Reapertura de Teatro Lara. Fotografía: Lucía Romero.
Violeta Ferrer es Licenciada en Arte Dramático por la Universidad de Málaga y desde el año 2006 forma parte del equipo organizador de Palma, Feria de teatro en el Sur. Como gestora actual del Teatro Lara de Madrid, ha vivido de cerca la situación dramática para la cultura en estos meses, aprovechamos el 140 aniversario de esta sala de Madrid para hablar de ella de los nuevos retos de las Artes Escénicas y de cómo el teatro está más vivo que nunca.
¿Cuál ha sido tu vinculación con el Teatro Lara hasta ahora?
Yo realmente he estado vinculada al Teatro Lara casi desde que llegué a Madrid, hace 13 años. La primera vez que trabajé aquí trabajé como regidora de compañía. Como gerente y regidora en una compañía que estaba aquí haciendo la función que Closer de Mariano Barroso con Belén Rueda.
He vuelto a trabajar aquí durante años con otras producciones y siempre había tenido mucho vínculo en el teatro con su plantilla. Hace unos años en el camino profesional me crucé con el director, Antonio Fuentes, y me dijo que quería hacer producción. Así empezamos a trabajar.
Y con el tiempo fui asumiendo más labores dentro del teatro. Actualmente, a parte de llevar la línea de producción junto con Antonio Fuentes, llevo también la gerencia.
¿Qué se demanda dentro del teatro en esta época?
Yo creo que todos estamos haciendo grandes esfuerzos. No hay más que salir a la calle y verlo. ¿Qué sector no está tocado por esta situación?
Es verdad que cuando llegan situaciones de este tipo, y creo que deberíamos recordarlo todos, la cultura es un derecho de cada ciudadano y deberíamos de cuidarla como tal. Hay países donde ese pensamiento es algo que está dentro del ADN de la población y en España eso lo tenemos como asignatura pendiente. Nos cuesta un poco recordar que esto no es un servicio más que se presta, sino que es un derecho fundamental, como puede ser la sanidad o la educación. Tratándola desde este lugar habría muchísimas cosas que se podrían hacer.
¿Cómo trabaja una sala de teatro? ¿Cómo se decide qué se programa?
Normalmente el director artístico de un espacio es el que decide las líneas de programación. En este caso, la programación la lleva de un modo directo Antonio Fuentes. Él normalmente se reúne con compañías o recibe información a través de dosieres, imágenes o, directamente, si son gente más cercana, a lo mejor puede ir a ver los ensayos.
La forma de selección es múltiple. Eso sería en circunstancias normales. En las circunstancias actuales hay más variantes porque no es solo la línea de programación, sino que sean compañías que puedan. Porque aquí arriesgamos el espacio y la compañía. La compañía trabaja a taquilla según los ingresos, igual que el espacio. Somos socios, digamos, en este camino, que ahora mismo es tortuoso.
Por eso también hay que valorar que las compañías se puedan enfrentar a algo así. Hay muchas paradas directamente porque no pueden asumir cosas así. Ahora mismo están trabajando muchas compañías a modo de cooperativa. Es decir, todos aportamos nuestro granito de arena y al mismo tiempo todos arriesgamos un poco.
El riesgo compartido es mucho más llevadero, obviamente. No es lo mismo que un productor asuma todas las pérdidas que pueda generar un espectáculo que, entre todos, a lo mejor nos apretamos un poco el cinturón o cobramos un poco menos. Estamos sobreviviendo con mucha solidaridad y con mucho compañerismo. Que tiene un límite. Es irreal que esto continúe así. Pero bueno, si es cierto que ahora mismo tenemos en el teatro compañías que se pueden permitir estar, porque tienen acuerdos con todo el equipo donde todo el mundo apuesta.
Desde el año 2006 forma parte del equipo organizador de Palma, Feria de teatro en el Sur, ¿Por qué son importantes estas ferias?
El concepto es sencillo, son lo que se entiende como ferias de muestras, que realmente es así. Al igual que está Ifema, donde durante tres días se reúne gente del sector del turismo y de la hostelería nacional e internacional para vender sus productos. Se dan cita profesionales de todos los ámbitos (el que compra y el que vende).
Las ferias de artes escénicas en realidad tienen el mismo procedimiento. Hay exhibición, hay compañías programadas que exhiben sus espectáculos para programadores que compran esos espectáculos.
El funcionamiento es muy similar. Es cierto que hay un valor añadido que es el encuentro con la profesión que siempre es importante. Donde además puede haber oferta formativa durante una feria, muchos coloquios, debates, reuniones de asociaciones. Son importantes.
Es verdad que, en mi opinión, habría que repasar ciertos modelos que a lo mejor se quedan un poquito obsoletos. Pero la finalidad de la feria y el encuentro que provoca me parece fundamental para el sector y en estos tiempos sería mucho más importante, pero ahora uno habla de encuentro y se echa a temblar.
¿Y como espectadora? ¿Qué te gusta más?
Yo soy muy espectadora de casi todo, la verdad. Porque me gusta el acto de ir al teatro y la emoción en vivo. Me gustan las cosas que me emocionen de algún modo. Que me toquen.
A veces puede ser algo muy sencillo o cosas más farragosas o más complicadas que quizá no te llegan. No se, no te sabría decir una en concreto. Te puedo decir que soy super fan del trabajo de Andrés Lima. Todo lo que hace me parece maravilloso. Hay muchos directores y dramaturgos que me emocionan.
Es esta sensación de cuando un espectáculo consigue que te sientas solo en la sala. Que tienes la sensación de que lo están haciendo para ti. Cuando un espectáculo consigue eso, aunque sea durante cinco minutos, para mi ya ha merecido la pena.
¿Cómo vais a celebrar el aniversario?
Llevábamos desde el año pasado hablando sobre qué haríamos en el 140 y obviamente nada de lo que teníamos pensado ha sido posible. Si hay algo que hemos podido continuar. Sobre qué filosofía queríamos defender en este 140 aniversario. En ese sentido, el director lo tenía clarísimo: quería que fuera una fiesta por y para el público.
Estuvimos hablando de hacer una gala, con actores que hubieran pasado por aquí, todo eran ideas bonitas y muy golosas y llegó un momento en una reunión que dijo Antonio que lo que le apetecía era abrir las puertas del teatro y que viniera todo el mundo.
Y aunque obviamente esas ideas no han podido realizarse, sí hemos lanzado varios abonos anuales gratuitos para el público, para nuestra base de clientes.
Queremos fomentar la comunidad en torno al teatro. Creemos que es importante conseguir esta cosa dificilísima que es la captación de público. Donde el espectador dice: «vamos a ver qué ponen en el Lara».
Donde lo importante es el espacio, las personas se sienten vinculadas al espacio. Y si hay un espectáculo en ese espacio que a mi da credibilidad pues yo voy. Independientemente de que sepa más o menos sobre el espectáculo. Ya que esté en el teatro me da una cierta confianza. Eso siempre es en lo que queremos trabajar y lo que queremos fomentar.
Las medidas que hemos podido hacer si continúan con esa filosofía que no tenían la envergadura que nos hubiera gustado. Obviamente.
¿Más de Cultura y menos de qué?
Creo que con la historia tan reciente que tenemos diría más cultura y menos demagogia o crispación. Y por supuesto más cultura, más educación… al más le sumaría muchas más cosas.
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