La Gran Enfermera tiene tendencia a alterarse mucho cuando algo impide que su equipo funcione como una máquina bien aceitada, exacta, de precisión. Cualquier objeto desordenado o fuera de lugar o en medio del paso la convierte en un blanco hatillo de sardónica furia.
Era 1960 cuando Ken Kesey, estudiante universitario, se ofreció voluntario en un hospital de California para el experimento de nuevas drogas psicodélicas como terapia psiquiátrica. Esta curiosidad dió como fruto una de las novelas que forma parte de la historia de la literatura universal: Alguien voló sobre el nido del cuco y el nombre de Ken Kesey quedó registrado como uno de los mejores autores de todos los tiempos.
En 1963 la misma historia catapultó otro nombre: Dale Wasserman. Dramaturgo estadounidense con querencia por los personajes inadaptados y geniales, adaptó la novela al teatro y se convirtió en uno de los éxitos más aclamados de Broadway.
Y cómo no, el protagonista de Alguien voló sobre el nido del cuco: Randle McMurphy, quedó grabado en el imaginario colectivo a partir de la actuación del actor que le dió vida en el cine: Jack Nicholson. Su inolvidable interpretación le hizo merecedor del Oscar al Mejor Actor Protagonista en 1976. La película dirigida por Milos Forman se llevó 9 estatuillas y también quedó catapultada como una de las mejores películas de la historia del cine.
Tal background pondría de los nervios a cualquiera que quiera realizar su propia puesta en escena, sin embargo aquí vuelve esta historia tremenda, a las tablas madrileñas, recordándonos de nuevo lo difícil que es diferenciar a los locos de un lado y otro del muro.
Con dirección de Mónica Vic y traducción de Jaroslaw Bielski, Alejandro Tous se pone en la piel de Randle McMurphy. Junto a él un fantástico reparto donde destaca especialmente Jesús Vidal -flamante Goya Actor Revelación 2019 por Campeones.
Una vez más Randle McMurphy, rebelde y vital, pondrá patas arriba una institución psiquiátrica más parecida al mundo real de lo que nos gustaría. Sus internos, con sus historias individuales tiernas, delirantes y caóticas, seguirán a un líder que armado de un tremendo carisma intentará impartir justicia en un lugar donde queda anulada la singularidad de los pacientes en nombre de una vuelta a la «normalidad social».
Todo un alegato en contra de la uniformidad que las instituciones intentan imponer desde la historia de los tiempos, llevado al extremo para que podamos sentirlo en nuestra piel. Alguien voló sobre el nido del cuco no tiene final feliz, y esto no es un spoiler. Si esta historia es un calco del mundo real, no hay más que darse una vuelta por las noticias de última hora para comprobar que finalmente la ganadora es la desesperanza.
Alguien voló sobre el nido del cuco
Del 5 al 29 de septiembre
Teatro Calderón. C/ Atocha, 18. Madrid.
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