Fotografía de Abril Zamora: Romero de Luque
Abril Zamora es una persona a la que no le gusta definirse por su trabajo, y mira que cuenta con una amplia trayectoria profesional y artística. Siempre «maquinando cosas», Abril Zamora nos hace un hueco a Más de Cultura para hablar de los proyectos en los que ha trabajado y en los que están por llegar.
– La primera pregunta no puede ser otra en estos días extraños, ¿qué tal estás?
Muy bien 🙂 Estoy sana, trabajo desde casa y tengo dos perritas que toda la pandemia se han encargado de sacarme a pasear, así que todo bajo control.
– Actriz, guionista, directora, escritora de novela negra y juvenil… ¿Quién es Abril Zamora?
Hombre, Abril Zamora (así hablando en tercera persona, jajajaja) es otra cosa… el trabajo en sí creo que no me define mucho. Soy inquieta, nerviosa y tengo la cabeza siempre como una olla express por lo que me encanta estar constantemente maquinando cosas, casi como con una actitud de juego. Creo que antes siempre parecía que tenías que elegir entre las categorías profesionales… la típica pregunta “¿Qué prefieres?”, pero ahora muchas de las cosas que me gusta hacer se van ramificando y se conectan por si mismas. Si no hubiera querido ser actriz no habría acabado escribiendo y no habría dirigido, por eso no sé donde empieza la directora y donde acaba la actriz. Aún así, y respondiendo a quien soy, soy una tía de 38 añazos que intenta hacer las cosas lo mejor que puede, que es parlanchina, un poco vaga y que se esfuerza por estar en constante aprendizaje… no sé… es muy difícil definirse.
– ¿Cuándo decides dedicarte al mundo de la interpretación?
Siempre he tenido esa pulsión. Yo no era esa cría que hace playbacks para su familia o que le gustara ser el foco de atención. Yo mis teatrillos me los montaba sola para los peluches. Siempre fui vergonzosa. Supe que quería ser actriz cuando veía la serie Sensación de vivir y quería tener 18 para poder actuar ahí con Brenda y Kelly… Nunca perdí de vista mi objetivo, por eso, cuando empezó a salirme más trabajo como guionista o directora, seguí siendo fiel a esa pequeña Abril de 8 años y seguí intentándolo agarrándome a mis primerizos impulsos artísiticos, por decirlo de alguna manera.
«Todo Señoras del (h) Ampa fue una anécdota loca»
– Hace poco hablamos en Más de Cultura con Marta Belenguer y nos comentó que su Elvira de “Señoras del (h)AMPA” era uno de los personajes favoritos de toda su carrera. Y en Más de Cultura somos muy fans (en plural) de la serie. ¿Nos puedes contar alguna anécdota de su rodaje? ¿Cómo va la segunda temporada?
ELVIRA TAMBIÉN ES DE MIS FAVORITAS. Y la escribimos pensando en Marta, por lo que lo bordó e hizo un personaje estupendo. ¿Anécdotas? Todo Señoras del (h) Ampa fue una anécdota loca… Grabamos un piloto con pocos medios donde todo el equipo arrimó el hombro creyendo en el proyecto y se creó una cosa muy bonita. Fue como volver a los inicios, cuando hacías cortometrajes con amigos y con poca cosa. Y luego compraron la serie y luego todo se hizo realidad y fue una pasada. Cuando haces una serie con ciertos tintes de género es inevitable que hayan anécdotas relacionadas con la locura y lo bizarro. Las actrices lo han dado todo y les hemos hecho todo tipo de perrerías, desde meterlas en combates de lucha libre, perseguirlas de madrugada por el bosque…llenarlas de sangre y cosas pegajosas…una locura y nadie se ha quejado. Tenemos una suerte de elenco que disfruta frente a la adversidad.
¿La segunda? Pues yo no estoy en la segunda… He dirigido el primer capítulo de la segunda temporada y ha sido una gozada volver a trabajar con el equipo y dar el pistoletazo de salida a esa nueva historia, pero estaba en otros berenjenales y no pude estar. Aún así, la serie está quedando genial y me hace mucha ilusión que dieran luz verde a la segunda :). Cuando llegó el Covid se paró el rodaje y quedan un par de semanas para finiquitar, pero en nada se retoma y se ponen manos a la obra.
