Valtonyc, Pablo Hasel, La Insurgencia, Cesar Strawberry… estos nombres de raperos, compositores, músicos españoles han llenado informativos y prensa diaria por ser víctimas-protagonistas de una inquietante sombra, lamentablemente actual, que amenaza a la libertad de expresión de nuestro país. Imputados, multados o condenados por sus versos, son representativos de un panorama bastante desalentador.
La plataforma No somos delito, integrada por más de cien colectivos y organizada a partir de la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana en 2015 -conocida como Ley Mordaza– , rompen una lanza a favor de estos artistas, utilizando las canciones puestas en entredicho por la justicia. Y lo hacen a partir de una campaña francamente atractiva.
Recopilando versos de los diferentes raperos imputados, han compuesto The Voice of Freedom interpretada por Iris, una voz de Inteligencia Artificial. En palabras de la plataforma NO SOMOS DELITO: «Un hecho que evidencia cómo, en España, una inteligencia artificial tiene más derechos que una persona».
Presentada como: Una canción interpretada por una voz que no puede ser juzgada y que lucha por la libertad de expresión en España, No somos delito, pone sobre la mesa la situación que se están viviendo en España:
«Las leyes que regulan el derecho a la libertad de expresión están siendo utilizadas por el estado de forma tendenciosa y desproporcionada. En la teoría el ordenamiento jurídico debería proteger el derecho a la libertad de expresión, pero en la práctica cuenta con la existencia de las Leyes Mordaza (Doble Reforma del Código Penal, Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, Ley de Enjuciamiento Criminal) las cuales están siendo utilizadas como arma política y de control social por parte del estado para acallar aquellas voces que son críticas con el poder y el gobierno».
Amparándose en la necesidad de protección ciudadana, lo cierto es que estos artistas se están enfrentando a penas de cárcel por criticar o denunciar, en muchas ocasiones, abusos de poder o ejercer su libertad de expresión a través de críticas o parodias.
Aun en los casos más extremos, que rozan el mal gusto, No somos delito reitera: «Por muy de mal gusto que pudieran resultar, la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos expande la libertad de expresión a aquellos comentarios que escandalizan, molestan, inquietan y ofenden (Sentencia del TEDH Handyside v. The United Kingdom, de 7 de diciembre de 1976)».
Este Tribunal Europeo, de hecho, ha confirmado hace unos días que estudiará la demanda interpuesta por el rapero Valtonyc ante la situación que está viviendo en nuestro país.
Desde el principio de los tiempos, el arte ha lanzado propuestas que han servido de acicate y han puesto en entredicho ciertos comportamientos del poder imperante. Una sociedad libre, civilizada y saludable, cuenta con artistas que van más allá, trascienden lo establecido y ponen un espejo ante los poderes fácticos. Este hecho otorga cierta luminosidad, desengrasa y, sobre todo, sentimos que existe cierta transparencia y algo de libertad de actuación contra los tejemanejes de los poderes públicos.
¿De verdad que en esto también vamos a recurrir a androides, cyborgs o inteligencia artificial? ¿Iris ha venido para quedarse?
Más información sobre The Voice of Freedom aquí.
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