Los inicios del género
El cine de terror nació en el mismo momento que el propio cine, y es que su aparición parecía cosa de brujería. Había personas saliendo de una fábrica encerradas en aquella pantalla y trenes que salían de ella para arrollar a los espectadores. Superado el trauma del invento, un 24 de diciembre de 1896, George Méliès estrenó la que se considera hoy en día como la primera película de terror de la historia: La mansión del diablo. La industria francesa se convierte así en la pionera del género, seguida de la española, gracias a la casi olvidada aportación de Segundo de Chomón, que estrenó La casa encantada (1907), Satán se divierte (1907) y El hotel eléctrico (1908). Los subgéneros del cine de terror van naciendo progresivamente.
El cine de terror, como toda esta industria, nace influenciado por la literatura. Clasificar sus subgéneros tiene que ver en gran medida con las novelas en las que se basan las películas. Así, en 1910 el estadounidense J. Searle Dawley realiza la primera adaptación de Frankenstein al cine.
El arte también fue una influencia enorme en este género, y propició que Alemania tomara la delantera con su expresionismo. Así, el país germano logró crear un estilo propio que dio a luz a las grandes películas de terror de la historia, dominadas por la pintura expresionista. El gabinete del doctor Caligari (primera película de zombis, 1920), El Golem (1920), Nosferatu, eine Symphonie des Grauens (primera adaptación de Drácula de Bram Stoker con polémica de su viuda incluida, 1922), Fausto (1926) y M (1931).
Cine de monstruos
Así es como nace el que consideramos el primer subgénero del cine de terror, las películas de monstruos. Influenciados por el estilo gótico y el cine expresionista, los norteamericanos se especializaron en las monster movies. Las que más han perdurado en el tiempo son Dr. Jekyll and Mr. Hyde (1920), El jorobado de Notre Dame (1923), El fantasma de la ópera (1925), Freaks (1932) y La novia de Frankenstein (1935).
En los años 50, con la Guerra Fría, los monstruos clásicos y las grandes figuras de estas monster movies góticas como Vincent Price, Bèla Lugosi o Boris Karloff estaban prácticamente acabadas. La ciencia ficción nacía del terror nuclear y los aliens invadían la tierra.
A pesar de ello, el cine de vampiros se ha mantenido en nuestras pantallas sin llegar a morir, como sus propios personajes, aunque apartándose del estilo clásico. Ejemplos de ello son El baile de los vampiros (1967), Drácula, de Bram Stoker (1992), Entrevista con el vampiro (1994) y la famosa saga Crepúsculo (2008), un taquillazo, le pese a quien le pese.
Ciencia ficción y extraterrestres
El cine de terror tiene su vertiente más explotada en la ciencia ficción y los extraterrestres. Se puso muy de moda en los años 50 gracias los avances tecnológicos propiciados por la Guerra Fría y los inicios de la carrera espacial.
Como el cine suele ser un reflejo de la sociedad, nacieron un sinfín de películas ligadas a catástrofes y apocalipsis. Aunque las películas de bajo presupuesto o Serie B copaban todo el mercado, el canadiense David Cronenberg se alzó como el referente de la ciencia ficción en los ochenta.
Pero los verdaderos genios de la ciencia ficción y los extraterrestres, son y serán, los japoneses. La Guerra Fría extendía sus tentáculos por todas las partes del mundo y en Japón durante los 50, 60 y 70 aprovecharon esta situación para crear las películas Kaiju. Un subgénero del cine de terror que tiene como antagonista un monstruo gigante. El ejemplo más conocido es el de Godzilla (1954).
Lo paranormal
Aunque no hay una época dorada del cine paranormal, sí que ha tenido vigencia durante toda la historia. Y es que el miedo a lo desconocido es un sentimiento que ha acompañado al ser humano desde siempre. Los fantasmas, los demonios o hechos inexplicables sin solución racional encuentran su sitio en este tipo de cine.
De hecho, en la mayoría de películas se juega con el propio escepticismo de los personajes, identificando así al espectador menos crédulo. A diferencia de otros subgéneros, en el cine paranormal la violencia y la sangre son menos explícitos, aquí nos centramos en un tipo de terror más psicológico. Aquí meteríamos cualquier película basada en una novela de Stephen King.
Eco-Terror
Puede que por el nombre os de la sensación de que os voy a hablar de unos veganos psicópatas que se dedican a asesinar carnívoros pero nada más lejos de la realidad. El Eco-Terror es un subgénero bastante conocido pero al que no se le suele poner nombre, o se le encasilla en el cine de monstruos. Se caracteriza por la presencia de un antagonista de especie animal. El miedo aparece porque ese animal se vuelve agresivo con la raza humana, hay una plaga de esa especie o porque tiene la necesidad de alimentarse y ups! Tú eres su comida.
Películas de ese subgénero hay muchas: Cuando ruge la marabunta (1954), Los pájaros (1962), Tiburón (1975) y Cuerdas, que se va a estrenar próximamente en nuestro país.
Películas slasher
Las películas slasher son un subgénero del terror relacionado con el cine de psicópatas. Generalmente el antagonista es un asesino en serie que durante el metraje va acechando y matando a una serie de víctimas. Su película más representativa y la que marcó el inicio de este subgénero es Psicosis (1960). Gracias a Hitchcock, la figura del asesino cobró importancia y las armas blancas se convirtieron en su sello de identidad.
En los noventa el género estaba de capa caída, a la gente ya no le interesaban los psicópatas. Entonces llegó Wes Craven y dijo, «voy a hacer una película sobre un asesino en serie como una parodia del género, que está en decadencia y la gente se va a reír mucho». Más que risas, lo que avivó fueron las llamas del slasher, pues su película no era otra que la ya mítica Scream (1996). Scream se convirtió así en una burla pero también en un aporte importantísimo al género, que no perdió sus raíces.
Los zombies
El cine de zombies ha vivido en nuestro cine desde sus inicios. Su requisito fundamental es que hay unos zombies y los protagonistas luchan contra ellos, simple y conciso. En 1968, George A. Romero consolidó el género estrenando La noche de los muertos vivientes, con unos tópicos que hoy en día se siguen utilizando.
La película británica 28 días después (2002), fue la primera en la que los zombies corrían, como dato curioso. Y hoy en día su éxito viene dado en formato comedia más que de terror (con la excepción de la maravillosa saga Resident Evil). Destacan Zombies Party (2004), Bienvenidos a Zombieland (2009) y Juan de los Muertos (2011).
El gore
He dejado para el final el subgénero que engloba a todos los anteriores, pues está presente en mayor o menor medida en todas las películas de terror. El cine gore o splatter se centra en el miedo a la destrucción del cuerpo humano. La violencia explícita, la tortura y el mutilamiento son sus rasgos más importantes.
Sus películas más representativas suelen sonar más a leyenda urbana que a película comercial. El ciempiés humano (2009) o A serbian film (2010) son las más conocidas, sólo eclipsadas por la bizarrada de Peter Jackson: Braindead (1992). Dentro de poco se estrenará en nuestras salas Bliss, con el gore también por bandera.
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