– “Vis a Vis” acaba de volver con su secuela. ¿Cómo fue tu llegada a la serie original? ¿Qué tal te recibió la Marea amarilla?
Fue una locura. Yo era fan de la serie, trabajaba con Maggie en “A quién te llevarías a una isla desierta?” la obra de Jota Linares y me la devoré con ganas. Cuando la vi me pareció alucinante, arriesgada y necesaria y cuando años después Fox la retomó y me llamaron para la prueba me volvió loca. Solo imaginarme formando parte de un elenco así… guau… hice una prueba para un personaje muy pequeñito que no tenía nombre, era “Yonki” ya está… pero les gustó mucho el casting y me fueron haciendo crecer. Fue genial tener poco en la tercera temporada, para poder encontrarme a mi misma como actriz, puesto que era la primera vez que trabajaba oficialmente como actriz. Cuando mi personaje creció en la cuarta temporada fue todo un regalo y ya me sentía segura para poder defenderlo a muerte. Fue un disfrute y un gran máster artístico y técnico.
La marea amarilla… pues fíjate, sabía que existía ese movimiento, pero no fui consciente del poder y de la envergadura hasta el estreno de la tercera temporada. El cine estaba abarrotado de gente que gritaba, la Gran vía estaba llenita de gente que gritaba mi nombre y sabían que estaba en la serie sin haberse estrenado… ES UNA LOCURA, tanto, que si no hubiera sido por ellos, la serie no hubiera vuelto y eso es así.
– ¿Cómo surgen las novelas “Élite: asignatura pendiente” y “Élite: al fondo de la clase”? ¿Qué podemos encontrar en ellas?
Me llamaron de Planeta porque me habían recomendado para escribirlas. Yo ya había acabado mi andadura en Élite, pero nunca había escrito una novela… así que me dio mucho morbo la idea, pero propuse algunas cosas… Yo no quería escribir historias con los mismos personajes, porque las novelas tenían que ir en paralelo a la serie, entonces eso limitaba mucho la posibilidad de crear cosas que afectaran directamente a la evolución de ellos. Así que se me ocurrió dar un derecho a réplica a otros alumnos de la clase, los menos populares, los menos alpha y con los que yo más me podía identificar. Así que la historia se centra en nuevos personajes, en sus vivencias, amoríos y tal, pero los protagonistas de la serie aparecen de vez en cuando como cameos… En la segunda novela disfruté mucho, porque me permití añadir algo de género slasher, Élite lo tiene todo para ser un slasher clásico: Instituto, sexo, uniformes… así que decidí meter a un asesino enmascarado y me lo pasé teta 🙂
Abril Zamora: «no es mi obligación luchar, pero siento que es mi responsabilidad»
– La representación del colectivo transexual en el audiovisual ha sido nula o negativa a lo largo de los años. ¿Existe algún caso que tú te hayas echado las manos a la cabeza por la elección del casting?
Siempre me echo las manos a la cabeza cuando veo que en el año 2020 se sigue contando con actores cis para interpretar personajes trans. Y de verdad que no tiene nada que ver con los actores si no con la decisión. Hemos ganado mucho camino, hemos trabajado mucho para dar visibilidad al colectivo. Claro que una actriz cis puede hacer un personaje trans, nadie cuestiona el valor artístico de la decisión… pero hasta que no haya posibilidades de trabajo para los actores y actrices trans, seguirá siendo terrible que no nos dejen ni interpretar a los personajes que lo son, que son a los únicos a los que nos pueden dejar optar. Cuando la normalidad sea ver actores trans haciendo personajes cis, cuando se elijan a los interpretes por sus capacidades y no por sus condiciones, todo el mundo podrá interpretar todo, pero estamos muy lejos de eso. Además poner a una actriz cis a hacer trans cuando la serie tiene un tono real es quitar mucha verdad al proyecto.
