El último disco de Fran Perea y su estética que recuerda a la antigua botica nos lleva al trabajo de la artista Koi Samsa, responsable de éste y otros proyectos de identidad personal así como obras abstractas. El arte como una expresión de emociones que a menudo acompaña en sus redes sociales con pedazos de texto, sobre todo poesía, para aportar una guía al espectador.
Hablamos con la artista de su inspiración, sus proyectos e inquietudes. Ante nuestra clásica pregunta, aunque esta entrevista sea sobre arte, saca su vena fitness.
Me llama la atención que tú misma definas tu arte como una expresión de las emociones. ¿Por eso la técnica abstracta?
Sí, completamente. Creo que al no estar atada a unas normas físicas, la abstracción me permite buscar en sitios no obvios. Que parezca algo. Hay más probabilidades de una expresión más interior, sin esas ataduras.
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Pero en tus composiciones siempre hay algo de texto.
La literatura, y más concretamente la poesía contemporánea, es una fuente de inspiración muy grande para mi. Es verdad que especialmente en Instagram incluyo a menudo un trocito de poesía. Lo hago porque es una inspiración para mi. Muchas veces es un punto de partida. A lo mejor hay alguna imagen visual que obtengo de la vida real, como una foto y un grupo de palabras, lo pongo como en una coctelera y salen estas cosas.
Hago otras que no tienen, pero en redes sociales creo que ayuda a mucha gente a crear un mensaje que si no se queda a veces un poco críptico. Ves una mancha o una serie de elementos dispuestos y como espectador muchas veces necesitas más contexto.
Creo que en las redes sociales como un ejercicio de comunicación hacia fuera y creo que eso puede ayudar bastante a la gente a entenderlo y a formar parte de esa comunicación.
¿Te ha pasado que alguien no entienda tu obra o le de una interpretación completamente distinta?
Claro, constantemente. De hecho, yo muchas veces no pregunto. Me ha pasado a veces con mis amigos (risas) que a veces me dicen que no lo entienden. Pero es bonito.
Hay otras personas con las que conecta de alguna manera y muchas veces por ser una emoción más genérica o abstracta tiene la posibilidad de llegar a gente más dispersa o diferente a ti.
Con las historias uno conecta o no, pero cuando lanzas algo más ambiguo me gusta pensar que ellos lo reciben de maneras diferentes. Me emociona mucho cuando me dicen que les llega lo que digo. Lo valoro un montón.
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Vemos que cuentas con muchos trabajos centrados en identidad visual que quizá es un campo desconocido. ¿Cómo se empieza a crear una identidad visual para un proyecto?
Ahí la verdad es que cada cliente puede tener un enfoque diferente. Los que a mi más me interesan son proyectos cercanos a lo humanista como en el caso de Fran Perea, por el que nos conocemos.
Él viene con una idea, lo conozco bien, estudio bien las canciones, las leo, intento entender qué hay detrás. Analizas la personalidad del otro y lo pasas por tu filtro. Eso es inevitable. Piensas en los objetivos y con lo que tiene que estar vinculado, porque creo que es importante que haya cierta pertinencia con el contexto social.
Muchas veces es un diálogo con la marca, la persona o el creador o director del proyecto. Es una reflexión sobre la propia identidad de las cosas la que a mi más me interesa. Muchas veces va conectado con la manera que tengo yo de entender el arte. No está desconectado.
Resulta que también has participado en la marca personal de otra de nuestras entrevistadas @Roenlared
Sí, el acercamiento es muy diferente porque además para Ro fue un logo y una serie de colores que en su caso venían de su contexto. Ella antes tenía una cosa como más universitaria y fue una evolución de lo que ya había hacia algo de lettering, que es una de las técnicas que más me gusta utilizar.
Trabajar con Ro es genial porque es una persona muy abierta y de un trato muy sencillo. Es todo blanco sobre negro. Lo expones y notas su dulzura o amabilidad como persona. pero también su contundencia con una personalidad bastante firme. Intentas plasmar eso en lo que haces y creo que funciona.
¿Y cuando te toca hacer tu propia identidad? ¿No te quiebras mucho la cabeza?
Sí que cuesta ¿Eh? Porque te metes casi en rollos existencialistas. Pero al final hay que verse desde fuera y facilitar las cosas. Sí que hubo un tiempo en el que me costaba mucho priorizar sobre lo que sabía hacer, pero había que simplificar el mensaje.
La mayoría de las personas tienen apenas tres minutos para dedicarte entonces es mejor ser conciso y ponerlo fácil y luego ya si quieres les cuentas tu vaina, como yo digo.
Además del mundo del arte tienes una faceta fitness ¿De dónde viene eso?
(Risas) Bueno, sí. Yo creo que todos tenemos varias personalidades pero en redes sociales siempre exponemos una, tu proyecto profesional. La cuarentena ayudó mucho, por lo menos para mí. Te subes a la báscula y dices: «¿Cómo ha podido suceder?». Y como me parece una manera muy interesante de tener una especie de diario y compartir experiencias con otros, por eso tengo otros perfiles donde comparto más fitness.
¿Un nuevo aspecto que te gustaría probar en tu trabajo?
Bueno, no se, a priori no tengo ningún reto a la vista. Creo que sería más centrarme en mi y en mi propuesta artística y a ver por dónde nos lleva.
¿Es una buena época para emprender proyectos?
Bueno, partiendo de que creo que es un contexto dificilísimo para todos y también es una coyuntura económica difícil a mi este tiempo me ha servido mucho para tomar decisiones y ver qué es lo importante y qué no. En mi caso me ha servido para lanzar mi propio proyecto y cada vez coger menos proyectos de otros.
Muchas veces te das cuenta de que se pasa el tiempo y estás centrado en poner lo mejor de ti para que en el equipo crezcan proyectos pero ¿Y el tuyo qué? No va a venir nadie a echarle carbón a tu locomotora.
A mi me ha servido mucho el parón para reflexionar y además he tenido la fortuna de poder vender bastante obra pequeñita a un precio muy asequible. No se si es que la gente al estar en casa le ha apetecido decorar… no se. Pero la verdad es que estoy muy contenta y orgullosa. Por eso ahí hay una pequeña puerta para poder investigar ese territorio.
¿Más de cultura y menos de qué?
Y menos pereza. Ahí he sacado la vena fitness.
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