¿Qué hace que una serie sea un éxito mundial? ¿Por qué, de repente, te conviertes en un apestado social si no has visto en Netflix El juego del calamar, la serie de la que se habla en el trabajo, en la barra del bar, en el transporte público y en la consulta del dentista mientras te hacen un empaste? ¿No has visto El juego del calamar?, preguntan mientras te miran como si fueses un enfermo antisocial. ¿Cómo es posible que, habiendo tanto canal, plataforma y producción original donde elegir, miles de personas apuesten cada noche por esta ficción de Corea del Sur?
La respuesta a la pregunta inicial es sencilla: nadie sabe cómo hacer que una serie sea un rotundo éxito mundial. Ni un ejecutivo, ni el CEO de moda, ni un algoritmo. Y el que diga que lo sabe, sencillamente miente. Desde luego, a lograr un éxito morrocotudo ayuda que la serie en cuestión aparezca en el catálogo de Netflix. Sus espectadores llegan cansados del trabajo, se hacen una cenita, se hunden en el sofá y buscan. Algo rápido, ligero, como la cena, como la vida. Netflix les ayuda: “Tendencias ahora”, “Las 10 más populares en España”, o algo tan relativo como “Películas emocionantes” o “para pasar el rato” (sic).
Netflix piensa por ti, es como un videoclub en el que el dueño te recomienda lo que más vende en el local, el resto es un páramo en el que perder tu tiempo. Y el tiempo es oro, bien lo sabe Netflix, que ha logrado 111 millones de reproducciones durante el primer mes de emisión de El juego del calamar, una serie, que como las películas Parásitos o El hoyo, es una crítica al consumo y al capitalismo pero son éxitos gracias al consumo y al capitalismo.
Es todo tan delirante, que la venta de las Vans blancas que llevan los jugadores de El juego del calamar se han disparado. Las ventas del modelo slip-on en color blanco ha aumentado un 7.800% desde que se estrenó la serie, convirtiéndose en una de las nuevas tendencias de la temporada y el calzado más buscado de internet en todo el mundo. Y si en Halloween te quieres disfrazar de personaje de El juego del calamar, puedes conseguir en Amazon el chándal verde de la serie.
Hay, eso si, ocurrencias de fans mucho más graves. En El juego del calamar un grupo de personas compiten a vida o muerte para hacerse con un premio millonario. Un argumento bastante poco novedoso. Bien, pues su popularidad es tal que algunos colegios han alertado de que alumnos que han visto la serie juegan a reproducir sus salvajes pruebas. Es más: en colegio de San Sebastián de los Reyes decidieron advertir a madres y padres en una circular: “Las imágenes y valores trasmitidos en esta serie pueden perjudicar seriamente a los niños y las niñas en la etapa de infantil y primaria”. Resulta cuando menos chocante que mientras Netflix rechaza ficciones con alto contenido sexual (como la nueva película de Ana de Armas) no haga lo mismo con ficciones con alto contenido violento.
Pero El juego del calamar no es única. Estas célebres ficciones también desataron un loco fenómeno fandom:
TWINK PEAKS
Hizo historia y legiones de seguidores. Como dijo la crítica de The New York Times, nunca se había visto en prime time, y en una cadena en abierto, nada parecido. Twink Peaks fue la gran apuesta del primer Telecinco y uno de los inconfundibles iconos culturales de los años 90. “Tu pantalla amiga”, así se presentaba la cadena de Mediaset, emitió la primera temporada de esta extraña serie detectivesca en dos semanas y desató la locura colectiva, no se hablaba de otra cosa en todas partes y generó cientos de teorías, conspiraciones y hasta sesudos análisis semióticos. Por supuesto, Telecinco logró su récord de audiencia con el esperadísimo final (David Lynch no quería un final al uso, pero la ABC le obligó a resolver el asesinato que tenía en vilo a medio planeta). El desenlace juntó en España a 3,3 millones de espectadores y cuando la televisión privada estaba en pañales.
Premios: 4 nominaciones en los Emmy y 3 Globos de Oro, entre ellos el de Mejor serie del año.
La crítica dijo: “Puede que sea la obra más asombrosamente original que se haya hecho para la televisión estadounidense” (Richard Zoglin, Time)
PERDIDOS
Tras Alias y antes de embarcarse en nuevas películas de franquicias como Misión imposible, Star Trek o Star Wars, J.J. Abrams arrasó con esta serie de 6 temporadas y 121 episodios sobre un dispar grupo de supervivientes de un accidente de aviación en una isla del Pacífico. Fue tal la perdidosmaía, que RTVE acabó moviendo la serie de la sobremesa de los domingos al prime time de los jueves, enfrentándola a OT, que ya se emitía en Telecinco. Finalmente, también Perdidos acabó en Mediaset, en Cuatro, y pinchó en sus últimas y estiradas temporadas.