Siempre me preguntan por el personaje de Paco León en La casa de las flores y no me parece el mismo caso, yo no he visto la serie, pero creo que el personaje empieza antes de su transición y tiene varias escenas antes ¿no? Si hicieran una película de mi vida sería normal coger a un actor cis para interpretarme antes de empezar la transición, pero cuando el personaje ya ha comenzado su andadura es terrible no dar la oportunidad (ni llamar a la prueba) a un actor o actriz trans. Hasta que las cosas cambien, las posibilidades cambian y todo cambie seguiré viendo a actrices cis haciendo de trans y pensaré en las cabalgatas que tienen a un Baltasar blanco pintado de negro. Siempre doy este ejemplo, pero es muy gráfico. Creo que esas decisiones impiden la visibilidad de un colectivo. Lo que no ves no existe y nosotros existimos… así que que nos muestren al mundo, por favor. En otros países ya es impensable, pero aquí damos un paso para delante y dos para atrás y todo parece un espejismo… pero aún así hay gente que sigue intentando hacer las cosas bien.
– Y con todos estos trabajos de los que hemos hablado, el nombre de Abril Zamora se ha convertido en los últimos años en referente de la visibilidad transexual en nuestro país. ¿Qué sientes tú al respecto?
Es muy gratificante recibir mensaje de padres de niños trans a los que les da mucha seguridad ver que hay gente que trabaja y a la que le va bien y creo que desestigmatiza mucho los prejuicios que sigue habiendo. Yo no soy muy abanderada de nada, hablo de ello cuando tengo que hablar, pero creo que ayudo mucho a la visibilidad trabajando sin dar mucha importancia a la transexualidad que para mí no la tiene. Por ejemplo, Luis Tosar es gallego, eso le define, sí, pero no se pasa el día hablando de Galicia. No se si se entiende muy bien lo que quiero decir… Aún así queda mucho por hacer y hay pocos referentes. Cada vez es más fácil ver a personas trans en los medios y eso es alentador para las nuevas generaciones, para que se puedan identificar con algo, para que puedan normalizar lo que les pasa… Yo no hago un gran esfuerzo, lo de ser referente se me olvida, pero recibo muchos mensajes y me hace muy feliz ver que puedo ser esperanzadora para la gente. Ayer me llegó un dibujo de una niña trans de 10 años y me emocionó mucho ver que me tiene colocada ahí… yo siempre digo que no es mi obligación luchar, pero siento que es mi responsabilidad y aprovechar esta visibilidad momentánea para normalizar, no solo desde el discurso, si no desde la acción, por eso siempre intento estar presente, para que la gente no se olvide de que, en mayor o menor escala, seguimos currando para hacernos un hueco y para que las generaciones que vengan tengan la rendija un pelín más ancha.
– Si tuvieras que elegir el momento más feliz de tu carrera, ¿cuál elegirías?
Ahora estoy desarrollando una plataforma un proyecto de serie muy personal. Es muy emocionante y he disfrutado mucho escribiendo los capítulos. Ahora empezamos la preproducción y cada día es una fiesta. Escribo, dirigiré y actuaré si todo va bien y noto que es lo más importante que he hecho y agradezco que se me de esta oportunidad… Como actriz, el primer día de rodaje de la película Life Ahead, cuando grabé por primera vez con Sophia Loren me aterré, pero me crecí para no hundirme y pensé que era algo maravilloso poder currar con una leyenda como ella… no tengo mucho ego, la verdad, pero en ese momento me sentí muy feliz y como que había conseguido algo muy grande. En el teatro, por ejemplo, cuando una de mis primeras obras se representó en Grecia y vi que lo que yo había escrito desde la nada funcionaba en otro idioma me volví loca de contenta y fui muy feliz, yo tenía 26 años y fue muy especial y motivador para seguir trabajando. Las palmaditas en la espalda son muy importantes, para que engañarnos 🙂
– ¿Cómo estás llevando la cuarentena? ¿En qué te estás refugiando?
