Hoy, último domingo del año, he decidió escribir también el último post del año con la idea de exorcizar los malos augurios que surcan el ambiente. La verdad, empieza a molestarme tanta negatividad y no quiero acabar así el año. Somos nosotros, cada uno de nosotros, los que con ilusión debemos intentar cambiar las cosas, no va a venir nadie a hacerlo.
Esto, llevado a nuestra actividad profesional que es el audiovisual y el cine en particular, sería que no nos dejáramos llevar por la falta de optimismo, y cogiéramos el toro por los cuernos e intentáramos hacer algo para que nuestra maltrecha industria continúe produciendo obras audiovisuales, y que con calidad consigan llegar al público español y extranjero.
Empezaremos el año con la esperanza de que se llegue a algo en las reuniones de la Comisión Mixta Para el Estudio de un Nuevo Modelo de Financiación de la Cinematografía y el Audiovisual de nuestro país, donde representantes del gobierno, de nuestro sector y de las televisiones, por fin se han arremangado y se han puesto a hablar de hacia dónde debemos ir económicamente, buscando un futuro para nuestra industria.
Pero por otro lado, los profesionales del sector deberíamos además hacer un llamamiento para que no solo se hable de la financiación del cine y el audiovisual, sino que se haga una reflexión más profunda, donde la profesionalización del sector en todos sus aspectos sea central en el cambio de rumbo. Una profesionalización que pasa por que los productos que se hagan sean de contenido extraordinario y factura impecable, donde las prácticas de creación se hagan con todas las garantías, y la ejecución de la producción se haga siguiendo las normas establecidas. Las empresas del sector deben funcionar como tales, deben llegar a ser productivas, fortaleciendo las bases para que crezca la riqueza y por tanto se cree una verdadera industria.
No es pedir demasiado, así que manos a la obra, entre todos podemos.
Feliz año 2013.
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