El 22 de abril se tuvo que suspender el estreno de Siglo mío, vida mía. La compañía responsable de su llegada a las salas, la gallega Voadora, vanguardia del teatro experimental, tuvo que suspenderlo. El ingreso de una de las actrices por coronavirus supuso un golpe devastador para el resto del equipo, que estaba desplazado en Santiago con algunos positivos.
Con todos recuperados, se retomaron los ensayos de la pieza, pero esta «nueva normalidad» se ha quedado plasmada en la obra. Según declaraciones al diario El Mundo, los problemas respiratorios del equipo están presentes en cómo se deslizan los actores por el escenario, con la sensación de despertar los pulmones, de respirar. Al frente de la dirección se encuentra Marta Pazos, sobre una pieza escrita por Lola Blasco. En el elenco encontramos a Carlota Gaviño, Miquel Ínsua, Hugo Torres, José Díaz y César Louzán. Está coproducida por el Centro Dramático Nacional y Voadora.
El texto ganó el Premio Nacional de Literatura Dramática en 2016, y según la directora de la obra, Marta Pazos, era necesario pasar todo lo que hemos pasado para que cobrase sentido y todas las piezas encajaran. Siglo mío, vida mía es una obra inspirada en la primavera árabe y en las crisis económica, pero en esencia, se trata de un manual sobre cómo aguantar en tiempos de catástrofes.
Enfrentarse al abismo
Marta Pazos compara esta obra con un cuadro de Friedrich, El caminante entre las nubes. Y es que como en estas fases de desescalada, el ser humano se encuentra frente al abismo. Y ese abismo puede ser un mar que nos mira desafiante, una crisis económica o la incertidumbre de la nueva normalidad.
Voadora es una compañía que siempre ha apostado por esa mirada irreverente, contemporánea y social. Creaciones híbridas complementadas con diferentes disciplinas como artes plásticas y audiovisuales. También destacan sus reinvenciones de obras clásicas como Don Juan (2015), Sueño de una noche de verano (2017) o su próximo estreno de Othello (2021). Para Siglo mío, vida mía tendremos un escenario cubierto de plástico, bilis de ballena y buzos, en una deconstrucción provocada por la pandemia.
Aunque si hay un repunte, tienen pensado estrenar de forma digital, creen que su vida natural está en un escenario real y con público real. Y es que el teatro, establece una conexión actor-espectador concebida para ser disfrutada en directo. La energía que esta disciplina crea en una sala no puede describirse de otra forma que no sea «magia». Algo muy difícil de conseguir a través de una pantalla.
*Fotografía de portada: Press kit Siglo mio, bestia mia
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