La llevo genial. No me refugio en nada… No es una situación normal y no hay que intentar normalizarla. Es una puta pandemia mundial no son unas vacaciones, por lo que a veces el trabajar se hace cuesta arriba, pero intento transitar por ello. Hago lo mismo que hacía antes: Trabajar, comer, ver series… no es muy diferente a lo que hacía, ¡¡salvo que tengo unas ganas locas de salir a emborracharme y bailar!!
– Es complicado hablar del futuro tras la cuarentena, pero, ¿qué planes de futuro tienes?
Los rodajes se detuvieron, pero lo que tiene que ver con escribir y con la creación sigue… así que he estado trabajando en diferentes proyectos sin parar… SOY MUY AFORTUNADA (y muy pesada… ¡si no hay trabajo me lo intento inventar! Así que siempre tengo tres o cuatro words abiertos, jejejeje)
– Vamos llegando al final, y comienzan las recomendaciones. ¿Podrías decirnos el último libro, canción, película, obra de teatro, o cualquier expresión artística que te haya emocionado?
Para emocionarme siempre recurro a las dos últimas temporadas de A dos metros bajo tierra, es mi serie favorita y la veo cada dos por tres porque me encanta :). El capítulo cuatro de Tales from the loop me emocionó mucho, pero la serie, aún siendo preciosa, tiene un tempo no apto para siestas. Mis series favoritas son El asombroso mundo de Gumball, me flipa, Flebag, claro… y últimamente he visto Servant que me ha volado la cabeza y he disfrutado mucho. También he sido muy fan de la última temporada de Rupaul Drag Race… que tenía un nivelón. Leer no leo nada, lo reconozco y canciones… el otro día escuché haciendo elíptica la canción de Lalalove yu “el fin del mundo” la escuché en bucle durante 37 minutos…
– En Más de Cultura nos gusta conocer nuevos talentos, así que, ¿podrías recomendarnos a algún talento artístico/cultural que deberíamos descubrir?
Yo soy muy fiel a mis equipos. Siempre trabajo con la misma gente tenga más o menos presupuesto… Mis actores fetiche siempre son los mismos: Juan Blanco, con el que he trabajado en un puñado de cosas ya y que está cada vez más imparable. David Matarín, al que conozco desde hace un montón de años y siempre se apunta a un bombardeo y está a punto de despegar del todo. Nuria Herrero, Lorena López, María Maroto, Marta Belenguer, Paula Muñoz, Bea de la Cruz… Son una pandilla de actores jóvenes que lo dan todo, que tienen un nivel de exigencia e implicación exagerado y que para mí son un lujo en toda regla. Cualquiera de ellos son talento, ganas y futuro efervescente. Soy muy afortunada de poder trabajar con ellos. Soy muy fan de Georgina Amorós, ya no solo por el talentazo que tiene, si no por sus inquietudes, o sea, tiene millones de seguidores y utiliza sus redes para hacer directos enriquecedores, para hablar del tabú de la menstruación o para animar a los jóvenes a que sean inquietos políticamente y voten, eso es de admirar. Pero no todo van a ser actores. Carlos Cebrian, el dire de foto con el que siempre trabajo, es alucinante y un crak y tiene una manera de humanizar su trabajo que da gusto… no lo cambio por nada. También, desde hace unos años, trabajo con Andrea Guerrera, que hace diseño de arte y es joven, emprendedora y curra como una jabata… Jo, es que estoy muy bien relacionada… no sabría que decir… ¡TODOS MOLAN!
– Nuestra revista se llama Más de Cultura, así que la pregunta es, ¿Más de Cultura y menos de…?
Mas de cultura y menos de zona de confort.
Tenemos que empezar a romper estereotipos, a arriesgar, a innovar… a dar cabida a personas que siempre han tenido vetado el acceso… y no me refiero solo en el ámbito audiovisual… Vivimos en una sociedad que repite patrones, con falta de empatía y tenemos que abrir un poco la mente, abrirnos de orejas para escuchar al otro, para entenderlo… hay que arriesgar en la ficción, pero sobre todo en la vida.
¡Gracias Abril Zamora por tu tiempo!
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