Tras pasar por la sección Zinemira del Festival de San Sebastián, «Lady Off» llega a los cines este 29 de marzo. La película nos presenta a Ana, interpretada por Marta Fuenar, que a su vez interpreta a una joven actriz inmersa en la preparación de un nuevo papel: ha sido seleccionada para interpretar a Lady Ana en una modesta representación del Ricardo III de Shakespeare que se llevará a cabo en un pequeño teatro off madrileño. El problema llega cuando su preparación empieza a chocar con las ideas del director.
Un viaje a través del propio arco de transformación de la actriz que parte de una reflexión: ¿Cómo un personaje puede pasar de llorar la muerte de un ser querido a casarse con su asesino? El maestro de ceremonias, su director: David R. Losada, autodidacta audiovisual que se pone a los mandos de lo que se convierte en su segundo largometraje. Arriesgado, como el mismo reconoce para Más de Cultura, pero muy gratificante por el aprendizaje del equipo.
¿Por qué Shakespeare para una película?
Muchos me han dicho «¿por qué te vas a Shakespeare con tantos años de literatura tan buena en España?». La verdad es que no buscábamos especialmente hacer Shakespeare, lo que si ocurre es que hay una escena muy concreta de Ricardo III de Shakespeare que nos rondaba en la cabeza desde hace tiempo.
Y un día de este interés o esta duda acabó surgiendo la posibilidad de una película. La duda concreta era alrededor de una escena entre Ricardo III y Lady Ana. Nos intrigaba cómo una actriz podía afrontar una escena de ese tipo porque es una escena emocionalmente muy dura.
«nueve páginas después Shackespeare lo que le hace a ese personaje es despojarle de todo, incluso de su dignidad»
Pero la duda que nos surgió era «¿Cómo un personaje femenino en una situación de acoso y derribo por parte de un hombre, en las primeras páginas de una escena se nos muestra como un personaje aguerrido, que se revuelve y que lucha, y nueve páginas después Shackespeare lo que le hace a ese personaje es despojarle de todo, incluso de su dignidad».
Por supuesto hay unos componentes históricos que influyen pero la duda nuestra era: «¿Cómo puede una actriz defender a esa primera Lady Ana y en la misma escena acabar siendo esa otra Lady Ana y que eso no le pase factura emocional?». La marcianada es que de ahí se nos haya ocurrido convertirlo en un relato de ficción.
Cuando la película se sustenta en casi su 100% en los actores sin elementos externos, ¿cómo preparas el papel con cada actor?
Con algunas medidas muy arriesgadas como por ejemplo no ensayar absolutamente nada cuando estamos haciendo una película que está a mitad del mundo del teatro. Pero lo que queríamos era que los procesos de ensayo formaran parte del rodaje, que estuviesen filmados.
Que realmente cuando arrancase el rodaje, ahí, empezásemos a ensayar y que eso estuviese en la película. El objetivo era que los actores vivieran la situación más que trabajarla como actores. Aunque por supuesto ellos por detrás han hecho un trabajo enorme y la verdad es que ver como Marta tenía trabajado el guión con 5 guiones diferentes respecto al texto en función del hilo temporal de la película ha sido una pasada.
«queríamos que los procesos de ensayo formaran parte del rodaje, que estuviesen filmados»
Pero sí que queríamos que lo vivieran un poco porque al final a los actores de la película les estábamos pidiendo que interpretaran actores que a su vez interpretaban personajes. Entonces nos parecía bastante orgánico que de alguna manera el proceso de descubrir a esos personajes actores se diese durante la propia película.
Sí que trabajábamos en base a un guión, aparte del texto original, pero no te exagero si te digo que hubo una apertura a un 70-80% de improvisación con los actores. Con un rodaje en formato multicámara para estar todo bien cubierto pero que pudieran salirse por donde quisieran, experimentar y vivir la situación en tomas de 40 minutos que nosotros casi documentábamos más que planificar. Y es de esta manera dónde llegábamos a una verdad que es la que ellos nos ofrecían.
¿Hay alguna parte de la película que haya sido improvisada y resulte que por quedar mejor la habéis dejado así?
Bastantes. Te diría que mientras que las partes que están más atadas a Shakespeare, que es un poco los puntos de arranque de cada bloque de secuencia, responden mucho a lo que es la obra de teatro, luego a la hora de improvisar les marcábamos una suerte de metas morales por las que teníamos que pasar.
Algunos diálogos concretos. Pero sí que hay respuestas emocionales de Marta que igual no esperábamos y que funcionan a un nivel incluso muy por encima en cuanto a intensidad de lo que teníamos en la cabeza. O por ejemplo hay expresiones concretas de Yeyo Bayeyo que es el actor que interpreta al director de la obra en la ficción, que son suyas.
