El 2020 ha sido el año de los documentales sobre escritores. Entre los mejores trabajos destacan cuatro largometrajes dedicados a cuatro famosos escritores españoles: Francisco Umbral, Benito Pérez Galdós, Antonio Machado y Miguel de Unamuno. Por su puesto, también destacamos el documental más importante de 2020 (El año del descubrimiento) y obras dedicadas a la figura de un cineasta (Pedro Olea) y un publicita (José María Cruz Novillo). Ahí van nuestros 10 favoritos:
Anatomía de un Dandy (Charlie Arnaiz y Alberto Ortega)
Las columnas de Francisco Umbral para El Mundo son leyenda, igual que su “He venido a hablar de mi libro” en un programa de Mereces Milá o su famosa afición a tirar libros que no le gustaban a la piscina de su chalet en Majadahonda. También fue célebre su pasión pro el dinero (se jactaba de lo que cobraba por artículo o conferencia), la fama (fue un escritor reclamado por los programas más populares y horteras de la televisión) y el reconocimiento académico, que culminó con el prestigioso Cervantes.
El estupendo documental Anatomía de un Dandy cuenta con los testimonios de Raúl del Pozo, Juan Cruz, Manuel Jabois, Pedro J. Ramírez, Ángel Antonio Herrera, Antonio Lucas, David Gistau, Ramoncín y su viuda María España Suárez, que consintió durante años sus aventuras extramatrimoniales. El trabajo de Arnaiz y Ortega es un gran fresco de una España en la que los escritores podían llegara ser tan famosos como un actor o un cantante, los años del Café Gijón, los premios de relumbrón (era tal pasión de Umbral por el escaparate que alguien escribió “el Nadal ha ganado el Umbral”), aquellos lejanos y añorados tiempos en los que la gente leía periódicos y empezaban a hacerlo por la última página, en la que aparecían las famosas negritas de Umbral, un hombre que pasó de una infancia pobre en Valladolid a ser reclamado en los más exquisitos saraos de la noche madrileña. Y todo sin olvidar el devastador dolor que le supuso perder a su hijo pequeño por culpa de la leucemia y del que nunca se recuperó.
El siglo de Galdós (Miguel Ángel Calvo Buttini)
Documental que nos permite conocer la vida personal y profesional de Benito Pérez Galdós coincidiendo con el año del centenario de su fallecimiento, el 4 de enero de 1920. Obligado para estudiantes de literatura y lectores de sus textos, entre ellos obras llevadas al cine como Marianela, El abuelo, Doña perfecta, Misericordia, Nazarín, Tristana, Fortunata y Jacinta o Tormento.
Antonio Machado. Los días azules (Laura Hojman)
En este caso el escritor homenajeado es Antonio Machado y la conmemoración el 80 aniversario de su muerte. La obra usa la vida del poeta como símbolo de la España que se perdió y es un canto a la importancia de la cultura para el progreso de un país. Con la gran voz de Pedro Casablanc leyendo fragmentos de la obra de Machado, este trabajo ha sido nominado a mejor documental en los Premios Forqué.
Palabras para un fin del mundo (Manuel Menchón)
Sin duda uno de los mejores documentales del 2020, rodado y escrito por un director que ya trató al personaje de Miguel de Unamuno en la ficción La isla de viento. El trabajo de documentación y guión de Menchón resulta admirable y el uso de infinidad de imágenes de archivo deslumbrante.
La película profundiza más que el largometraje de ficción que estrenó Alejandro Amenábar (Mientras dure la guerra) porque no solo abarca los últimos día de Unamuno, sino los últimos años. Y recuerda que fue diputado por Salamanca en el Congreso y hasta propuesto para presidir la República, de la que acabó alejándose. Solo cinco años más tarde, un fin de año de 1936, Unamuno murió en su casa en extrañas circunstancias y con un solo testigo.
2020 (Hernán Zin)
Severo documental y para ver preparado, no en cualquier momento. Su valor no es su estética (es un trabajo muy en bruto y sin mucho cine), sino su urgencia y actualidad. Cuando se declaró el estado de alarma, el cineasta Hernán Zin (autor de Nacido en Siria) salió con un pequeño equipo de cámara a recorrer hospitales, ambulancias, residencias, morgues, funerarias, y hospitales de campaña. Más de cuatro meses de rodaje y finalmente un resultado devastador. En cine como testigo del horror y en primera línea.
