Silvana Estrada se crio rodeada de música. Hija de músicos y lauderos, creció escuchando folklore, son jarocho, jazz y clásica y a los 15 años empezó a componer. Su música recupera los sonidos tradicionales de la canción mexicana y algunos ya la han bautizado como la Chavela Vargas millenial.
Procedente de Veracruz (México), Estrada se encuentra estos días en Madrid para promocionar su álbum debut, Marchita, con el que inicia una gira de conciertos por España con paradas tan emblemáticas como el Palacio Real.
Con el disco Marchita se ha convertido en la primera artista latina en fichar por Glassnote, sello de artistas como Mumford & Sons, Phoenix o Childish Gambino y con 24 años es uno de los nombres que suenan con fuerza dentro de la nueva ola de la canción popular.
Silvana confiesa que Marchita ha sido “como hacerse adulta”. La cantante lo define como un disco “muy inocente y muy luminoso” que retrata “una búsqueda interior, una búsqueda que asumía el duelo como el presente absoluto, con una especie de parsimonia incluso que buscaba entender la situación del dolor y sanar”.
Sin embargo, en contra del mensaje que puede predominar en el folklore mexicano de un “tú me hiciste y yo recibí”, una historia de malos y buenos, Marchita se posiciona como un trabajo más «solitario y terapéutico». El mensaje refleja la propia filosofía de la artista. Consciente de que trabaja buscando sonoridades folklóricas, Silvana Estrada defiende “modernizar la tradición”.
“Tengo 24 años, vivo en el 2121 después de una pandemia, no voy a hablar de la ranchería y de que mi esposo me dejó. Esa no es mi línea temática. Hay una modernización que nos ha estado dando identidad estos últimos años”, explica a Más de Cultura.
Nueva voz del folklore mexicano
Estrada está, junto con otros artistas como Alex Ferreira, Natalia Lafourcade o Baiuca, representando la fuerza de la canción popular, que vive una nueva ola y ella es consciente de ese auge. Cree que, en el caso de la canción mexicana, ese creciente interés deriva del “cansancio de mirar siempre para arriba y americanizar” México.
En esa línea, algunos ya se han atrevido a bautizarla como la “nieta de Chavela Vargas” o la “Chavela millenial”. Para ella es un regalo porque “Chavela es como la abeja reina de todas las que abejitas que salimos después de la canción mexicana”. A pesar de la diferencia en sus timbres de voz, Silvana sabe que esa comparación significa “que hay algo más allá del sonido que conecta”, que, en el caso de ambas artistas, es su don interpretativo y la forma de transmitir sobre el escenario.
Un escenario al que se acerca con una interpretación y una composición “en el centro”. Silvana crea un espacio libre de géneros para escapar del “yugo tan duro que es ser mujer o ser hombre”. “Ese espacio libre no quiero que se limite por los roles que de por sí ya son bastante pesados”, añade. “Me parece una cuestión de responsabilidad darle voz a todo el mundo, estamos justo en esa época en la que darle espacio a la gente que nunca lo ha tenido”.
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