La manera de dirigirse a la actriz, la manera de presionarla, la palabras que utiliza para darle ejemplos o para darle directrices muchas veces son de él. No estaban marcadas y realmente tenía salidas que nos sorprendían por lo efectivo y por lo bien que funcionaban.
Ese director de escena enfadado y acosador, ¿te has inspirado en experiencias personales para crear ese personaje?
No, porque entre otras cosas yo no vengo del mundo del teatro. La película está ambientada en el mundo del teatro y por eso también nos hemos rodeado de un elenco de actores que vienen prácticamente todos del mundo del teatro pero no pretendíamos hacer ningún tipo de retrato de cómo puede funcionar el mundo del teatro off. Primero porque yo no tengo la experiencia para contarlo y segundo porque a mi lo que me interesaba era la herramienta narrativa para luego hablar de según que temas.
«me interesa que la verdad de lo que estemos hablando, esté en las emociones de los personajes»
Es decir, que la verdad de lo que estemos hablando, esté en las emociones de los personajes. Sí, estamos utilizando a Shakespeare para hablar de un tema pero realmente la película podría haber estado ambientada en un rodaje, con el mismo texto. Entonces no es tanto un retrato del teatro o situaciones que yo haya vivido.
Autodidacta en el mundo audiovisual, con experiencia en el mundo del cortometraje y ésta tu segunda película ¿Cómo ha evolucionado el David de “la noche de ratón” a este de Lady Off?
Parte del equipo de «Lady Off» viene de «La noche del ratón» y yo creo que teníamos un entendimiento más claro de todo el proceso.
En «La noche del ratón» teníamos claro lo que queríamos hacer pero descubrimos que al final en el proceso te tienes que pegar con cosas que a lo mejor no esperabas.
De todas maneras creo que cada proyecto es un aprendizaje en muchas cuestiones pero sí que es verdad que por ese lado aterrizamos en este rodaje con un control y otra seguridad.
También pienso que mientras que con «La noche del ratón» estábamos haciendo la película que creíamos que teníamos que hacer, aquí en cambio hemos hecho la película que queríamos hacer. Una película que de verdad queríamos contar, que nos interesaba, con la que queríamos experimentar y explorar…
«es un momento en el que ser radical con las cosas en las que uno cree que debe ser coherente y firme»
Con la fortuna de que es una película con un presupuesto bajo y que a lo mejor eso de alguna manera te quita ciertas presiones y te da una libertad a la hora de probar.
Entonces eso sí que veo que es el cambio principal. Hemos ido a muerte desde el principio con lo que teníamos en la cabeza y sabiendo que era una película poco convencional y que en cuanto a forma resulta arriesgada.
Últimamente muchos son los artistas que tiran de los clásicos para repasar aspectos de la historia que deberían evolucionar, ¿Queda mucho trabajo por hacer?
Yo creo que muchísimo. Además yo creo que daba la sensación de que se estaban dando pasos y se estaba evolucionando pero la verdad que si miras un poco alrededor, hablando en general, estamos en un momento en el que hay esta sensación de que no sabes si se da un paso para adelante o para atrás. Estamos en un momento un poco convulso en todos los sentidos.
Te diría que es un momento en el que ser radical con las cosas en las que uno cree que debe ser coherente y firme. Porque da un poco de miedo y más teniendo elecciones a la vuelta de la esquina. Pero sí, es verdad que cuando uno se acerca a un texto clásico, hay que hacerlo desde una perspectiva histórica, entendiendo cuándo está escrito, como eso condiciona el texto…
La reflexión en la que nos metemos nosotros, yo creo que además de una manera un poco ingenua, parte de la situación emocional de la actriz, de cómo afronta una actriz un papel como este. Y todo esto lo vivimos gracias a lo que Marta aportaba durante el proceso en una película en la que se les permite aportar mucho.
Pero me parece que es interesante porque al final, por un lado es un proceso que a nosotros nos ha enseñado y creemos que está bien que esté encima de la mesa, que se vea y que se pueda descubrir a través de la vivencia de una mujer.
¿Próximos proyectos?
Uno siempre tiene ideas en la cabeza y siempre hay cosas por ahí rondando pero yo la verdad es que ahora estoy en un momento en el que realmente lo que quiero es empujar y ayudar a que la película se vea, que al final es lo que uno quiere.
Yo soy de los que piensa que si un director te dice lo contrario es porque se está tirando un poco el moco, con perdón de la expresión, porque seguro que cuando uno hace una película quiere que el público la vea y es un momento de ayudar a «Lady Off» para que se vea lo más posible y luego estar un tiempo tranquilo y ya se verá.
Verse, se verá en los cines a partir del 29 de marzo. Y aunque tomar, no es conceder, la película le concede al espectador la oportunidad de tomarse un trago de verdad.
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