Fotografía: Orlando Gutiérrez

Son una pieza fundamental en los rodajes con niños o con actores noveles pero muchas veces son invisibles para el gran público. Los profesionales del coaching de actores trabajan para que el resultado final que vemos en la gran pantalla sea el más creíble y auténtico. Así, pocos saben que detrás de esas grandes interpretaciones que a todos nos sorprenden, hay un guía. Por ejemplo, recientemente hemos visto a Dairon Tallon, de 9 años, en Black Beach, que parte con algunas de las nominaciones a lo Premios Goya, detrás de esa actuación novel, estaba Sara Márquez, actriz y coach de actores, en su mayoría niños y jóvenes.

Nos tomamos un tiempo para hablar de la profesión con ella, de sus inquietudes y sobre todo, de lo mucho que aprende trabajando con niños. A veces son su guía, pero en muchas ocasiones los coach de actores son también sus protectores en un rodaje.

 ¿Qué es un coach de actores?

Consiste en hacer de guía. Lo que intentamos, sobre todo cuando son niños actores, es estimularle y guiarle tanto en la preproducción de la película o la producción como luego en el rodaje en el set. De lo que se trata es de ayudarle con el guion, en su relación con los otros personajes, en el rodaje mantenerle con toda la energía y el entusiasmo que se necesita para que saque todo su potencial.

¿Dónde empieza vuestro trabajo? ¿Cuándo os incorporáis a un proyecto?

Depende de la producción pero suele ser un par de meses antes cuando el guion ya está preparado. Necesitamos un tiempo previo para analizar el guion, los personajes, el desglose… Todo el trabajo que hace un actor adulto, con los niños, que no tienen esa formación o capacidad, tienes que hacerle tú esa parte del trabajo para luego explicarle todo. Algunos niños no saben ni leer. Luego, en los ensayos, te reúnes con el director para determinar qué quiere de cada actor.

Contra todo lo que muchos puedan pensar, los menores de edad están controladísimos y protegidos en los rodajes para que se cumpla con todos sus derechos.

Por supuesto, lo que tienes que hacer es mantener el entusiasmo, estimularles constantemente y protegerles. Las horas de los rodajes de los niños no son las mismas que las de los adultos. A veces, en la vorágine de un rodaje, donde el tiempo es muy justo, se le puede pasar a algún director o productor el tiempo y tienes que estar tú allí para controlar.

También para que tengan en cuenta que son niños, a lo mejor en algún momento necesitan descanso aunque no esté estipulado. Por eso hacemos un poco de defensor del menor. Es preferible hacer ciertos descansos que intentar forzar.

En tu caso, ¿por qué te has especializado en niños y jóvenes?

¡Ay! Porque es maravilloso trabajar con niños (risas). Que conste que he trabajado con actores adultos y ha sido maravilloso. El entendimiento es diferente y la relación también es increíble pero es que los niños actores están hechos de una pasta especial.

Son niños con una sensibilidad especial. Muy inteligentes y muy trabajadores, con mucha capacidad de sacrificio. Suelen ser buenos compañeros y se crea un vínculo muy especial.

Te dan muchísimas alegrías y aprendes muchísimo de ellos. Yo a veces me tengo que dar la vuelta para que no se me note que me estoy riendo de las ocurrencias que tienen. Son divertidísimos y te dan muchísimo cariño. Es una maravilla. Yo decía que lo más divertido del mundo era ser actriz pero desde que trabajé con niños la primera vez dije: esto es lo más divertido y gratificante del mundo.

Además yo mantengo el contacto con muchos con los que empecé y les vas viendo crecer y es un orgullo. Quizá, como no soy madre, tengo ahí esa cosa maternal con ellos que me falta.

Están libres de prejuicios. Como actriz, ¿Alguno de ellos te ha planteado algo sobre lo que tú no te hubieses parado a pensar?

Tengo muchos momentos pero, por ejemplo, hace poco, en un rodaje, a una niña le dije que iba a haber cambios de guion por cambios en el presupuesto y ella, al rato, me preguntó: «Pero, ¿Cambio de presupuesto porque hay más dinero o porque hay menos?». Entonces claro, son ese tipo de cosas con inocencia, porque nunca hay más, siempre es para recortar. Son muchas cosas las que te aportan y como actriz te dan mucho también.

¿El mayor reto al que te has enfrentado hasta ahora?

La serie Paraíso porque eran 6 actores protagonistas a la vez. Eso era un reto brutal aparte de la actriz adulta. Son muchos personajes, muy diferentes, mantener el racord de cada uno, mantenerles en su entusiasmo y energía sin que la tuya decaiga.

Ese ha sido el mayor reto, pero el resultado es brutal y dentro de poco lo podréis ver en Movistar y merece la pena. Sobre todo, al final es disfrutarlo. Con niños lo disfruto mucho.

¿Cambia mucho si esta guía es para un trabajo audiovisual que si es para el teatro?

Muchísimo. La energía es la misma pero el lenguaje es otro. Es totalmente diferente lo que tienes que trabajar con uno y con otro. Una vez que salen a escena ya son ellos, no hay un «corten» o un retomar. El lenguaje es completamente diferente y la forma de trabajar con ellos también.

Como espectadora, ¿un trabajo que hayas visto en el que te haya fascinado la labor de los coach de actores?

Hay muchas películas en las que se ve el trabajo pero en O que arde, la vi y pensé que había un trabajo maravilloso detrás. Mezclaban además actores profesionales con lugareños y es un trabajo increíble. Salí descolocada totalmente.