Premios: 10 premios Emmy.
La crítica dijo: “Una serie normalita, estirada, exagerada, histérica, ridícula y groseramente rematada que cambió para siempre las series de televisión y, sobre todo, la forma de verlas” (Alberto Rey, El Mundo).
THE WALKING DEAD
Tras Perdidos, la gente pedía otra serie a la que engancharse. Se la dio Frank Darabont, que tuvo la idea de llevar el cine de serie B, el de zombies, a la serie A y con generosos presupuestos. Darabont abandonó por desavenencias con la cadena, AMC, y la serie fue reinventándose con nuevos personajes, por ejemplo con villanos como el Gobernador o Negan Smith y su bate de béisbol tuneado con un alambre de pinchos. Ahora la amenaza no eran tanto los zombies como los propios humanos. Pero The Walking Dead, que lideró las audiencias de los domingos en Estados Unidos, resultó ser otro chicle estirado y miles de sus fans la abandonaron.
Premios: 2 premios Emmy.
La crítica dijo: “El apocalipsis zombi nunca había sido tan aburrido. Esta temporada no se desarrolla a fuego lento, es una soporífera prueba de resistencia” (Luke Holland, The Guardian, sobre la 7ª temporada).
BLACK MIRROR
Creada por Charlie Brooker, Black Mirror se estrenó en Channel 4 en diciembre de 2011. Era algo nuevo: episodios autoconclusivos y que tenían poca o nula relación entre ellos. De un fenómeno inglés, se volvió un fenómeno global y la tercera temporada llegó a Netflix para culminar su exitazo y aumentar su ejército de fans por todo el planeta. No se hablaba de otra cosa, Black Mirror caló en la gente como muy pocas series lo han hecho en la cultura popular en años. Entre otras muchas maravillas, con el episodio San Junipero la serie confirmó que el gran cine estaba más en la televisión que en las salas.
Premios: 6 premios Emmy y un BAFTA.
La crítica dijo: “Black Mirror dice más en seis episodios que lo que la gran mayoría de series intenta representar o articular en docenas. Es emocionante y ambiciosa” (Margaret Lyons,
Vulture)
JUEGO DE TRONOS
El capítulo final de la sexta temporada generó 400.000 tuits en su estreno en Estados Unidos. La enajenación de la audiencia llegó a tales niveles con esta superproducción de HBO que los fans pusieron hasta el nombre de su personaje favorito a sus propios hijos. Según el Instituto Nacional de Estadística (a 1 de octubre de 2016) en España hay 201 personas que se llaman Arya, 252 Arias, 41 Daenerys y 30 SanSas. Además no faltaron en aparecer los rápidos que organizaron visitas turísticas a los lugares de rodaje. En Irlanda la empresa Game of Thrones Tours lo hizo con visitas a localizaciones cerca de Dublín, Belfast o Derry. Y como casi siempre, el chicle volvió a estirarse demasiado y la última entrega no logró colmar las expectativas de los fans.
Premios: Llegó a lograr, en una sola temporada, 19 nominaciones a los Emmy.
La crítica dijo: “Es grande, sangrienta y absolutamente gloriosa” (Brian Lowry, Variety)
STRANGER THINGS
En este caso no solo se vivió el frenesí de los fans, también del product placement. Todo fue negocio alrededor de Stranger Things, una vuelta a los ochenta. El Museo de Ciencias de Minnesota volvió a poner a la venta una sudadera de los 80 solo por la avalancha de peticiones de fans de la serie. Vendieron 80.000 sudaderas en solo un día. Además, BAIT se unió con Reebok para lanzar las Reebok Ex-O-Fit Clean Hi por 140 dólares con dibujos de Los Cazafantasmas hechos en la serie. Lo que hace tiempo es un hecho es que la moda ochentera dura más que la propia década.
Premios: 7 premios Emmy.
La crítica dijo: “Nada en ella resulta particularmente nuevo, Stranger Things es un paseo más torpe de lo que debería ser” (Hank Stuever, The Washington Post)
LA CASA DE PAPEL
El gran éxito mundial producido en España. Antena 3 la despreció y se convirtió en un fenómeno a nivel internacional con Netflix. El primer episodio, en Antena 3, reunió a cuatro millones de espectadores, pero la audiencia de los siguientes episodios cayó en picado hasta que la cadena de San Sebastián de los Reyes decidió no renovar la serie y acabar con ella. En Netflix se lanzó sin publicidad, como fondo de armario, y llegó el boom. Se confirmaba que nadie tiene ni idea de cómo hacer que una serie sea un rotundo éxito mundial.
Premios: 2 Fotogramas de Plata.
La crítica dijo: “La mejor serie española de la historia” (Víctor M. González, Revista GQ)
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