Hablamos de bodas y de matrimonios, eso sí, con un toque friki. No te pierdas las alianzas más raras del amor millennial.
Hemos visto múltiples pedidas de mano o declaraciones de amor en el cine, algunas tan mundialmente parodiadas como esa de los carteles de “Love Actually” o el momento en el que John Nash le dice a Alicia en “Una mente maravillosa” que su relación “merece un compromiso a largo plazo” y que necesita una prueba o dato empírico, vamos, la manera de pedir matrimonio entre cerebritos.
Pero los Millennials parecen pensar como Big en “Sexo en nueva York”, que en vez de alianza, le regala a Carry unos Manolos, porque las típicas alianzas son algo muy común, ¿cómo ha decidido esta generación ser más original? Pasen y vean.
Como si de un capítulo de “Black Mirror” se tratase, lo de grabar las alianzas con frases ya no se lleva, ahora lo que mola es imprimir la huella dactilar de tu amado o amada y dejarla grabada en un anillo, el siguiente paso es intercambiarse los anillos, así siempre tendremos un anillo personal e irremplazable (bueno, al menos hasta que se patente la clonación).
Siguiendo con “Black Mirror” ¿os acordáis del capítulo “caída en picado” en el que todos los dispositivos medían cualquier movimiento de las personas? Pues siguiendo con la estela de las pulseras que miden todo de nuestro cuerpo, también están los anillos Motiv Ring. Son capaces de monitorizar y guardar toda tu actividad diaria y enviársela también a tiempo real a tu pareja. La compenetración nunca ha estado tan controlada.
El “hasta que la muerte nos separe” adquiere más sentido con las alianzas de la diseñadora Kiley Granberg, que ha creado anillos con forma de tornillo y tuerca. Casan a la perfección pero claro, en el día a día, no sabemos si es lo más práctico…
Otros Millennials deciden tatuarse directamente las alianzas para siempre, así seguro que no se pierden, lo del qué hacer si hay divorcio es más complicado.
Al estilo del personaje de “Una mente maravillosa” están las alianzas grabadas en código binario. Así, se mantiene el secreto de lo escrito. A Sheldon Cooper le gusta esto.
Por supuesto, las opciones cinematográficas son infinitas desde ese “anillo para dominarlos a todos” que permite grabar en élfico nuestros votos hasta una boda ambientada en “Star Wars”.
Y es que, ya que es para toda la vida, que mejor que hacer algo original.
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