En su pugna por hacerse con las caras más famosas de Hollywood, las grandes plataformas televisivas (Amazon, Apple, HBO y Netflix), apuestan por tirar de chequera y gastar millonadas en estrellas. Reese Witherspoon y Jennifer Aniston van a cobrar más de un millón de euros por episodio en un drama para Apple, Julia Roberts 530.000 euros por cada episodio en Homecoming (Amazon) y Winona Ryder 300.000 por cada episodio de Stranger Things (Netflix).
Encabezando la lista de sueldazos está Javier Bardém, que cobrará un millón de euros por cada capítulos en la nueva miniserie sobre Hernán Cortés que produce Amazon y Amblin TV, empresa de Steven Spielberg. No se conoce el resto del reparto pero sí que son solo cuatro capítulos escritos por el cotizadísimo Steven Zaillian, autor de la magnífica serie The Night Of .
Bardem se pone en cabeza de estrellas como Steve Carrell, Sean Penn, Alec Baldwin, Dwayne Johnson o el también español Antonio Banderas, que cobró 180.000 euros por Genius: Picasso.
La noticia del sueldazo de Bardem y de su participación en este ambicioso proyecto ha pasado desapercibida en los diarios, televisiones y radios españolas. Al menos en comparación con las miles de noticias sobre los emolumentos que cobran futbolistas o entrenadores como un tal Lopetegui, que cobrará dos millones más que Bardem solo por un finiquito, por dejar de currar.
En un país normal a cualquiera le parecería plausible que Javier Bardem fuese el protagonista de una serie sobre la historia de su país y que se va a ver en todo el planeta. También que cobrase una pasta, como es lo lógico. Como diría el presidiario Rodrigo Rato, “es el mercado, amigo”. Pero en la España envidiosa, casposa y reaccionaria estas cosas no gustan porque para los fachas la “Marca España” no es Bardem, sino la España que ellos deciden. La de Los de Río y Julio Iglesias.
Me meto en ABC para ver lo que sus lectores opinan sobre el proyecto de Spielberg con Bardem. Ni un solo comentario a favor. Esto es lo que leo (corrijo las demenciales faltas de ortografía): “¿Pero éste no es socialista? ¿Y puede cobrar eso?”. “Pues habrá valorado cuantos millones de españoles no vamos a verla”. “¡Qué bien pagan la caca!”. “Me la apunto para no verla”. “Mira, una serie que no voy a ver”. “Dinero que Bardem y su clan repartirán a desahuciados y demás”. “¡Coño, Amazon! ¡Me doy de baja!”.
Yo también. De España.
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