María Bastarós es escritora, historiadora del arte y gestora cultural, pero decir esto es quedarse corta. Como ella misma nos cuenta, «No me gusta definirme por mi productividad», por lo que en esta charla hablamos largo y tendido de muchos temas, desde aquellos relacionados con el trabajo, libros y conferencias, hasta comida mexicana o el cumpleaños de su gato. Aquí os dejamos con esta charla junto con María Bastarós.
– Queremos empezar este cuestionario con una pregunta sencilla, ¿qué tal estás?
Como el grueso de la población: deseando reunirme con mis amigos y mi familia, viajar, salir de fiesta y, sobre todo, desprenderme de la mascarilla. En Valencia hemos estado con muchas restricciones, y unos días se lleva mejor que otros. Afortunadamente, a una le gusta mucho leer.
– Empezamos por el principio, para alguien que esté leyendo esta entrevista ¿quién es María Bastarós?
No me gusta definirme por mi productividad, así que diré que soy una chica en la treintena a la que le gusta la literatura, cocinar y viajar por Estados Unidos, cosa que procuro hacer una vez al año. Vivo en Valencia con mi gato y mi marido y, aunque adoro esta ciudad, echo de menos aquella en la que nací, Zaragoza. Fui vegetariana once años, pero ahora como pescado y puntualmente pruebo algún plato tentador, como los tacos del mexicano Enchílame de Valencia. Y aquí viene lo inevitable: mi formación es de Historiadora del Arte y en el plano laboral soy gestora cultural. Eso quiere decir que hago un poco de todo: doy conferencias, organizo eventos, comisario exposiciones, genero proyectos de arte y participación… También escribo, en su sentido más amplio: artículos periodísticos, investigación, ficción.
– Uno de tus libros es “Historia de España contada a las niñas”. ¿A quién se lo regalarías?
Si por mi fuera, a todo el mundo. Pero es un libro algo raro, y como libro raro tiene lectores devotos y otros en absoluto interesados. Lo que no haría -y esto va para cualquier comprador potencial- es regalárselo a una niña: no es un libro sobre la historia de España -al menos no en el sentido usual del término- y desde luego no es para público infantil.
– Otro de tus libros es “Herstory. Una historia ilustrada de las mujeres”, del que eres coautora junto con Nacho M. Segarra. ¿Cómo fue el proceso creativo de este libro?
Herstory fue un trabajo arduo: Nacho y yo trabajamos a distancia, hablando prácticamente todos los días por teléfono, estableciendo criterios, discutiendo, llegando a acuerdos. Los dos somos historiadores -Nacho trabaja en la Academia y tiene un ensayo maravilloso, Ladronas victorianas: cleptomanía y género en el origen de los grandes almacenes– y los dos estamos orgullosos del libro que construimos, que además fue muy bien recibido por el público.
María Bastarós: «La narrativa me resulta más exigente, hay una parte importante que depende de la inspiración y una no está siempre inspirada»
– Has escrito novela, relato, fanzines, artículos… ¿Es diferente tu manera de trabajar dependiendo el proyecto que tienes entre manos?
Completamente. No tiene nada que ver hacer investigación con escribir narrativa. El proceso de escritura de artículos y de Herstory es relativamente parecido, aunque en mis artículos tengo más manga ancha para dar mi opinión. La narrativa me resulta más exigente, hay una parte importante que depende de la inspiración y una no está siempre inspirada. Además, emocionalmente me siento más vinculada a mis ficciones, y las frustraciones me resultan más duras en ese plano que en el de la investigación.
Los fanzines, en general, son mi patio de recreo, el lugar en el que hago lo que me da la gana y me subo a cualquier parte sin preocuparme por si me doy una piña. De ese deseo nacieron Macabro de comer un zombi -mi primer fanzine, publicado con la que era mi mejor amiga cuando teníamos dieciocho añitos-, Brochetas de Cosas Emocionantes o Napalm Springs. No fue así con el fanzine de la plataforma Quién Coño Es, que era más una revista de arte y ensayo independiente, muy cuidada en lo estético.
– Además de todo esto, eres promotora de la plataforma cultural feminista QuiénCoñoEs, encargada de visibilizar a las mujeres artistas. ¿Ha cambiado la situación de la mujer en este tiempo?
La historia de Quién Coño Es tiene bastante desarrollo: comenzó en 2015 como una campaña urbana -una gran pegada de carteles sobre mujeres artistas en la facultad donde estudiaba Historia del arte, invitando al profesorado a revisar el contenido de sus asignaturas desde una perspectiva crítica de género-, y luego pasó a la edición de fanzines y hasta al comisariado de exposiciones como Muerte a los Grandes Relatos. Ahora mismo la plataforma está parada, aunque no descarto volver a sacar otro número del fanzine, que era su vehículo principal.
Respecto a si ha cambiado la situación de las mujeres desde entonces, relativamente. Sobre todo, es ruido, no hechos. Hay una conciencia generalizada de las mujeres como sujeto político que antes no existía, lo cual lleva a una visión más crítica y a la defensa de una serie de cambios. De momento, lo que hay son alianzas, ideas, exigencias, y no tanto frutos palpables o cuantificables. Tal vez el mayor logro de estos años haya sido el #MeToo, aunque es un movimiento difícil de gestionar en sus derivas.
– A lo largo de tu trayectoria, tus obras han conseguido diversos premios. ¿Qué significan estos galardones? ¿Tienen una importancia real?
