José Luis Estañ dirije su primera historia en formato largometraje para dar vida a Darío Manzano, el joven protagonista de A diente de perro que, tras enterearse de que está metido en un lío relacionado con la droga, tendrá que luchar por su supervivencia y la de su familia. Un thriller vibrante que llega a los cines el 1 de julio de la mano de Begin Again Films.
El alicantino nos cuenta que la pasión por las historias le viene desde bien «chavalín», cuando realizaba cortometrajes. La carrera de Comunicación Audiovisual la dejó a los 23 años y, tras poner algunos gofres o limpiar algunos pimientos- es que en la zona de Callosa del Segura que es también el escenario de A diente de perro los trabajos son así- llegó la oportunidad de lanzarse al largo. En su mochila, algunos cortometrajes más serios como 400 caladas y Perversión: «todos los cortos eran para adquirir la experiencia y sentirme preparado para aventurarme al largometraje».
El guion de esta historia se gesta en un piso de Alicante, donde el cineasta se encerró a escribir. Cuando llega el momento de la gran pregunta, el «de qué hablamos», Estañ lo tiene claro: «la piedra angular fue la crisis del 2008. A través de esa crisis generamos una trama con un pequeño drama social en el que queríamos contar cosas pequeñas pero que conciésemos de primera mano. Las luchas económicas de la gente trabajadora para llegar a fin de mes, cómo afecta una grave enfermedad en un hogar y cómo entre todos tiramos para adelante». El thriller llegó después, con el objetivo de hacer una mezlca equilibrada para lo que él mismo cataloga de una película «muy ambiciosa, pero pequeña y redonda».
Construyendo la trama
Por el camino, varias tramas que se quedaron fuera: «analizamos todo lo que teníamos y nos dimos cuenta de que ese final que teníamos no era suficientemente potente para que fuese la trama principal de la película. Encontramos ciertos huecos a mitad de metraje en los que, si re-escribíamos la intro y el final, la trama sería distinta y quedaría más cuadrada».
Un texto muy local que se balancea entre las interpretaciones de actores profesionales y no profesionales, una tendencia cada vez más habitual en el cine: «También fue de las primeras decisiones. Igual que hacían nuestros referentes como Eloy de la Iglesia en El Pico o Navajeros. Tenía claro que eso iba a crear una verdad y una frescura que iba a funcionar bastante bien».
Y es que tanto ellos, como su actor principal, que es también productor, Miguel Ángel Puro, rezuman verdad. «Tenía claro que si la gente cercana superaba la barrera de no cohibirse ante la cámara, su energía descontextualizada de la realidad, en el mundo de la peli, iba a funcionar».
El estancamiento de una generación marcada por las crisis
Sin embargo, pese a estar escrita desde el prisma de la ficción, A diente de perro encierra mucha verdad sobre el estancamiento de una generación joven que a veces no encuentra demasiadas salidas en pueblos como Callosa.
Se hace imposible no pensar, en el carácter premonitorio de algunos textos, como si A diente de perro pudiera ser hasta un aviso de lo que estaba por venir con la inflación derivada de una pandemia mundial y una lucha por el control del gas oprimiendo cada vez más a las familias de áreas casi rurales: «No teníamos mucha idea del desastre que nos venía por encima», ríe José Luis, » pero independientemente de la crisis que nos toque vivir, las batallas de la gente trabajadora siempre han estado. La ambición de este proyecto también era eso. No fliparnos con cosas grandilocuentes y contar cosas pequeñas pero universales. Retratarlas con la mayor fidelidad, pero sin señalar».
Una realidad laboral que también se traslada al mundo del cine, donde productoras como la suya, Trilita Films, creada por José Luis Estañ, Miguel Ángel Puro e Iván Émery (El director de fotografía de la película que también es productor y guionista del film), tienen que financiar las películas con fondos obtenidos de otros puestos de trabajo. A veces incluso aquellos que no tienen que ver con el audiovisual.
Otros proyectos en Trilita Films
Pero no crean que un cineasta desiste en su ilusión por seguir haciendo cine: «tenemos en mente la segunda película de nuestra productora, Lunático, la primera película de Oggi (Iván Émery)», nos cuenta el creador; «también estamos intentando levantar la primera película de Miguel Ángel (Puro), que está aún en fase de guión. La más ambiciosa va a ser mi segunda y en unos años intentaremos levantarla».
Serán años duros, las leyes cinematográficas no se lo están poniendo nada fácil a los productores verdaderamente independientes. Por eso, quizá, más que nunca, más de cultura y «menos maldades. Más buenrollito. Más ayudarnos los unos a los otros y que no nos pongan tantas trabas para hacer cine».
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