Fotografía: Diego Jiménez.
Javier Aparicio (voz), Borja Aranda (teclados y guitarras) y Raúl Serrano (bajo), se conocen desde el instituto. su pasión por la música les llevó a crear el grupo NEVVER, que le debe su nombre a la negación en sí misma. De esa idea del «nunca» sobrevolando sobre sus cabezas: «nunca vas a tener un grupo», «nunca vas a llegar a esto».
Borja y Raúl nos atienden al otro lado del teléfono para contarnos cómo comenzaron a crear las canciones que surgieron en un garaje y que ahora componen el disco Disforia, que acaban de estrenar en todas las plataformas. Pese a la narrativa de ser realistas, se atrevieron a juntarse y empezaron a componer canciones en 2017.
El resultado son 8 temas, uno de ellos instrumental, para componer un disco de lo más personal: «habla mucho de nosotros y de lo que sentimos. El propio título lo indica, es un cúmulo de sentimientos y de sensaciones».
Nos cuentan que aunque Javi siempre ha estado más ligado al mundo del rap y es el que se encarga de ritmos y letras, no se cierran barreras a la hora de componer entre todos. y es ahí cuando decidimos juntarnos sin ningún tipo de barrera para componer. Precisamente destacan ese feeling entre ellos como lo fundamental para generar música.
Con sus partituras buscan remover entrañas, perturbar y descolocar, por eso Borja recalca que para ellos lo importante siempre ha sido la música y la letra como un todo: «si teníamos una base musical que nos hacía sentir algo, también queríamos que la letra la acompañara y tuviera ese sentido. Por eso la mezcla de las dos cosas». Es lo que les hace querer ser más personales y emocionales.
«La letra no está construida para que tenga una rima fácil o se convierta en un hit»
Raúl y Javier escriben muchas letras y Borja se encarga de la parte musical pero según apostilla Raúl, «la letra no está construida para que tenga una rima fácil o se convierta en un hit. Son letras muy a flor de piel. Del sentimiento que tenemos en ese momento sin buscar las rimas fáciles para canciones más pegadizas. De momento no lo hemos hecho, a lo mejor lo haremos, pero de momento no», ríe junto a su compañero.
Dentro de una diversidad de estilos como el shoegazing, el dream-pop, el trap, el hip-hop o el synth-pop… uno puede perderse: «nos lo dicen mucho que dentro de todos estos estilos, en cuál es en el que nos sentimos más a gusto o cómo nos definimos nosotros. Pero como no nos hemos puesto una etiqueta desde el principio de algo marcado… Siempre hemos sido muy abiertos musicalmente para componer y para dejar que todo fluya y que nos lleve a donde nos lleve. Nos sentimos cómodos estando en varios estilos».
Borja asegura que se sentirían muy limitados si se pusieran una sola etiqueta: «si nos pusiéramos una etiqueta solo creo que no sacaríamos el potencial que tenemos cada uno». Una muestra más el cliché sobre que los miembros de una banda no pueden ser aficionados a estilos musicales diferentes: «si un día a uno de los tres nos apetece hacer un tema más diferente no hay problema. Porque somos muy abiertos musicalmente y porque nos gusta mucho en general la música».
Se sorprenden con los que les escuchan porque según explica Raúl, «es un disco que deja mucho a la libre interpretación. Una canción a una persona le recuerda a un desamor, otra piensa que es de que tu mejor amigo se ha ido a vivir otro lugar y te echa de menos… Eso mola porque tampoco me gusta dejar todo muy marcado».
«Que la gente pueda llegar a sentirse identificada con lo que hacemos es lo más bonito que nos puede pasar»
Y Borja recalca lo importante que es para ellos esa identificación del público: «Cuando nos dicen que una canción o una letra se sienten identificados a nosotros nos cuesta asimilarlo. Que pueda llegar la gente a sentirse identificada con nosotros o con lo que hacemos es lo más bonito que nos puede pasar».
Cuando Raúl tenía 16 años el bajo que introdujo en casa no fue visto con buenos ojos: «mi padre me dijo que me pusiera a estudiar, que me dejase de tonterías», ahora nos cuentan entre risas que sus familiares son sus mayores fans: «incluso más que nosotros. Es lo que nos gusta hacer y ojalá podamos seguir con esto y llevarlo lo más lejos posible».
De esa etapa adolescente surgen muchas de las ideas de las canciones, como comenta Raúl: » estabas en casa incómodo con tus padres. Aquí en el barrio de Getafe, queremos escapar de aquí, queremos irnos a vivir a Madrid centro, a Barcelona y tener la típica vida que te imaginas de piso de alquiler… pero al final ves que hay cosas aquí en nuestro barrio que tiran mucho y que al final hay muchas barreras para terminar saliendo».
Les pedimos que continúen con la cadena de talentos. Borja barre para casa y recomienda al grupo No Crafts (@NoCrafts) naturales de Vallecas que empezaron su aventura en el mundo de la música antes que ellos: «también nos han apoyado desde el primer momento a nosotros y nos han dado muchos consejos y han estado ahí. Dan un punto diferente a la estela musical de Madrid y los recomiendo a tope».
Raúl elige el arte para recomendarnos a @emmeyey una chica a la que reconoce seguir desde hace tiempo y que combina lo visual con textos de poesía.. También el es más rápido que Borja y lo tiene claro: Más cultura y menos Fornite. Aunque Borja puntualiza entre risas: «Fornite ya es cultura».
El guitarrista del grupo cree que pasamos demasiado tiempo conectados, por eso «Más de Cultura y menos de estar demasiado en Internet. Queremos conocer todo a través de una pantalla y tenemos que salir a la calle y verlo con nuestros propios ojos. Sobre todo en Madrid coger menos el metro y andarlo más porque te dejas muchas cosas por ver».
Para verlos a ellos, el próximo evento será el 22 de junio a las 11:30h en la FNAC de Callao en Madrid celebrando el Día Europeo de la música.
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