Los colores que durante tantos años han protagonizado las películas de Almodóvar, reflejados en paredes, suelos y vestuario se trasladan ahora a lienzos enormes. La trabajada paleta que hace reconocible los trabajos del cineasta manchego hasta ser capaz de identificar ese aire «almodovariano» cuelga hasta el mes de enero en las paredes de La Tabacalera de Madrid.
Pedro Almodóvar ha abandonado brevemente el mundo del cine para abrirse paso en la pintura. De la mano de su amigo, el artista Jorge Galindo, exhibe la exposición «Flores». Ambos artistas trabajaron a cuatro manos en las 40 obras que protagonizan la exposición que mezcla óleo, lienzo e impresión digital en pinturas de gran tamaño. Y aunque hay más blanco y menos rojo que el habitual de sus películas, Almodóvar deja plasmados sus rasgos en las obras.
El arte en las películas de Almodóvar
Si por algo se caracterizan las películas de Pedro Almodóvar es por contener infinitos guiños al mundo del arte y por servir de escaparate para artistas. Figuras como Maruja Mallo, Andy Warhol, Louise Bourgeois, Tiziano, Magritte o Las Costus son solo algunos de los que han visto referencias a sus obras en la filmografía de Almodóvar.
Jorge Galindo no iba a ser menos y algunas de sus obras son referente en las películas de Pedro. La más relevante, el dibujo del niño de Dolor y Gloria, el último filme del director. El dibujo que un joven albañil hace de un niño sobre un saco de yeso y que cobra mucha importancia al final de la película está firmado por Galindo.
La exposición
Aunque Almodóvar confesó que antes de llegar al estudio de Galindo en Toledo creía que no iba a ser capaz de coger un pincel, una vez allí se lanzó sobre el lienzo y se dejó llevar por su intuición. En la exposición, dos vídeos filmados por Teresa Font muestran como Almodóvar y Galindo asumían el proceso creativo y se enfrentaban al papel en blanco hasta transformarlo en la obra.
La entrada de la exposición la inaugura un enorme cuadro de once por seis metros, Ramo Salvaje II (2018). Otra de las piezas que más llama la atención es el cuadro Lo opuesto a la meditación, una especie de maceta con un rostro de mujer pintado sobre ella del que brotan flores de colores.
La muestra se vende como un canto a la libertad y a la acción de la creación , una afrenta a los convencionalismos y a las barreras unitarias de lo creativo y una invitación a trazar puentes entre disciplinas que parecen estar alejadas, como en este caso, hacen el cine y la pintura.
La exposición se puede disfrutar en el espacio La Principal de la Tabacalera de Madrid hasta el 26 de enero de 2020.
Además, si eres fan del universo almodovariano, a parte de recomendar esta exposición, echa un vistazo al libro del que ya hablamos en Más de cultura, que hace de guía por el Madrid de las películas del director.
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