino que se transforma continuamente, como la misma literatura, fusionándose con otros géneros más fáciles de definir, como el thriller, el misterio e incluso ¡(sorpresa!) la ciencia ficción.
Y así nace lo que ya muchos denominan como el postnoir o retronoir, y que comienza con esa maravilla que es Chinatown (Roman Polanski 1974), protagonizada por Jack Nicholson, Faye Dunaway y John Huston. Casi nada.
Pero veamos algunos títulos imprescindibles basados a su vez en grandes novelas, que no te puedes perder.
Blade Runner (Ridley Scott 1982)
Incluida en esta lista, y en innumerables listas más, porque es una obra maestra que aún hoy en día influye en cientos de cineastas. Está basada en la novela de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968), y al mismo tiempo no tiene nada que ver. Un futuro distópico, androides, Harrison Ford y mucha filosofía, que en su momento no convenció del todo, y no fue muy bien en taquilla. Una de esas películas pre-Netflix que consiguió más reconocimiento de público y crítica gracias a su éxito en videoclubs y los primeros DVDs. Creo que a estas alturas no hace falta que os cuente el argumento, pero si rebuscáis, vais a encontrar al menos siete versiones diferentes. A eso lo llamo yo confianza en tu producto. Y si te sabe a poco siempre puedes ver ese engendro que en 2017 fue estrenada como continuación con el título Blade Runner 2049. Pero qué necesidad.
Muerte entre las flores (Hermanos Coen 1990)
Este es un caso curioso porque no está basada en una novela, sino en dos novelas de Dashiell Hammett: Cosecha Roja (1929) y The Glass Key (1931). Y aunque en su momento fue un sonoro fracaso, otra película pre-Netflix redimida gracias a los videoclubs, pero sobre todo gracias a Gabriel Byrne, su sombrero y Danny Boy. Muerte entre las flores marca un estilo, el de los Coen, siempre a medio camino entre el drama y la comedia, que nos permite vivir una historia que transcurre durante la llamada ley Seca. Nos acompañará una estupenda Marcia Gay Harden como nuestra nueva femme fatale.
Pulp Fiction (Quentin Tarantino 1994)
Este es un caso curioso más. No está basada en una novela exactamente pero sí en historias que el mismo Quentin Tarantino publicó en revistas gráficas en colaboración con Roger Avary. Este tipo de novelas gráficas se denominaban hard boiled, muy populares a mediados del siglo XX, y eran violentas y extremas, aunque llenas de humor negro y sangrante. Un poco como le pasa a esta película. Protagonizada por John Travolta, Uma Thurman, Samuel L. Jackson, Harvey Keitel, Bruce Willis y Tim Roth, entre otros, llevó a Tarantino a la categoría de joven genio entre la crítica y público, hasta el punto de que incluso ganó la Palma de Oro en Cannes. Yo todavía me pongo su banda sonora cada vez que viajo en coche.
L.A. Confidential (Curtis Hanson 1996)
Ya se que no es unánime entre mis amigos los críticos, pero a mi esta película me encantó, y me llevó a la novela de James Ellroy, la cual disfruté aún más. Guy Pearce, Russell Crowe, Kevin Spacey, Kim Basinger, Danny DeVito…, imposible montar un reparto así hoy en día, y bastante improbable que alguien más se atreva a mezclar tantos géneros diferentes en una historia enrevesada de detectives, prostitutas y periodismo amarillo, sin que se te eche encima el movimiento Metoo.
Sin City (Robert Rodríguez, Frank Miller y Quentin Tarantino 2006)
La primera de la lista que nace en un comic. Adaptación de la novela gráfica del mítico Frank Miller (300, Daredevil…), Sin City fue dirigida por Robert Rodríguez, el mismo Miller, y la participación especial de Quentin Tarantino. Una obra de arte que recrea el su homónima en papel de manera tan fidedigna, que a veces creemos que estamos ante el papel. Y además está protagonizada por Bruce Willis, Mickey Rourke, Clive Owen, Rosario Dawson, Jessica Alba, Benicio Del Toro, Elijah Wood…pues para qué queremos más. Polis malos, amores prohibidos, traiciones varias…puro cine negro.
El cine negro español
Si bien el cine español tiene grandes títulos en este género, curiosamente tiene pocos títulos que se basen en una novela negra. Ni siquiera una de las más emblemáticas, El Crack de Jose Luís Garci (1981). Aquí nuestros guionistas han preferido siempre tirar de realidad social y les han sobrado ideas. Esto es España, amigos, damos para mucho en esto de contar historias sobre criminales, corrupción y antihéroes sin futuro.
