La época más feliz de Henry D. Thoreau fue la que transcurrió durante dos años, dos meses y dos días en una cabaña construida por él mismo cerca del Lago Walden, Concord Massachusets. Poeta, filósofo, inspirador de grandes figuras de la Humanidad como Gandhi o Martin Luther King. Citado por Marcel Proust, Ernest Hemingway o George Bernard Shaw… Buscó dignificarse en la naturaleza, de hecho escribió cómo se sintió cuando un gorrión se posó casualmente sobre su hombro: “mucho más honorable que si llevase un uniforme cargado de charreteras”.
Toda una declaración de principios en una época, la que a Thoreau le tocó vivir, donde, entre otras tragedias, la esclavitud campaba en Norteamérica amparada por la ley.
De él es la frase: “Bajo un gobierno que encarcela injustamente a cualquiera, el hogar de un hombre honrado es la cárcel”. Principio de desobediencia civil que Gandhi enarboló haciendo historia. Mientras Martin Luther King articulaba su discurso con el pensamiento de Thorau contra la segregación racial.
Sin embargo Henry D. Thoreau no buscó trascender. Trabajó durante años en la fábrica familiar de lapiceros y aunque estudió en lo que aún, a mediados del siglo XIX no era Universidad, sino Colegio de Harvard, no le sedujo la Medicina, la política, los negocios… anhelaba volver a la esencia, regresar a la naturaleza, por eso sus años en el Lago Walden fueron decisivos en su vida.
Sus observaciones, pensamientos y conclusiones las registraba en un diario que fue engordando con el tiempo y que se ha publicado en versiones más o menos extendidas. Y así, llegamos al libro VOLAR, Apuntes sobre aves. En él se concentra la pasión por la naturaleza de Thoreau que la editorial Pepitas de Calabaza ha desentrañado de una madeja de pensamientos, ofreciéndonos un canto sencillo y bellísimo que transmite la esencia del autor.
Volar habla de aves, de muchísimos tipos de aves. El escrutinio de Thoreau nos cuenta las leves variaciones de tonalidad, el grosor del plumaje, los cantos con diferentes matices según las horas…el transcurso de las estaciones del año y el cambio de paisaje, las aves de paso, el ruido de la lluvia y el silencio amortiguado rápidamente por un batir de alas.
En Volar, Thoreau consigue mostrar lo que él buscó con ahínco: una forma mucho más elevada de existencia. La pureza de la naturaleza choca irremediablemente con la mediocridad de la rutina, con los convencionalismos, el abuso de poder o el materialismo. “Me muevo para pedirle cosas nuevas a la existencia”. El espíritu libre y crítico del autor escapa junto a los pájaros que describe con tanta pasión.
Thoreau quiso vivir estoicamente. Aborrecía la ostentación, el despilfarro… abogaba por el descubrimiento de lo esencial y por poner en cuarentena cualquier tipo de pensamiento, incluido el propio. Escapó de la complejidad para centrarse en otros anhelos: “Que mi canto no desmerezca de las estaciones. Y ojalá pueda obligarme a ser un cazador de lo bello y nunca se me escape nada”.
Thoreau inspirador de movimientos a los que se puso nombre con el transcurrir de los siglos: ecología, anarquismo, pensamiento libertario, antisistema, emancipación femenina, veganismo…
La editorial Pepitas de Calabaza es quien propone este título, Volar. No es casualidad, es una editorial con una personalidad fuerte. Estimula el pensamiento crítico, ve más allá, remueve conciencias, no suelta el sentido del humor…y no sólo por los títulos que ofrece, también con la frase que ha adoptado: “Una editorial con menos proyección que un cinexín”.
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