José Luis Montesinos ya tenía experiencia en el cortometraje, tanta, que se llevó un Premio Goya a casa por El corredor. Se pone a los mandos de su primer largometraje en Cuerdas. Y lo hace con una historia que sacude al espectador de principio a fin, generando una tensión casi inaguantable en algunos puntos que le otorga a la pieza del poder que tiene el verdadero suspense.
Cuerdas formó parte de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Sitges y ahora llega a las salas de cine el 28 de febrero de la mano de Begin Again Films.
Elena es una joven tetrapléjica que se ha retirado a vivir en una masía en el campo con su padre. Allí cuenta con la ayuda de Athos, un pastor belga especialmente adiestrado para ayudarla. La joven se siente invadida por el dolor que le causa la muerte de su hermana todavía muy reciente. Repentinamente, su perro, que debería ser su mejor amigo, ha contraído una extraña enfermedad… y se ha convertido en su peor enemigo.
Charlamos con el director de esta historia que nos cuenta lo apasionante de mezclar el suspense con una historia de superación en la que el realismo es precisamente el elemento más terrorífico.
Cuerdas es una historia de suspense pero también de superación.
Sí, Cuerdas, para mi al menos, es un proyecto completo. Además de ofrecerme la posibilidad de trabajar un género tan preciado como es el thriller. con tintes de terror, me da la posibilidad de hacer el cine que siempre me ha gustado. El de historias de superación.
En este caso, explicar la historia de Elena. Es una chica muy joven que ha tenido la desgracia de tener un accidente que la ha dejado paralítica. Se va a tener que enfrentar a sus peores miedos y hacerles frente para salir adelante en una película que te agarra desde el principio y no te suelta hasta el final.
¿Cómo llega Paula del Río a Cuerdas?
Paula la verdad es que nos cae del cielo. Nos encontrábamos inmersos en un proceso de casting bastante complicado porque todo el peso de esta ficción recae en la actriz protagonista. Con lo cual, necesitábamos esa persona que nos aguantara y que tuviera suficiente físico para aguantar toda la película sobre sus hombros.
En ese proceso de casting se nos presentó Paula del Río. De hecho, al principio no contábamos con que se fuera a presentar porque no cumplía uno de los aspectos pedidos que era la edad. Paula era muy joven, tenía 18 años, y nosotros buscábamos alguien más mayor. Pero decidimos hacer la prueba y menos mal que lo hicimos porque nos hizo una representación de las escenas increíble.
Nos sorprendió muchísimo, tanto a mi como director, como a los productores y todo el mundo que estaba allí. Sacó de las tripas el personaje de Elena. No solo la cogimos a ella sino que re-adaptamos el guion para convertirlo en un personaje más joven que cumpliera la edad que tiene Paula. Creo que valía la pena y el resultado ahí lo tenemos.
Otra de las protagonistas es Espiona, la perra que interpreta a Athos. ¿Hay miedo a la polémica con los animalistas?
Era una película que no solo tenía el reto de tener una sola actriz con movilidad reducida, también rodar con animales. No solo la perra que hace el papel de Athos (Espiona), también el hurón.
Si la película suscita polémica, la podemos resolver muy rápido: Es una película en la que hemos trabajado precisamente con animalistas. Las personas que han estado al cuidado de los animales en el rodaje son los primeros que marcaban el ritmo, los procesos con los animales, los juegos… en ese sentido te puedo asegurar que creo que los animales son los que mejor se lo han pasado en este rodaje.
Es super curioso verlos trabajar. Con los adiestradores. Cómo plantean esos juegos para conseguir el resultado en la ficción que nosotros deseábamos. Al principio teníamos dudas de a qué nivel podíamos llegar a trabajar con el perro pero en cuanto descubrimos lo que era capaz de hacer Espiona, que es una perra que es campeona en su modalidad a nivel europeo, alucinamos.
Cómo sustentaba los ejes de mirada, marcaba las posiciones exactas que tenía que utilizar, los movimientos, las carreras… nos dimos cuenta de que podíamos trabajar y darle ese tono realista a la película con el animal. Lo que si que tuvimos es mucha preparación. Estuvimos trabajando aproximadamente durante medio año con Espiona haciendo todos los ejercicios que luego tenía que aplicar en la película. Son juegos para el animal.
Con el hurón estuvimos menos tiempo porque es más parecido a un gato, hace lo que quiere (risas). Fue más divertido porque era un actor de improvisación. Pero cumplió expectativas. Eso y el apoyo de efectos digitales dota a la historia de un realismo muy importante y era muy buscado.
Es lo que confiere a esta historia de ese terror doméstico. De lo conocido que actúa de una manera que no te esperas. Y eso es lo que hace que sientas esa angustia que perseguíamos. Por eso ha sido un verdadero placer. Y para Paula, que es una amante de los animales…estaba encantada con ellos.
Hay efectos digitales pero Cuerdas no peca de ellos, es bastante naturalista ¿Qué aspectos habéis cuidado para esto?
Los efectos digitales en esta película van en pro del tono de la historia que buscábamos. Son efectos invisibles. En nuestro caso no necesitábamos hacer un monstruo, teníamos que trabajar sobre elementos reales, conocidos, y darles ese tono que buscábamos para generar el terror y la angustia que siente la protagonista. En ese sentido se ha trabajado en más de 120 planos digitales y lo bonito de esos planos es que el espectador no lo nota.
Para mi una de las cosas más importantes que tiene hacer cine es que el espectador se siente en esa butaca, esté en la piel de Elena y se crea todo lo que le está pasando desde el principio hasta el final.
Para eso contábamos con la ayuda de todos los equipos a nivel de asesoramiento, por ejemplo en el caso de la parálisis, desde guion, para que todo lo que aplicábamos a nivel de detalles en el personaje y en sus movimientos fueran realistas y acorde a lo que puede sentir una persona que está en esas condiciones.
¿Te ayuda tu experiencia en cortometrajes para esos detalles?
Hay historias que dan para cortometraje y otras que dan para largometraje. En el caso de Cuerdas es verdad que partíamos de un high concept, un argumento contundente y original.
Se que todo está inventado pero al menos no se ha tratado demasiado. Teníamos pocos referentes en ese sentido y en este caso sí que se puede asemejar un poco a cuando haces un cortometraje.
Intentas impactar, pero el desarrollo del personaje es mucho más amplio, podemos trabajar mucho más los diferentes traumas que tiene Elena y cómo se enfrenta a ellos. Desglosar un poco todo ese backstory que se plantea en la película.
Es una película que habla de esos deseos que a veces es mejor no ver cumplidos. El mundo del cortometraje me ha enseñado mucho a saber rodar historias e intentar que lleguen al público pero es una historia muy diferente cuando te enfrentas a un largometraje. Pero es un formato en sí mismo y ayuda.
¿Más de cultura y menos de qué?
Y menos hipocresía
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