A estas alturas, las salas de cine han demostrado que son un lugar sin peligro, más protegidas del virus que bares o restaurantes y no digamos que atestados vagones de metro. Lo demuestran los cero contagios en festivales de cine como el de Málaga o el de San Sebastián. Eso sí: las duras medidas aplicadas a las salas de cine chocan entre la relajación de otros sectores y parecen medidas de imagen, de cara a la galería.
Ante esta alarmante situación, las salas se sienten abandonadas. También las distribuidoras de cine, que son las que nutren de contenido a las salas. Y entre ellas están las empresas más independientes, las que cada mes tienen que enfrentarse a las majors, las grandes multinacionales norteamericanas. Por eso no les ha quedado otro remedio que hacer un trabajo de lobby para que el gobierno no les deje plantadas antes el abuso de los americanos o de empresas españolas con más dinero, más subvenciones y mejores relaciones en festivales y mercados.
En el reparto de incentivos (por puntos, como en el caso del guión, la producción o la exhibición) siempre se llevan la mejor parte y la mayor cantidad de puntos las distribuidoras veteranas, con más presupuesto anual y trayectoria. En estas valoraciones ministeriales se juzgan incluso las campañas de promoción, algo más ligado al marketing y la publicidad que al terreno administrativo.
Muchos de los responsables de las distribuidoras de cine más independientes se preguntan por qué las ayudas se reparten siempre entre tan pocos. Quince de esas empresas están en Próxima, asociación de distribuidores de cine independiente y de autor en versión original. El modelo de distribución de Próxima (Adso Films, Atera Films, Begin Again Films, Capricci Cine, #ConUnPack Distribución, El Sur Films, Elamedia Estudios, Flamingo Films, Márgenes Distribución, Night Drive, Noucinemart, NUMAX Distribución, Paco Poch Cinema, Segarra Films y Surtsey Films) se basa en promover el cine independiente de autor, nacional e internacional, ya sea cineastas emergentes como arraigados.
EL PRESENTE
Silvia Lobo (de Elamedia Estudios y Presidenta de Próxima) recuerda a MDC que el mercado español no es fácil. “Las ayudas a la distribución de cine se basan en el número de copias y salas y la inversión en publicidad, pero si hay una media de 12 estrenos semanales, los propios socios de Próxima compiten por 15 pantallas, con lo que alguien siempre se queda fuera. Y sin pantallas no tiene sentido gastar en publicidad porque la inversión no revierte”. Por eso en esta asociación de distribuidores, que no pueden gastarse 100.000 euros en una campaña de radio o televisión, piden que se valore otro tipo de campañas que tengan que ver con el antiguo marketing directo, con propuestas más cercanas e imaginativas.
Sin pantallas no tiene sentido gastar en publicidad porque la inversión no revierte
Gloria Bretones (Begin Again Films) disiente de cómo se racionan las ayudas a la distribución en España: “En mi opinión no son unas ayudas, son una especie de “premios» creados para unos pocos, que son los que cumplen siempre los requisitos. No sé qué sentido tiene ayudar a películas que han triunfado en taquilla y han recuperado la inversión en Prints & Advertising (si no en taquilla, sí en el resto de ventas), y a distribuidoras que ya han demostrado sobradamente que no las necesitan para seguir trayendo pelis a España. Hay distribuidoras que con esta ayuda aumentan beneficios, no lo necesitan. Que lo llamen premios, así al menos algunos no perdemos el tiempo en presentar nada”.
Las distribuidoras más beneficiadas de las últimas ayudas han sido A Contracorriente Fims, Alfa Pictures, Avalon Distribución, Beat Pictures, Caramel Films, Golem Distribución, Karma Films, Vertice Films y Wanda Vision y lo que la administración financia en estas ayudas es el tiraje de copias, subtitulado, doblaje, publicidad y promoción. Y para ello requiere (y vota mediante los citados puntos) el plan de distribución, de promoción, los festivales y premios acumulados y el presupuesto total.
