Desde el 29 de abril, los jueves se puede disfrutar en la sala El Umbral de Primavera en Madrid de la pieza Juicio al extranjero. Basada en la novela El extranjero de Albert Camus, en esta ocasión la simulación del juicio será real, puesto que serán los propios espectadores los que decidirán el futuro del señor Mersol, protagonista de la novela original.

El artífice del texto, la dirección y también de uno de sus personajes es Íñigo Santacana acompañado de Manuel Pico y Luis Maesso.

Santacana se apoya en la misma premisa, que, nos cuenta, fue lo que la que le dejó pensando la primera vez que leyó la novela. Un hombre que camina por la playa comete un asesinato sin razón aparente. ¿Lo hizo con premeditación o fue puro azar? La asesoría escénica y dramatúrgica corre a cargo de Carlos Tuñón, habitual en estas páginas.

Es la primera creación de la compañía InDubio, cuyos objetivos artísticos se centran en la responsabilidad individual y en el impacto que pueden tener nuestras decisiones, poniendo especial atención en generar consenso y disenso a través de un diálogo entre el público y la compañía. Charlamos con Íñigo Santacana de esta propuesta teatral.

Recién estrenada la obra ¿Hay nervios de cómo lo va ir recibiendo el público?

Sí, además es la primera pieza que dirijo y escribo y encima en mi caso la actúo. Estoy intentando encontrarme varios trucos mentales para relajarme y disfrutar todo lo que pueda en escena.

Siendo director y actor ¿Es difícil gestionar los distintos estímulos para estar centrado? 

Sí, además, es una pieza participativa y el público está tomando acciones que tú no has previsto. Puede pasar que la pieza vaya por unos derroteros que quizás no hayas contemplado o si has contemplado pero no te esperabas que ocurriese. Entonces claro, tienes esa sensación constantemente cuando estás en escena de decir no tengo el control al 100% de la pieza. Que es maravilloso, pero a la vez da impresión.

¿Tenéis plan para la mayoría de las posibilidades o también dejáis espacio para la improvisación?

Hemos hecho unos cinco ensayos con público y hemos sufrido, de alguna manera, ambos procesos. En primer lugar el público tenía excesiva improvisación y entonces a veces se descontrolaba la pieza. En el tercer o cuarto ensayo nos dimos cuenta de que habíamos acotado demasiado y teníamos que dejar que el público tuviese un poco más de posibilidad de decisión. En los dos últimos ensayos hemos intentado abrir un poco más.

Es la primera puesta en escena que presentáis con Indubio ¿Por qué la elección del teatro participativo para estrenarse?

Uf, qué buena pregunta. La verdad es que no lo se. A mi lo que me pasó es que leí el El extranjero de Camus y me surgieron algunas preguntas para las que no tenía respuesta sobre el juicio que ocurre en la novela, sobre por qué se le juzga.

En la novela el personaje protagónico no te gusta mucho. No te cae bien y, a pesar de ello, cuando llega el momento de que le juzgen los argumentos que se están usando a mi me trastocaron porque la pregunta es: ¿Le estamos juzgando realmente por el hecho que ha cometido o por el tipo de persona que es?

A mi eso me resultó un poco conflictivo y por eso quise hacerlo participativo, para escuchar a ver qué tenía que decir el resto de gente, para ver si les pasaba lo mismo o no. Por eso elegimos ese formato.

Para muchos será o el primer contacto o un nuevo contacto con la novela de Albert Camus pero ¿Cuál fue tu primera contacto con la novela? ¿Dónde estabas?

Pues la leí por primera vez en 2019 justo en unas vacaciones que estaba en Francia por la zona de Burdeos. Era uno de estos libros que tienes pendiente y por fin tuve un momento en el que había acabado de currar en un proceso en el festival de Mérida y dije: «venga, es el momento de leerme esta novela». Y así fue, en unas vacaciones en Francia.

¿Nuevos proyectos en el aire?

Tenemos unos cuantos proyectos, la verdad. El siguiente que parece que va a ver la luz es un proyecto en el que queremos explorar los límites del humor. Sobre por qué hay tanta controversia con el humor, hasta dónde te puedes reír, por qué para ti es gracioso y para otra persona es muy ofensivo. En esas estamos.

¿Más de Cultura y menos de qué?

Más de cultura, más de educación y menos de soberbia.