Isabel Casanova (Madrid, 1992) es La Otra, una cantautora que destaca en el panorama musical por sus letras reivindicativas y feministas. Forma parte del colectivo Arte Muhé y es autora de grandes éxitos como Contigo y Se Quemó. La joven artista se encuentra estos días promocionando su próximo disco, Incendio, que saldrá a la luz el próximo 14 de mayo.
Confiesa que su nombre artístico representa un lugar en el que se ha sentido muchas veces, sin quererlo, al no encajar y queriéndolo, deseando otros caminos posibles. La Otra nació en espacios de movimientos sociales y de ahí que sus letras abanderen un fuerte mensaje feminista y libre porque, como ella misma nos cuenta, su música y su arte son política. Hablamos con Isa de la importancia del mensaje, de su carrera en la música y de sus proyectos en esta entrevista de Más de Cultura.
Publicas Incendio el próximo 14 de mayo, ¿cómo te sientes?
Nerviosa y muy contenta. Estoy super orgullosa del sonido de este disco y en general de todo lo que envuelve la obra. Es mucho curro, no solo respecto a lo musical sino también al concepto visual, al diseño… Tiene un trabajo muy integral.
«Es una ida y vuelta de lo personal a lo político y de lo político a lo personal»
¿Sigue la línea de la música de autor? ¿Incorporas nuevos sonidos?
Yo no tengo muy claro cual sería mi relación con la música de autor porque, al final, también esto de ser cantautora no me parece que sea un género. Es un debate bastante interesante. Mi conclusión es que no es un género sino más bien una manera de posicionarse respecto a tu actividad como música y al lugar desde el que hablas. En eso sí me siento cantautora.
Junto a eso, este disco tiene sonidos nuevos. Sonidos que tienen que ver con una banda que ahora me acompaña. Va a sonar un poco a una mezcla de géneros que tienen que ver con música que nos gusta a nosotras, mucho hip hop, sonidos latinoamericanos, neosoul y pop.
Las letras son una continuación de lo que venía antes. Creo que yo voy madurando y creciendo y considero que se refleja en las letras. Es una ida y vuelta de lo personal a lo político y de lo político a lo personal.
Mencionas que te ubicas dentro de la música de autor y tus letras cargan mensajes muy potentes. ¿La música es una manera de hacer política?
Sí, sin duda. Creo que cualquier expresión artística o incluso cualquier enunciación pública que una haga es política. Creo que todo lo que hacemos en la vida es política. Entendida no como algo que tenga que ver con las instituciones sino con cómo nos organizamos para tener una vida buena. Desde ahí creo que todas las acciones son políticas y los silencios también.
A mí el arte me parece algo muy trascendental. Me parece el acceso a un montón de herramientas. Digamos que en la vida común, en la no artística, somos seres finitos. Las personas somos lo que somos y encarnamos las historias que encarnamos. Creo que en el arte, la fantasía y la realidad no están separadas. Son dos cosas que están al alcance de nuestro hacer. Para mí el arte es ese lugar en el que todo es posible y todo se puede transformar. Y cuando pienso en hacer política cómo no la voy a hacer desde este espacio.
Antes nos comentabas que para ti la música de autor se aproxima más a un mensaje social. Hace poco hablábamos con el cantautor Alex Ferreira sobre la nueva ola de la música de autor, a él le sorprendía que se siga asociando la música de autor a un mensaje revolucionario porque muchos de los referentes en este estilo tienen letras principalmente románticas.
Me parece difícil homogeneizar la canción de autor porque creo que no tiene mucho que ver la historia de la canción de autor en el Estado español con Latinoamérica. Sí creo que en Latinoamérica tiene muchísima conexión con la música de raíz, aquí históricamente no ha sido así.
Es un tema muy interesante y yo no soy una experta. En cualquier caso, si estamos hablando de que la canción de autor siempre es política o hable de temas sociales, no tiene por qué. En mi caso es así pero hay mucha gente que es cantautora y que escribe letras románticas. Supongo que hay distintas vertientes y yo no sabría darte una definición cerrada. Es un tema muy interesante de debatir, ¿qué es hoy ser cantautor? ¿Se puede definir geográficamente?
«Cuando empecé, a mis conciertos no venían hombres»
Muchas de tus letras se pueden entender casi como himnos feministas. El feminismo se ha colado en el debate público y ahora son muchas las artistas que incorporan la lucha a sus mensajes y a sus proyectos musicales. ¿Notas cambio en la industria?
Sí, desde luego. También hay una cuestión, yo empecé sin formar parte de la industria porque mi recorrido es particular. Dentro de que mi proyecto existe desde hace 10 años, llevo menos tiempo formando parte de la industria. En cualquier caso, creo que el panorama cultural ha cambiado.
Cuando empecé, a mis conciertos no venían hombres y si venía alguno era el novio de alguna feminista que llegaba medio engañado. Mi música nació en espacios de movimientos sociales, de extrema izquierda e incluso entornos más anarquistas y en esa época ser feminista estaba mal visto.
Era un obstáculo, la gente no lo entendía, no lo conocía y no era políticamente correcto. Cuando me empecé a nombrar como una cantautora feminista, era algo que no aportaba mucho a que la gente se acercara. Con los años ha habido una serie de conquistas y el movimiento feminista ha hecho una conquista cultural. Ahora no solo está bien visto sino que es algo políticamente correcto en cualquier entorno mínimamente progresista o de centro. Es muy buena noticia pero no significa que el movimiento feminista haya triunfado de una manera significativa en lo cotidiano, sino que es un comienzo. La conquista de lo simbólico y la victoria en lo cultural no significa que haya una victoria en otras muchas partes de la vida.
¿Ahora te parece más fácil conseguir crear una red de apoyo dentro de la industria?
No, no me parece fácil. Es que también mi vivencia es un poco particular pero creo que no es lo mismo la industria independiente y la industria mainstream. Son dos mundos diferentes y no hay mucha intersección ni muchos puentes entre ambos. Yo conozco más la escena de la música alternativa y ahí si ha sido agradable notar que cada vez hay más gente y más mujeres que vienen con otros valores y otras formas de hacer.
Pero tampoco diría que es un espacio cómodo. Yo tampoco tengo una visión general. Sigo sin sentir que la escena sea un lugar cómodo e inclusivo. A pesar de esto creo que sí está saliendo una escena paralela de músicas mujeres. A veces está mezclado con la escena general y a veces está haciendo un camino paralelo.
Después del éxito de Contigo (casi 8 millones de reproducciones en Youtube), ¿tenías miedo de las expectativas?
Me encantaría decirte que no pero sí he pasado miedo. Me pilló todo eso muy de sorpresa. Era muy joven, no tenía intención de dedicarme a la música y me encontré con un nivel de repercusión que me lo permitía. No tenía referentes cerca ni venía de un entorno de música. Fue una sorpresa maravillosa y también algo para lo que no estaba preparada. Ha sido difícil encontrarme con eso y con una decisión de querer dedicarme a la música. Encontrarme también con muchas inseguridades y con algo obvio, que yo no era una persona que tuviera una formación musical. Ha tenido una parte bonita, de querer aprender, pero a la vez mucha presión, darme cuenta de que estaba en un lugar en el que no sabía moverme, mucho trabajo. Ahora considero que sé donde estoy y me voy encontrando.
Más de cultura y menos de qué.
Pensando en mi oficio lo primero que me sale es menos narcisismo, espectáculo y entretenimiento. Como música de oficio, me cuesta bastante asumir todas las cosas que hay que hacer, como el estar en redes, generar contenidos…
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