Los papas de Roma siguen siendo personajes que atraen a la ficción y siguen teniendo una buena relación con el cine y la televisión. Ahora tenemos en las pantallas televisivas Los dos papas y pronto llegará The New Pope, continuación de The Young Pope. En este especial de MDC vamos a hacer un repaso de los papas más famosos que ha dado el cine y la televisión.
Los dos papas es la última sorpresa de 2019. Fernando Mereilles, director de Ciudad de dios, ha contado con un guión con buena construcción de personajes, los dos en conflicto al principio y finalmente amigos. Hablamos, por supuesto, del Papa Francisco y el Papa emérito Benedicto XVI. Uno es austero y odia los lujos y el otro es cerebral y riguroso con el boato vaticano. Uno es un papa popular y el otro un intelectual ensimismado. Anthony Hopkins como Joseph Ratzinger y Jonathan Pryce como Francisco está inmensos. Nota: Netflix también produjo hace tres años la miniserie italiana Llámame Francisco, basada en la película del mismo titulo, dirigida por Daniele Luchetti y con Rodrigo de la Serna como Bergoglio.
The Young Pope, aclamada por la crítica en 2016, fue todo un acontecimiento hace tres años. Basada en un guión de Umberto Contarello, Tony Grisoni, Stefano Rulli y Paolo Sorrentino, la serie trata sobre el recién elegido Papa Pío XIII (Jude Law). Lo acompaña la hermana Mary, una monja a la que da vida Diane Keaton. La nueva temporada, titulada The New Pope, nos contará el enfrentamiento de Pío XIII con el nuevo Papa que lo debe sustituir y que no es otro que John Malkovich. The Guadian ha publicado que la serie es “tan intensa y encantadora como gloriosamente enigmática”. Esperemos que sea mejor, la primera temporada era tan fascinante visualmente como dispersa en sus guiones (nada nuevo en el disperso Sorrentino).
Quo Vadis, de Mervyn LeRoy (contratado tras el despido de John Huston), estrenada en 1951 y candidata a ocho Oscars, era de visión obligada en Semana Santa y también en algunos colegios católicos. El título se refiere a un supuesto encuentro entre Jesús y San Pedro cuando escapaba de la persecución de los romanos. San Pedro preguntó “Quo vadis, Domine?” (¿Adónde vas, Señor?). Y Jesús le contestó: “A Roma, la ciudad que tú abandonas para hacerme crucificar de nuevo”. Basada en un best seller de Henryk Sienkiewicz, la película trata sobre la persecución a los cristianos en tiempo del sádico Nerón (estupendo Peter Ustinov, ganado del Globo de Oro por su trabajo).
El tormento y el éxtasis (1965) es una elegante película de Carol Reed (El tercer hombre) con Charlton Heston como Miguel Ángel y Rex Harrison como Julio II, pontífice encargado de contratar al famoso artista para que pintase la bóveda de la Capilla Sixtina. El pobre papa acaba hasta la mitra de los retrasos del colérico y apasionado Miguel Ángel. Se hizo muy famosa la contestación a gritos de Heston cuando Harrison le preguntaba cuándo terminaría la obra: “¡Cuando la acabe!”.
Las sandalias del pescador también es de los sesenta (1968) y la dirigió Michael Anderson, que poco más tarde dirigió de La papisa Juana, basada en la leyenda medieval del Papa Juan, que en realidad era una mujer (Liv Ullmann en la película) y llegó a máximo dirigente de la Iglesia en el año 855. En Las sandalias del pescador Anthony Quinn logra una caracterización fabulosa y que recuerda al polaco, y víctima del comunismo, Karol Wojtyla. La película es abiertamente anticomunista (como lo es 1984, también de Anderson y basada en la magistral novela de Orwell) y tiene uno de los finales más impactantes del los sesenta: el papa anuncia al mundo que venderá todos los tesoros del vaticano para dar de comer a los más necesitados.
Roma de Fellini (1972) es un Fellini famoso pero muy menor, un paso más en una carrera marcada por un cine ensimismado, egocéntrico y excesivo. La película es especialmente conocida por un desfile de diseños de ropa litúrgica y ceremonial para el papa, una burla que no sentó nada bien en Italia.
Hermano sol, hermana luna, también estrenada en 1972, contó con un papa de excepción: el gran Alec Guinness (El puente sobre el río Kwai, Star Wars) en el papel de Inocencio III, el papa que se postró ante San Francisco de Asís para expresar su respeto ante su vida de mendigo, una vida dedicada a servir a los más necesitados. La dirigió Franco Zeffirelli, director de la estupenda serie Jesús de Nazaret.
El padrino III es el gran cierre (en 1990) de una trilogía que es una catedral del séptimo arte gracias al genial Francis Ford Coppola y al afamado novelista y guionista Mario Puzo. En ella el cardenal Lamberto, confesor de Michal Corelone, es nombrado Papa, pero al intentar barrer la casa y sacar la irrespirable corrupción del Vaticano es envenenado y asesinado nada más llega al cargo. Coppola y Puzo se basaron para escribir su guión en los rumores sobre la muerte de Juan Pablo I en 1978 (solo 33 días después de ser elegido) y su relación con el escándalo del banco del Vaticano. Otra película que abordó este tema fue Los banqueros de Dios (estrenada en 2002 y dirigida por Giuseppe Ferrara) que trata sobre la quiebra del Banco Ambrosiano y el “suicidio” en un puente de Londres de Roberto Calvi, hecho que también aparece en El padrino III.
Amén causó polémica en 2002 por su cartel, en el que se jugaba a fusionar la cruz nazi con la cruz cristiana. En esta interesante y dura película de Costa-Gavras el papa es Pío XII, que por salvar los privilegios del Vaticano fue cómplice de los nazis y desoyó a los que le informaban de las demoníacas atrocidades que estaba ocurriendo en los campos de exterminio nazis.
Los Borgia (a los que Michael Corleone citaba al descubrir el entramado de poder y crimen montado en el Vaticano) fueron también los protagonistas de la interesante serie de tres temporadas creada por Neil Jordan (Entrevista con el vampiro). Gracias a Los Borgia Jeremy Irons fue nominado a Mejor actor en serie dramática en los Globos de Oro en 2011.
Habemus Papam, estrenada ese mismo año, es una comedia en la que Nanni Moretti dirigió a Michel Piccoli como el cardenal Melville, elegido como nuevo Papa, cargo que duda en asumir. Tras sufrir un ataque de pánico cuando va a aparecer ante los fieles en el balcón de San Pedro, sus asesores le aconsejan que vea a un reconocido psicoanalista que es el propio Moretti. Curiosamente, se estrenó antes de que Ratzinger renunciara a su cargo, hecho histórico que narra la película con la que hemos empezado este repaso que esperamos haya sido de su interés.
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