Fotografías: Manolo Pavón.
En la radio nocturna es sabido por muchos que se puede hacer prácticamente de todo. El oyente tampoco es el mismo que el de la mañana y suele agradecer ciertos excesos por parte de los locutores. En Reyes de la noche (Estreno 14 de mayo en Movistar+) nos encontramos en los años 80, cuando todavía se podía fumar y beber en los estudios. La prensa deportiva iniciaba una guerra de cadenas que sigue vigente a día de hoy.
La nueva serie de Movistar+ rescata la ilusión que se tenía entonces por hacer radio. Un medio al que todos daban por muerto desde hace mucho y que, sin embargo, se resiste y sobrevive, reinventándose continuamente.
Francisco Javier Maldonado es Paco el Cóndor (Javier Gutiérrez), el periodista radiofónico más importante de los 80. Muy conectado con los oyentes y mucho más con las esferas de poder que le garantizan la información. Sin embargo, cuando por un cambio de cadena, su ex-compañero “Jota” Montes (Miki Esparbé), decide convertirse en su competencia, se desatará una guerra por los oyentes sin precedentes.
Cristóbal Garrido y Adolfo Valor presentan el guion de lo que a priori podría parecer una comedia, pero que nos habla de temas muy serios. Como es habitual en las historias dirigidas por Carlos Therón, que hace lo propio con 4 de los 6 capítulos.
Un retrato de lo que fue la edad de oro de la radio. Esta guerra entre cadenas, presentadores y programas, quedan retratadas para el habitual oyente de los míticos programas. A saber, si han de creerse al 100% las notas que desmienten toda conexión con la realidad.
Interesante reflexión la que plantean dos personajes sobre el “Escuchar” y el “Saber escuchar”. Instrumento fundamental del periodismo, del medio radiofónico y, en general, de la vida.
Así, escuchando a los oyentes y a la vida, es como la radio ha conseguido reinventarse y seguir sorprendiendo, como ya lo hizo con aquella Guerra de los Mundos que cambiaría la historia de la radio y que también tiene su pequeña mención en Reyes de la noche.
Como también resulta valioso introducir el asunto de la publicidad en la radio. Los patrocinadores y el juego sucio de las marcas que garantizan la subsistencias de las radios y de cualquier otro medio de comunicación que ya no es capaz de sostenerse solamente con las aportaciones de sus oyentes o lectores, en detrimento de la información.
En el elenco encontramos a un Javier Gutiérrez engolando la voz que nos recuerda a muchos de esos presentadores carcas que se resisten a aceptar que los tiempos cambian. También a un Miki Esparbé representando a esa gran masa de gente joven que nunca se rinde y que sólo quiere su oportunidad.
La reflexión sobre la democracia llega en un momento idóneo para los medios de comunicación, al servicio de la política, cuando hasta hace unos años ésta estaba al servicio del periodismo. “En una democracia los periodistas estamos para contar la verdad”, reza el texto de Reyes de la noche. Quizá se han olvidado, quizá les ocurre como a Gutiérrez, que la guerra por la permanencia en un puesto les ha nublado la razón y ahora todo tiene que llevar “maquillaje” para destacar.
Sin duda Reyes de la noche es una porción de historia, pero también un entretenimiento digerible, con apenas 30 minutos de duración por capítulo que amantes o no de la radio sabrán apreciar. Sigue siendo uno de los medios más nostálgico y por el que los periodistas muestran más respeto, Reyes de la noche nos ayuda a comprender, en parte, cómo hemos llegado hasta aquí.
Alguien deapieeto