Cada mes de agosto, desde 1947, que se dice pronto… espectáculos de teatro, música, danza, incluso ópera, asaltan las calles, universidades, iglesias, tiendas, salas y escuelas de Edimburgo.
Tres semanas, 3000 espectáculos que se celebran de la mañana a la noche: nos encontramos ante el mayor festival de artes escénicas del mundo. Aunque hay que decir que se trata de un festival que encierra varios festivales, locurón para un asiduo a eventos de temática artística.
Por empezar por algún lado, el Edinburgh International Festival (EIF) es sólo una de las propuestas. Se desarrolla principalmente en espacios cerrados ya que los espectáculos son seleccionados entre los más prestigiosos del mundo y se accede con entrada previa. Eso sí, el Fireworks concert –fuegos artificiales desde el Castillo de Edimburgo- se pueden contemplar desde cualquier punto de la ciudad. El concierto que los acompaña con la Scottish Chamber Orchestra, si no has pagado entrada, y no quieres perderte la experiencia, lo puedes escuchar conectando la radio de tu móvil…
Pero, como alternativa a este festival reservado para bolsillos más abultados, la propuesta está en la calle con el Edinburgh Festival Fringe. Y ahí se encuentra, como suele suceder, la esencia de este gigantesco festival de artes escénicas. Un auténtico escaparate de talentos venidos de todas las latitudes del planeta que llenan las calles de música y color. Espectáculos de todo tipo, para todas las edades que se concentran sobre todo en Royal Mile y The Mound. Y como decía al comienzo de este artículo, que se desarrollan desde que amanece hasta que llega la noche.
Pero no acaba ahí la cosa porque, coincidiendo en fechas también se celebra el Edinburgh International Book Festival. Concentrado en Charlotte Square, autores, lectores y especialistas literarios se encuentran en debates, presentaciones, firmas, lecturas públicas y talleres de escritura.
Y el arte no queda fuera, porque el Edinburgh Art Festival se celebra también hasta el 26 de agosto. Artistas contemporáneos internacionales y nuevos talentos exponen en galerías, donde el acceso suele ser gratuito. Y si hablamos de espacios públicos, también las calles acogen exposiciones de monumentales esculturas.
Buena opción Edimburgo para alimentarse de arte en agosto. Ante tal avalancha de propuestas nosotros recomendamos cierta calma, seleccionar previamente algunos espectáculos y presentaciones que les resulten apetecibles pero sobre todo, perderse por las calles y dejarse sorprender.
Color, música y muchísimo arte les esperan, que ustedes lo disfruten.
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