“La naturaleza humana no dará fruto, al igual que la patata, si se planta una y otra vez, durante demasiadas generaciones, en la misma tierra agotada. Mis hijos han tenido otros lugares de nacimiento y, hasta donde alcance mi control sobre su fortuna, echarán raíces en tierra desacostumbrada». NATHANIEL HAWTHORNE. La aduana
Esta no es una cita que haya buscado yo para ilustrar el artículo como en otras ocasiones, es la propia cita que eligió Jhumpa Lahiri, autora, como principio de su libro Tierra desacostumbrada.
No había leído nada de la autora hasta el momento, ni siquiera había oído mencionar su nombre, a pesar de que este libro fue elegido en el año 2008 como el mejor libro del año por el periódico The New York Times y haber recibido el Premio Frank O´Connor y el Vallombrosa Von Rezzori. Jhumpa Lahiri ha obtenido el Premio Pulitzer (el mayor galardón literario de Norteamérica), el PEN/Hemingway y el Premio de la revista The New Yorker. Sin embargo, vivimos en una cultura tan loca que lo que se publicó hace algunos años por muy bueno que sea, se condena al ostracismo y parece que uno es antiguo por leer algo publicado hace apenas diez años.
He de confesar que he estado a punto de dejar de leer el libro cuando llevaba unas sesenta páginas, me parecía que era de esos que, al final, no dicen nada, no enseñan nada nuevo, me estaba aburriendo y decidí darle otra oportunidad, de lo cual me alegro muchísimo.
Hay algunos libros que, como muchas otras cosas extraordinarias de la vida, no nos enganchan desde el principio, sino que nos exigen un esfuerzo, una prueba de constancia y lealtad para después descubrir los auténticos tesoros que albergan, como si éstos no estuvieran reservados para todo el mundo o no quisieran mostrarse tan fácilmente. Algo similar a lo que escribió Umberto Eco sobre El nombre de la rosa, en mi opinión el mejor libro que se ha escrito nunca en la historia de la literatura, dijo que leer un libro es como escalar una montaña, a veces hay que hacer un esfuerzo previo –en ese caso eran las primeras cien páginas-, para poder disfrutar de las maravillosas vistas.
Este libro es sin duda excepcional, con una profundidad en la psicología de los personajes difícilmente alcanzable en otras obras. Narra las vicisitudes de una familia de bengalíes en Estados Unidos.
Con la que está cayendo en estos momentos, en Europa, Estados Unidos, y ahora mismo también en España, recomiendo leer este libro más que nunca. Nada mejor que dejar de mirarnos el propio ombligo y entender, de una manera tan certera, aunque a la vez tan bella, lo difícil que es para personas con una cultura y unas costumbres propias, vivir en un país extranjero o, dicho de otra forma, echar raíces en tierra desacostumbrada.
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