Sí, claro que la tienen. Gracias al Puchi Award mi Historia de España contada a las niñas se publicó con una edición de cartoné preciosa. Además pude diseñar la portada, -cosa que también voy a hacer con mi próximo libro, que sale en octubre-, y el dinero del premio me proporcionó tranquilidad a nivel económico durante casi un año. Que luego fuera reconocido con el Premio Cálamo Otra Mirada y el Premio de Narrativa de Valencia fue toda una sorpresa, la verdad, y me costó alegrarme por esos galardones. Para alegrarte por un premio primero debes creer que no es absurdo recibirlo, ¡y eso a veces cuesta mucho!
Pero por supuesto los premios tienen una importancia real: hacen más visible tu obra, te consiguen trabajo y, en los mejores casos, te llenan los bolsillos. La literatura no da prácticamente dinero, así que un premio siempre es una ayuda y una palmadita en la espalda. Yo estoy infinitamente agradecida a todos los que han considerado que mi novela era digna de cualquier atención.
«Estoy infinitamente agradecida a todos los que han considerado que mi novela era digna de cualquier atención»
– ¿En que se parece y en qué se diferencia la María Bastarós de hace unos años con la que está contestando estas preguntas?
Se parece en casi todo, pero ha conseguido algunas cosas. La más importante, es haber aprendido a decir no, a alejarme de las relaciones en las que se me ha maltratado -no hablo solo de sentimentales, si no laborales o de amistad-, parar los pies antes de que ese maltrato comience, defender mi tiempo libre, mis principios; mi alegría, al fin y al cabo. Todos deberíamos aprender a hacer eso, creo que lo aprendemos con la edad. En mi caso es un logro de mi vida adulta que me ha costado mucho y me siento bastante orgullosa al respecto.
– ¿Qué referentes tienes tanto profesional como en lo personal?
En lo profesional me encanta la comisaria Marcia Tucker, fundadora del New Museum of Contemporary Art de Nueva York. Ella inventó el término Bad Painting para referirse a un tipo de arte figurativo muy irrespetuoso -deliberadamente- con los cánones de belleza comúnmente establecidos desde la crítica de arte. La primera exposición de su museo, en 1978, fue precisamente de Bad Painting.
En el plano literario adoro a Lorrie Moore, a Leonard Michaels, a A.M Homes, y soy muy fan de todo el minimalismo norteamericano, aunque no sé si lo llamaría exactamente un referente. En realidad, mi referente general es el arte norteamericano, aunque esté muy mal visto admitirse fan de los Estados Unidos; obviamente no soy fan de su política de migración, ni de su imperialismo, ni de su concepto de sanidad pública, me interesa desde un plano cultural, geográfico, social, histórico, estético.
– ¿Puedes adelantarnos algunos planes de futuro que tengas?
Ahora mismo estoy sumida en muchos proyectos, todos muy importantes para mí: mi próximo libro de ficción sale en torno a octubre y ahora comenzamos el proceso de corrección y de diseño de la portada; estoy colaborando de nuevo con Nacho M. Segarra y Cristina Daura en otro libro de historia que también sale este año; en el plano de la gestión estoy preparando una segunda edición de Sentim les llibreries, un proyecto que nació durante el inicio de la pandemia para apoyar a las librerías locales, y además en abril comenzaré a trabajar en el equipo de desarrollo de una serie para tv, cosa que me tiene bastante entusiasmada.
En cuanto pueda quiero escaparme a Estados Unidos, aunque estimo que para eso aún queda bastante. En dos semanas hago un curso de cocina vegetariana y hoy voy a comprar papel de envolver para forrar la casita que le hemos hecho a mi gato Gastón por su doceavo cumpleaños. En fin, tengo la agenda a reventar.
– ¿Podrías recomendarnos el último libro, canción, película, obra de teatro, o cualquier expresión artística que te haya emocionado?
Últimamente me han encantado Pretend it´s a city, la serie documental en la que Scorsese entrevista a la columnista Fran Lebowitz. Es divertidísima, mordaz, muy entretenida. Y también How to with John Wilson, otra serie maravillosa en la que Wilson nos ofrece su mirada sobre Nueva York, sus habitantes y sus costumbres, aunque al final es una serie sobre los seres humanos. El capítulo sobre cómo hacer un risotto es inolvidable.
A nivel literario, ahora mismo estoy devorando todo lo de Mary Robison: la editorial Malas Tierras ha sacado su libro Por qué haría yo y es un momento estupendo para releer sus relatos, publicados por Alba editorial con el título Dime. También estoy leyendo Lo que queda de luz, de Tessa Hadley (editorial SextoPiso) y también me está gustando a más no poder, lo tengo que dejar en casa para que no me quite tiempo de trabajo en el estudio.
Aunque ahora mismo no tenemos abundancia eventos culturales, disfruté muchísimo de la obra Future Lovers, de La Tristura, y de la exposición del IVAM Sexualidad de Entreguerras. Y en mis paseos oigo LasRaras, un podcast que sencillamente todo el mundo debería escuchar. Si tuviera que arriesgarme con una recomendación, así a bote pronto, sería con esa.
– En Más de Cultura nos encanta descubrir nuevos talentos, así que te pedimos, si nos puedes hacer alguna recomendación de alguien a quien deberíamos seguir y entrevistar.
La escritora Rosario Villajos publica el 17 de marzo un nuevo libro con la editorial Aristas Martínez. Se llama La muela, he tenido la suerte de leer las galeradas y me ha encantado.
– Nuestra revista se llama Más de Cultura, así que la pregunta es, ¿Más de Cultura y menos de…?
Fascismo.
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