A este respecto, Bretones matiza que “todo en la ayuda a la distribución está pensada para que sean siempre los mismos los que la reciban, solo hay que asomarse a los beneficiarios de los últimos 10 años. Si se dan pensando en una película en concreto, no entiendo que se tenga en cuenta la trayectoria de las distribuidoras. Mi distribuidora tiene solo 4 años de vida, para igualarse con las que llevan 20 todas mis películas tendrían que ganar todos los festivales a partir de mañana, o pedir un dinero indecente a un banco para hacerme con las que tengan más premios y selecciones oficiales, gastarme además una pasta innecesaria en P&A para estrenarlas en media España, y encima hacer mucha taquilla. Es injusto, no nos tratan a todos por igual, y consideran que todas las películas son iguales. Error. Fastidia cuando sabes que has enganchado a tu audiencia, hecho 25.000 euros en taquilla, gastando solo 2.000 en P&A, y además con un clipping de primera que te garantiza ventas y visibilidad. Un rendimiento así es espectacular. Pues todavía no me han dado una ayuda, al parecer gasto poco”.
Todo en la ayuda a la distribución está pensada para que sean siempre los mismos los que la reciban
¿Qué hacer ante el silencio administrativo? Según Silvia Lobo “para poder ser interlocutor con la administración tienes que constituirte en asociación. En el ICAA (Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales) nos han animado a constituirnos en asociación”. Y así lo han hecho.
Ante el poder de las majors, la competencia de las distribuidoras más potentes y el desamparo de la administración ante el cine más indie parece lógico buscar un lobby. En este sentido Lobo nos comenta que “una asociación como Próxima quiere tener fuerza, que nos convirtamos en un lobby depende de su poder de presión. Nos diferenciamos de otras asociaciones como ADICINE o FEDICINE en la defensa del cine en versión original y de autor. Es cine independiente, pero es un cine más innovador, que explora nuevos lenguajes, más arriesgado, más valiente por los autores. Es un cine que tiene un público, pero no tenemos espacios suficientes para proyectarlo. El parque de pantallas en versión original es muy reducido, con una gran competencia. Hay unas 50 pantallas nacionales con versión original, pero muchas están en circuitos de cine comercial, en CINESA, Yelmo…. Hay 15 o 20 pantallas en 15 provincias como mucho, eso es un freno sistémico de base”.
EL FUTURO
Para Gloria Bretones el futuro es incierto y la preocupación y la alarma es máxima. “Algunos nos estamos salvando gracias a la diversificación, y en nuestro caso concreto, gracias a las ventas internacionales. El futuro de las salas de cine está en manos de un público que hace tiempo prefiere consumir cine en las plataformas, las mismas que no compran el cine que nosotros defendemos. Y las pocas plataformas independientes que les gusta, no resultan rentables. Las pocas cadenas de cines que sobrevivan lo harán con los cuatro blockbusters que les den al año las majors y habrá un resurgimiento de las pequeñas salas de cine especializadas en cine de autor y en VO concentradas en las grandes capitales, controladas por grandes distribuidoras españolas que están invirtiendo en cines y produciendo a la vez. Los únicos que pueden acabar con esta situación de «cuasi monopolio» son los exhibidores y los productores españoles. Los primeros no cediendo a los chantajes de las majors y sus condiciones draconianas, y los segundos apostando por distribuidoras nacionales. Con un buen proyecto y P&A suficiente, todas podemos colocar 300 copias en los cines, no sólo las grandes”.
Uno de los grandes objetivos de Próxima es trabajar en la proximidad, reunirse con exhibidores para compartir ventanas, que los films que distribuyen lleguen a pequeños municipios donde ahora no llegan las películas. Gloria Bretones también reclama un circuito comercial público: “Con todos los cines que están cerrando, hay locales ya hasta preparados. Que pongan los demás sus americanadas y este circuito cine español, TODO el cine español, no solo el comercial. Con una buena promoción en cinco años cambiamos la manera de ver cine en España. Algunas distribuidoras, como es el caso de Begin Again Films, apoyamos nuestra cinematografía cada año casi al 100%, y no entiendo cómo eso no es más importante que apoyar una comedia francesa por mucho número 1 en Francia que tenga. Es indecente lo poco que se valora que se apueste por el cine español”.
Por eso en Próxima aspiran a que se cree una red nacional de salas de cine públicas para dar una mejor salida a las producciones independientes que distribuyen. Además, buscarán que las televisiones que operan en España se interesen en el cine independiente y de autor en versión original.
Para Gloria Bretones la creación de Próxima “era urgente hace 10 años y ahora lo es más por todo lo que está pasando con la pandemia. Si antes las distribuidoras independientes especializadas en VO éramos el último mono, ahora si cerramos no creo que le importe a nadie, y por lo que estamos viviendo, tampoco a los exhibidores. Un mundo en el que la máxima preocupación es que Disney estrene sus películas directamente en su propia plataforma, es un mundo que necesita de Próxima. Y nos hemos unido porque somos una parte importante de la industria audiovisual, no distribuimos a Segura, ni a Almodovar, ni a Nolan, pero distribuimos a Luís López Carrasco, Abel Ferrara, Oliver Laxe… Sin distribuidoras como las que componen Próxima el cine realmente independiente, el que arriesga y nos descubre otras maneras de ver el mundo, va a desaparecer. Vamos a acabar pensando todos como Trump. Al tiempo”.
