Las marionetas son, junto a los peluches, los primeros juguetes que se les ofrece a los niños desde bien pequeños. Suaves, compactas, algunas tan pequeñas y útiles como son la marionetas de dedo… abren el mundo de la fantasía del bebé y le acompañan hasta que él/ella decida porque el espectáculo de títeres puede estar presente hasta el fin de tus días.
La vida concentrada en un trozo de tela, de madera, de papel…las hay elaboradas de tantos materiales…puede representar lo más bello o lo más terrible. Se admiten grandes abrazos y enormes garrotazos. Se permiten grandes alaridos y risas estrepitosas. No importa, no crea alarma, porque aunque el corazón del espectáculo contenga una crítica mordaz o un mensaje de alerta, el fin último, el objetivo final de las marionetas o títeres es la risa, es alegrar el corazón…y esto no es algo que diga yo, sino que dejó escrito en un manifiesto el gran Darío Fo (Nobel de Literatura 1997):
«Entre los muchos encantos del teatro de animación en particular, lo que siempre me ha fascinado es la comicidad, sobre todo de las marionetas: grandilocuente, paradójica, inteligente y eficaz. Una comicidad que no proviene solo de la gesticulación, que es un lenguaje propio y fundamental de este tipo de teatro, sino también de la palabra, la situación dramática y escénica, expresando a menudo una crítica feroz y exagerada, pero sin que nunca sea el fin en si misma».
En ese mismo manifiesto Darío Fo reconoce que las marionetas siempre le sirvieron como fuente de inspiración en momentos de dique seco. Porque según el gran dramaturgo: «deformando las situaciones escénicas es como la madeja dramática se deslía en esos momentos».
Así que no lo duden. Si quieren disfrutar un día juntos, por ejemplo, para celebrar como hoy, el Día Internacional de las Familias, un excelente plan sería presenciar un espectáculo de marionetas. Y el entorno no puede ser mejor que Titirimundi, el gran festival de títeres que llena los preciosos patios y salas de Segovia de historias tremendas, cómicas, tenebrosas, bellísimas…
Un mundo de fantasía donde, no lo duden, acabarán con una enorme sonrisa, porque ese es el objetivo último de las marionetas, pero también con un poso de reflexión porque esa es la esencia de este arte milenario. Incluso si andan un poco confusos, como adultos digo, quizá el histrionismo de alguno de los personajes en cuestión, les ayude a entender mejor cómo manejar ciertas situaciones. Para esto y más sirven los títeres, guardados son totalmente inofensivos pero ¡ay de quien les vea en plena acción!. Mientras los niños estarán desternillados de risa, porque ellos sí que saben.
Titirimundi se celebra del 10 al 15 de mayo. Toda la información del festival aquí.
Precioso artículo!!