Aún así, hay alguna joya literaria que se ha llevado al cine con éxito desigual. Vamos a verlas.
El Clavo (Rafael Gil 1944)
Un ejemplo de buen cine negro que no sale de Hollywood, y en la misma época de esplendor de los americanos. Basada en la novela homónima de Pedro Antonio de Alarcón de 1853, esta historia de amor entre un juez, Rafael Durán, y un señora de pasado dudoso, Amparo Rivelles, es una maravilla noir, llena de erotismo soterrado e intriga romántica. Difícil de encontrar si no te suscribes a FlixOlé, ahí lo dejo.
Estambul 65 (Antonio Isasi-Isasmendi 1965)
Primer, y diría que único éxito mundial de nuestro cine negro, gracias en parte, a su elenco internacional. Y aunque siendo justos, más que en una novela, es una película basada en la saga de James Bond. Pero bueno, como James Bond es un invento literario, bien merece un espacio en esta lista negra, sobre todo por lo sorprendente de la propuesta, ya que, más que de película de espías, debe hablarse más bien de parodia.
Tatuaje (Bigas Luna, 1976)
Primer largometraje de Bigas Luna, sobre la novela homónima de Manuel Vázquez Montalbán, anterior a la serie de TVE que dio a conocer al personaje de Pepe Carvalho a toda España protagonizado por el impredecible Eusebio Poncela. Otro ejemplo de fusión entre cine y literatura, ya que en el guion participa el mismísimo autor de la novela, al que se suman Bigas Luna y José Ulloa. No esperen sorpresas porque la historia narrada sigue casi literalmente el libro, pero aún así, estamos ante una obra de este director único, y eso siempre es disfrutable.
Fanny Pelopaja (Vicente Aranda, 1984)
Extraña y sádica película de Vicente Aranda, basada muy libremente en Prótesis, de Andreu Martín. Una historia de venganzas personales y relaciones destructivas, cuya protagonista es una femme fatale más cercana al film noir francés que al americano. De hecho, los protagonistas son dos actores franceses desconocidos, que tampoco hicieron mucho más. Con esto se cubrieron de gloria.
Días contados (Imanol Uribe 1994)
La única película española que me gustó ese año. Basada en la novela homónima de Juan Madrid, ganó el año de su estreno la Concha de Oro a la mejor película del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, y 8 Premios Goya, así que asumo que a mucha más gente le gustó. Historia de amor imposible entre etarra y una joven yonki, por la cual nunca nos olvidaremos de Carmelo Gómez y Ruth Gabriel, aunque la industria actual parece que lo ha hecho. Mira que han pasado años, y sin embargo sigue siendo una de las mejores aportaciones del cine sobre el tema del terrorismo de ETA. Si no la has visto, ya estás tardando.
La última apuesta española por el cine negro
Soy consciente de que se quedan fuera de la lista muchas películas maravillosas y recientes de nuestro cine negro (Urbizu, perdóname), pero el objetivo de este artículo es hablar de cine basado en novelas. Y, salvo error mío, sorprende comprobar que han tenido que pasar casi 20 años para que un director español consiga adaptar una novela negra con éxito. Y me consta que se ha intentado, pero levantar una producción en este país es un milagro. Por eso que Elio Quiroga haya conseguido producir y dirigir La Estrategia del Pequinés es todo un acontecimiento.
Como ya os contaba al inicio de este artículo, está basada en la novela del mismo nombre de Alexis Ravelo, y que le valió el premio Hammett de la Semana Negra de Gijón, considerado el más importante de habla española en su género. La película canaria, como la novela, nos muestra el lado oscuro de unas islas aparentemente pacíficas y pequeñas, y en las que nunca pasa nada hasta que pasa, claro.
Pero no voy a hablaros más de La estrategia del pequinés, ya lo han hecho mis compañeras en estas mismas páginas, aunque si me lo permitís, me gustaría invitaros a ir al cine el próximo 31 de mayo, y disfrutar de sus protagonistas, Kirá Miró y Unax Ugalde, que están que se salen.
Una última confesión: yo de mayor quiero ser una femme fatal, y acabar muerta a tiros tras mi última traición. Qué final más bonito, y tan poco probable. En el fondo me parezco más a Bogart.
Qué guay. Muchas gracias , me ha encatando !