Los coches Lada fueron un símbolo de progreso y de orgullo socialista y posicionaron a la ciudad rusa de Tolyatti en el mapa. Sin embargo, tras años de auge, la ciudad conocida como la «Detroit rusa» se debilitó y congeló en el tiempo. Eso forzó el desempleo y la falta de oportunidades para las nuevas generaciones. Ahora, es esa nueva generación la que revisita los símbolos que un día los pusieron en ascenso, los coches Lada, para hacer derrapes infinitos en ellos y pasar el tiempo.
Laura Sisteró retrata en su película documental, Tolyatti Adrift, los conflictos de la juventud de la ciudad. A través de la vida de cuatro adolescentes, consigue dibujar el panorama en el que crecen los chavales rusos en la ciudad automovilística. La película nació gracias a un viaje de la directora a Tolyatti, donde conoció y se interesó por las rutinas de los derrapes de los más jóvenes.
Grabada antes del estallido de la guerra, Tolyatti Adrift consigue representar la desesperanza de la juventud ante un panorama incierto, en el que las únicas salidas que la mayoría se plantean son el desempleo, la emigración o el alistamiento.
Tras su paso por el Festival de Málaga, Visions du Réel (premiere internacional), el Festival de Cine de Cracovia (Sección Internacional), el Docs Barcelona (premiere catalana), Documenta Madrid o Docs Valencia llega a salas. Tolyatti Adrift es una producción de Boogaloo Films en coproducción con Les films d’Ici. La película se estrena en cines el 28 de octubre de la mano de Begin Again Films.
Ascenso y caída de una ciudad
Tolyatti, la ciudad rusa que un día fue el símbolo del progreso y orgullo socialista, es hoy la más pobre de Rusia. Célebre por albergar la industria automovilística soviética, con su legendario automóvil Lada, hoy es un sitio decadente, congelado en el tiempo y con la tasa de desempleo juvenil más alta del país. Es en este contexto de desolación que surge el “Boyevaya Klassika». Es un movimiento de adolescentes que rescata los antiguos coches de la fábrica local para convertirlos en un medio de diversión, de rebeldía y de expresión hacia la esperanza. Eso le da una segunda oportunidad a este icono del esplendor nacional que nunca vivieron.
Tolyatti Adrift explora los conflictos y los sueños de los adolescentes de esta ciudad, obligados a encontrar su lugar en circunstancias difíciles y que, desde su rebeldía, han iniciado un verdadero movimiento de expresión, atrapados en un lugar, aparentemente, sin esperanza. El film sigue a Slava, Misha y Lera durante un año en su camino hacia encontrar una manera de sobrevivir en esta ciudad, afrontar la edad adulta y reescribir su destino.
La directora, Laura Sisteró
Llegué a Tolyatti con la idea de retratar cómo construía un futuro la juventud en una de las ciudades más pobres de Rusia. Buscando ciertas conexiones con mi propia adolescencia, sin saber exactamente lo que me encontraría. Pasé mi adolescencia en un pequeño pueblo en las afueras de Barcelona que guarda muchas similitudes con la realidad de Tolyatti. Un pueblo que también había crecido sin control debido a la demanda de trabajadores en la fábrica de coches.
La tremenda inmigración del lugar hacía que pocos se sintieran arraigados, que no hubiera cohesión comunitaria. La mayoría de mis compañeros de instituto estuvieran ya deprimidos de por vida y sólo aspiraran a trabajar en aquella fábrica. Luego se acababan hipotecando para poder tener uno de los coches que ellos mismos fabricaban. Los tuneaban y hacían ruido pisando el acelerador, para que su existencia en esta vida dejara huella, aunque sólo fueran las marcas de sus neumáticos en el asfalto, como involuntarios mensajes de socorro.
Como lectora de ciencia ficción de los 60 y 70, pienso que hoy en día vivimos en ese escrito futuro inabarcable. Me gusta buscar en el presente las trazas de la distopía que nos pertenece. Estamos frente a un conflicto global debido al cambio de paradigmas económicos capitalistas. De cómo la ruptura y sistemas políticos afectan directamente a los jóvenes y su futuro.
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