Olea… ¡más alto! (Pablo Malo)
Pedro Olea no es Saura, ni Zuleta, ni Almodóvar, ni Eloy de la Iglesia, íntimo amigo suyo. Ni por supuesto Bardem, Berlanga o Buñuel, pero es un hombre al que se le quiere mucho en la precaria industria del cine español, la gente del oficio que ha trabajado con él lo respeta. El director de Tormento y El maestro de esgrima no ha coleccionado cadáveres como otros egocéntricos, más bien ha coleccionado deudas tras el tremendo batacazo comercial que supuso Morirás en Chafarinas, película boicoteada por el ejército español y en la que Olea dirigió a montones de jóvenes actores que hoy soy celebridades.
En la larga conversación que es Olea… ¡más alto!, el director bilbaíno recuerda lo fascinante e intenso que es rodar prácticas en la escuela de cine (doy fe, es algo inolvidable) y los primeros encargos locos, como aquella peli con Boris Karloff que nunca se hizo pero por la que cobró, horrores fílmicos protagonizados por Juan pardo y Junior y el lío que montó con Joan Manuel Serrat y una bufanda con la bandera con los colores de la bandera republicana.
Los peor parados del documental son Assumpta Serna, que no entendió su personaje de El maestro de esgrima, Imanol Arias, que boicoteó el rodaje y estreno de Bandera negra y Arturo Fernández, que se puso a dirigir por su cuenta a Isabel Pantoja en su segunda película, producida por Víctor Manuel. Su mujer, Ana Belén, también aparece en el documental, al igual que Concha Velasco, José Sacristán, María Barranco, José Luis Garci, Diego Galán, Imanol Uribe, Jorge Sanz, José Frade, Fernando Guillén Cuervo y Manuel Morón.
Cartas mojadas (Paula Palacios)
Uno de los documentales más crudos del año rodado por Palacios junto a la tripulación del Aquarius, buque del Open Arms también llamado “barco rojo” por las miles de personas que huyen de sus países para encontrar una vida mínimamente digna en Europa. Palacios ha rodado documentales sobre inmigración como New Walls o Ali’ens: Somalis in transit y en este trabajo se limita a ser un testigo del horror que se vive en el mar, por ejemplo la muerte de un bebé que no supera la espantosa experiencia. Un digno trabajo que nos recuerda que la gente no se juega la vida en pateras por afición, sino porque huyen del hambre, el tráfico de personas, las violaciones y las guerras. Premio del Público en el Festival de Málaga, Premio del Público en el Festival de Ourense y nominación al mejor documental en los Premios Forqué.
El hombre que diseñó España (Andrea G. Bermejo y Miguel Larraya)
Cuando ves el interesante documental sobre el diseñador José María Cruz Novillo, tienes dos sensaciones contradictorias. Por un lado lo admiras por su obra y por otro lo rechazas por lo acaparador que fue y porque quizás Cruz Novillo sea el ejemplo del artista oficial, el virtuoso bien relacionado con el poder de turno y al que se le encargaba TODO, algo tan español.
Sea como fuere, y sin olvidar la increíble potra de un chaval que pasó en meses de un pueblo de Cuenca a Nueva York, donde conoció a los creativos de la Avenida Madison en los que se basó la serie Mad Men, es un trabajo que todo amante del diseño está obligado a ver. De hecho, es tal la influencia de este artista, que en publicidad se dice “acruznovillar” un diseño cuando alguien se inspira en el trabajo del creador de la imagen Correos, Renfe, el PSOE, Endesa, Repsol, Ante 3 Radio o El Mundo. ¡Hasta de billetes del Banco de España y los uniformes de la policía!
Cholitas (Pablo Iraburu y Jaime Murciego)
Muestra la vida de cinco mujeres indígenas que con sus vestimentas tradicionales lograron ascender los 6.962 metros del Aconcagua, la más alta de América. Deslumbra la voluntad y el coraje de Dora Magueño, Lidia Huayllas, Cecilia Llusco, Elena Quispe y Liita Gonzales y convence la realización y la fotografía.
El año del descubrimiento (Luis López Carrasco)
El documental más ambicioso y extenso del año, una película de 200 minutos que rememora las protestas obreras de 1992 en Cartagena para presentar una argumentada reflexión sobre la vergonzosa pérdida de derechos de la clase obrera en la globalización. A pesar de la pandemia, la película ha interesado al público español. Y no solo español porque su recorrido internacional está siendo deslumbrante: Mejor película en el Festival de Mar del Plata, Gran Premio del Jurado en el Festival de Sevilla, Mejor película en el Festival Internacional de Cine de Bogotá y nominación a mejor documental en los Premios Forqué y a mejor película, dirección y guion en los Feroz.
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