Fotografía de Javier Muro.
Messura es un grupo de música con mucha pasión por lo que hacen. Se describen como gente afortunada y agradecida. Y en estos momentos de pánico y egoísmo, leer esto nos da esperanzas. Aprovechamos para hablar con ellos de música, y mucho más.
¿Cómo nace Messura?
Nace de la casualidad y el encuentro. Yo (Diego) estaba haciendo canciones en acústico sin ninguna perspectiva de futuro, desde la necesidad personal que tengo como compositor y elemento inquieto. Germán (Bajo eléctrico) vivía conmigo la mitad de la semana por motivos de trabajo (los dos somos profes en la misma escuela de música y amigos desde hace muchos años), y una noche en la que estaba tocando mis temas en casa, en el momento en que Germán se iba a la cama soltó una contundente frase: “¡Tío esto hay que grabarlo! La gente lo tiene que escuchar. Yo quiero grabar esos temas”; las grabé en el móvil, se las pasé; él se las presentó a Spirit, la banda que comparte con David (guitarra eléctrica) y Joselu (batería). Y a partir de ahí comienza este bonito viaje que nos ha traído hasta este momento en el que estamos tecleando las respuestas a vuestras preguntas.
¿Quiénes sois cuando no sois Messura?
Somos cuatro amigos, que se quieren y se respetan. Somos cuatro profesores de música con mucha pasión por lo que hacemos y muchas historias personales a nuestras espaldas; somos gente llana, humilde y real a la que le encanta su día a día. En definitiva, somos gente que se siente afortunada y agradecida.
¿Habéis notado diferencias como músicos entre “OtoñoXVII” y “Animal”, vuestro EP y LP, respectivamente?
Cada paso que se da en la vida es un crecimiento personal, es un aprendizaje consciente. Teníamos claras las carencias y virtudes del EP, se trataba de mejorar y potenciar. Honestamente, creemos que lo hemos conseguido; tenemos la mirada puesta en el camino que se hace al andar y la evolución es un axioma que se marca como huella en nuestra andadura..
Messura: nosotros hacemos lo que nos sale del pecho
Lo de las etiquetas en la música tiene detractores y defensores. ¿De qué lado estáis vosotros? Si tuvierais que etiquetar vuestra música, ¿cómo la definiríais?
Como la gran mayoría de los músicos que conocemos nos cuesta etiquetarnos a nosotros mismos. Creemos que eso le corresponde al público o a la prensa; nosotros hacemos lo que nos sale del pecho. Nos suelen decir que somos difíciles de clasificar y para nosotros lo es más aún. Hacemos música que gira en torno al gran abanico del rock, pero al final es música.
Durante los próximos meses actuaréis en ciudades como Vitoria, Bilbao o Toledo. ¿Qué van a encontrar los asistentes a estos conciertos?
Los escenarios y el directo en definitiva son nuestra casa. Son lo que nos mantiene en este mundo de luces y sombras. Somos lo que podéis encontrar cuando nos veáis encima de un escenario, el lugar donde nos sentimos herederos de la tradición dionisíaca, hábitat en que nos encontramos cómodos y en el cual nos mostramos naturales y descubrimos nuestra autenticidad, actitud, complicidad y sinceridad. Musicalmente hablando ofrecemos un directo lleno de dinámicas con momentos de clímax intensos en contraposición a otros mucho más relajados y melódicos que surgen de manera natural. Como hemos dicho en otras ocasiones somos, de rabia y paz, miel y angostura.
¿Cuáles son los referentes que tenéis como artista?
Nos gusta la música en su eclecticismo y, bajo el criterio musical formado durante años de escucha, investigación y estudio, prácticamente todo lo que recibamos hecho con gusto y capaz de despertar nuestra sensibilidad musical. No nos importa el estilo; Jazz, Pop, Funk, hard core… Cada uno de nosotros provenimos de influencias musicales muy diversas pero hemos encontrado los puntos de unión necesarios que nos hacen funcionar como un equipo. Tal vez Radiohead, At the drive In, The Mars Volta o Mogwai sean las bandas que nos guían y fusionan en uno u otro concepto, que no tiene por qué ser meramente musical.
¿Creéis que la música puede actuar como herramienta de cambio?
No solo lo creemos, sino que lo defendemos. No hay una herramienta tan potente como la música para poder entender e influir en la sociedad. De hecho, la relación más verdadera y auténtica de los individuos con su tiempo y sociedad se refleja más bien en el arte. A la vista está.
Habéis participado en “Un país para escucharlo” y recientemente en “Los conciertos de Radio 3”. ¿Qué se siente cuando recibís esa llamada que os comenta e invita a participar en estos programas?
Gratitud y recompensa. Te sientes valorado y eso es algo muy difícil en este viaje que prácticamente acabamos de emprender como banda y que esperemos tenga un largo recorrido. Si que es cierto que nos sentimos afortunados de cómo nos han ido las cosas hasta el momento, ya que tenemos algo menos de dos años y medio de vida, pero desde el primer minuto nos hemos sentido muy arropados por el público y los profesionales de la escena. También es cierto que cada uno de nosotros individualmente llevamos en este complicado mundo musical muchos kilómetros recorridos, muchas batallas vividas y no todas victoriosas…(risas). Nacimos y crecimos en el barro, venimos desde abajo como músicos, por lo que vivir este momento es como una barrita energética tras la carrera de fondo que llevamos a nuestras espaldas.
Vivir este momento es como una barrita energética tras la carrera de fondo
¿Con qué artistas os gustaría colaborar? (Tanto actuales como artistas que ya no es posible).
No somos muy ambiciosos. Nos gustaría colaborar con cualquiera que lo quiera hacer con nosotros si existe una relación personal o un punto musical afín. Dicho esto, y permitiéndonos soñar por unos segundos rompiendo en ocasiones la barrera de lo imposible, con Nina Simone, Jimmy Hendrix, Omar Rodriguez, Cedric, Thom York, Mogwai… La lista sería muy larga (risas)
Si pudierais definir vuestro estado vital con una canción, ¿cuál sería?
Perfect Day del gran Lou Reed (Transformer 1972).
¿Nos podéis recomendar el último libro, canción, película, obra de teatro, o cualquier expresión artística que os haya emocionado?
Libro: La era del sucedáneo, William Morris. Ed. Pepitas de calabaza.
Canción: Skeleton Key, Mark Lanegan
Película: La gran belleza. Paolo Sorrentino.
Obra de arte: Las Pinturas Negras de Goya.
Nos encanta descubrir nuevos talentos, ¿podríais recomendarnos algún nombre al que seguirle la pista?
Mammal hands, una banda inglesa, un trío de Jazz de jóvenes músicos que suenan increíbles, melódicos y accesibles, recreando unos paisajes inimaginables con sus progresiones armónicas.
Nuestra revista se llama Más de Cultura, por lo que nos gusta preguntar, Más de Cultura y ¿menos de…?
“Más cultura;
¡menos censura!
Son tiempos de insana locura,
herencia de nuestra andadura…
Bienvenida sea nuestra (des)Messura.”
Deja tu comentario