No distribuimos a Segura, ni a Almodovar, ni a Nolan, pero distribuimos a Luís López Carrasco, Abel Ferrara, Oliver Laxe…
Quizás la clave es que el modelo de ayudas esté obsoleto y la forma de ver cine está cambiando a velocidades antes inimaginables. Las películas de distribuidores como los agrupados en Próxima hacen un recorrido previo de festivales, al igual que en filmotecas, cineclubes… Como recuerda Silvia Lobo, “hay mucha gente que llena las salas y quieren ver este tipo de cine. Si solo nos ceñimos al box office del ICAA no nos hacemos una idea, hay gente que llena cines en otros lugares que no son salas comerciales.
Otro gran problema añadido es la indolencia de televisiones y plataformas. No se entiende bien que una televisión pública como TVE, que financia el cine español, compre paquetes de TV movies alemanas de ínfima calidad y no emita el cine nacional que produce o compra. Sobre la fundamental relación con las cadenas, Lobo afirma: “Las televisiones no contemplan este tipo de cine, hay que crear el programa para este cine, la franja, no hablar todo en términos de audiencia, sino en términos de cultura como valor esencial. Estamos hablando de la televisión pública, las televisiones y hasta las plataformas deben encontrar los nichos”.
Pero quizás no haya que echar toda la culpa a los que protegen, financian y emiten el cine, el público y sus gustos tienen siempre la última palabra. Aunque el público, por supuesto, elige solo el cine que alguien le ofrece y también le vende, en algunos casos mediante campañas millonarias que los pequeños y desconocidos cineastas ni sueñan. ¿El gusto del espectador se moldea, se debería educar al público? Silvia Lobo no quiere hablar de educarlo, pero sí de “potenciar al cine español que ha sido apoyado en su producción, cine experimental, óperas primas… Hay que apoyar a esta gente. Es dinero público, quemamos billetes rodando las películas que luego no llegan”.
Gloria Bretones coincide con este análisis: “Además de distribuidora soy productora, urge proteger el cine español frente a otras cinematografías, sobre todo la americana y sus majors. De nada sirve que TVE compre 40 pelis al año, o se den a otras tantas ayudas a la producción, si luego esas pelis no llegan, no tienen apoyo mediático, o protección frente a cinematografías más potentes”.
Lo cierto es que el modelo está cambiando. Uno de los ejemplos más flagrantes ha sido el de Los europeos, film con actores conocidos y rodado en 2018, que tendría que haber pasado por las salas y que ha acabado siendo directamente emitida en Orange TV. Para Lobo es comprensible: “Los europeos debería haber tenido vida en cines, pero es que haces cuentas y no salen. Hay que encontrar fórmulas de multipantalla, hay que eliminar el artículo de las ayudas que no permite estrenar una película si no es en salas, no tiene ningún sentido. Y las plataformas, todas, deben pagar impuestos y ese dinero debe revertir en la compra de derechos de películas. Esto debe ser rentable para todos, debe ser sostenible o el futuro nos llevará a desaparecer a muchos”.
Bretones también teme los cierres. “Necesitamos ayuda para seguir o acabaremos cerrando una gran mayoría de distribuidoras independientes. Me parece estupendo que se ayude a salas, productores y artistas, pero el gobierno parece haberse olvidado de nosotros. Acaba de salir la resolución de la ayuda a la distribución 2020, a la que a última hora añadieron más de 2 millones de presupuesto, y lo que han hecho es darle más dinero a más películas de las mismas distribuidoras de siempre. ¿No hubiese sido mejor repartir ese dinero entre todos los presentados? Sería lo justo si cumples los requisitos, recibes parte del presupuesto proporcionalmente por los puntos asignados. Ya está bien de cortes, puntos mínimos y de que una misma distribuidora pueda acumular tanto”.
Lo cierto es que, pandemias aparte, el viejo modelo parece obsoleto. Veremos lo que depara el futuro a las películas de Próxima y a las productoras, distribuidoras y salas más independientes. En definitiva: a un cine tan frágil como valeroso.
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