Béla Braun es escritor, músico y periodista. Natural de Ciudad de México, está presentando su última obra, Solo que Marla no volverá. Un libro que nos sumerge en el mundo del tráfico y explotación de mujeres en México a través de la búsqueda de una adolescente. Hemos hablado con él para descubrir cómo ha sido el proceso de escritura de una historia que viaja entre la realidad social de un país y la ficción literaria.
Estás presentando tu libro Solo que Marla no volverá, cuéntanos un poco de qué va la historia.
La trama es simple: un jugador de billar, que vive de la venta de artículos para la práctica de dicho juego, recorre el bajo mundo de la prostitución y la trata de personas en busca de su amante, una joven que desaparece misteriosamente. Ahora bien, la novela es en realidad un tratado sobre la obsesión y sobre el amor carnal como vehículo místico. Es una exploración de la ternura y la brutalidad, del amor como forma de resistencia a un mundo que se empeña en aplastar al individuo, a lo individual y a lo humano.
¿Cómo nace la idea de escribir Solo que Marla no volverá?
Tuve la idea de escribir algo sobre carambola porque es un juego fascinante, practicado por gente muy peculiar y que en México está en peligro de extinción. Luego soñé a Marla y, al despertar, supe que debía buscarla, que debía poseerla y dejarme poseer por ella, por su perfume y por su enigma. Así encontré la voz de un personaje que, como yo, padece lo grotesco del mundo y pretende salir airoso mediante el gozo estético y sexual. La desaparición de Marla simplemente es algo que se reveló mientras escribía la novela. La pérdida del objeto amoroso es una obsesión recurrente en mi obra.
La novela profundiza en la explotación de mujeres en México, ¿cómo te has documentado?
Como periodista (y como lector de periodismo) he conocido infinidad de historias que hacen parecer a mi novela un cuento infantil. Proxenetas que arrojan mujeres a las fauces de un cocodrilo, gobernadores que encubren a traficantes de niñas, presidentes de partidos políticos en cuyas fiestas mueren mujeres al caer de un edificio…. México puede ser una embajada del infierno y no es necesario investigar mucho para saberlo.
Al ser un tema tan sensible y con una voz femenina protagonista, ¿tenías miedo de dar voz a este tema desde tu perspectiva?
La voz que narra la novela es la de un hombre, el protagonista de la historia, a través del cual escuchamos las voces de muchas mujeres. Al ser un relato oral que se desentiende de la sutileza a favor de un desbordamiento casi febril, las voces que suenan a través del narrador están “contaminadas” con aquella. Las mujeres (y los otros personajes) de la novela hablan a través de un filtro que es ese narrador, un hombre, un macho que se sabe macho y se avergüenza de ello pero no puede evitarlo. Aun así, creo haber conseguido que cada personaje resultara entrañable y verdadero. Sobre todo las mujeres.
¿Te has inspirado en algún testimonio real?
En lo referente a la esclavitud sexual, hay algunas referencias a casos que circularon en los medios nacionales en los últimos años, pero el relato es casi enteramente ficticio. El mundo del billar, en cambio, es bastante cercano a la realidad. Casi todos los personajes que aparecen están inspirados en gente que conozco y muchos de ellos conservaron su nombre o el apodo con que se les conoce en ese submundo.
¿En qué se diferencia el Béla Braun periodista del Béla Braun escritor?
Creo que un buen periodista tiene que ser un buen escritor. Sin embargo, cuando escribo ficción intento hacerme a un lado para que sea la voz narrativa la que despliegue la historia que se revela. Escribo como un acto de comunicación con fuerzas inexorables, poderosas. Con fuerzas que no domino ni puedo ver con claridad. Como periodista intento aproximarme a la realidad. Como escritor de ficción intento desmantelarla.
¿Con qué libro o autor te quedas?
Odiaría tener que elegir uno solo. Diré los cinco nombres que me vienen a la mente ahora mismo: Krasznahorkai, Murakami, Efrén Hernández, Borges y Duras. Si me repites la pregunta dentro de 10 minutos podría decirte cinco diferentes y así podríamos pasar meses.
¿Alguna recomendación literaria?
Hay tres novelas maravillosas, publicadas por mi primera casa editorial, la independiente Nieve de Chamoy, que pueden conseguirse vía internet en cualquier parte del mundo: Negro Corazón, de Mateo Miguel; La novela del cangrejo, de Víctor Weinstock y Nubecita, de Nora Coss. También recomiendo ampliamente la maravillosa Temporada de huracanes, de Fernanda Melchor. Y, si pueden conseguirlo, El libro de las pasiones, de Mario González Suárez.
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