Nacida en Fankfurt (Alemania) en 1993, Alice Merton se ha pasado los primeros años de su vida vagabundeando por el mundo. Hija de madre alemana y padre británico, nada más nacer la llevaron a Estados Unidos y poco después a Oakville, en Ontario (Canadá). Allí se crió hasta la preadolescencia y después volvieron a Munich. Un continuo ir y venir: Estados Unidos (Nueva York y Connecticut), Inglaterra (Bournemouth y Londres) y Alemania donde ahora vive en Berlín. De esta vida nómada podemos extraer un aprendizaje y ella extrae un éxito en ventas, el tema «no roots» (sin raíces) que le ha catapultado a la fama.
Y me parecía interesante destacar a esta cantante hoy, precisamente, que en concreto los españoles nos jugamos tanto. Para demostrar que al igual que el lugar de nacimiento no determina lo que eres, viajar, salir de los esquemas y dialogar con gente nueva nos hace mejores, nos hace ganar en cultura, la más desfavorecida en los últimos debates políticos.
Tras el éxito de otras de sus canciones como «Lash out» o «Why so serious?», la cantante publicó su álbum debut MINT el 18 de enero. Y lo hizo de nuevo enseñando otra lección de los nacidos en los 90: con sello propio. Después de estudiando en la Universidad de Música Popular y Negocios Musicales, Alice Merton fundó Paper Plane Records, que firma su disco.
Como si de superar sus miedos se tratase, el disco incluye el tema nuevo «Learn To Live». Se podría catalogar en pop, rock y electrónica puesto que la voz de la cantante se fusiona con lo sintetizadores. El resultado, unos ritmos que atrapan al oyente, que se pregunta la procedencia de la artista por el acento al cantar. Letras inteligentes cantadas sobre un bajo a golpes y acompañadas de un riff de guitarra.
Sin olvidar, que como todo artista emergente, valora enormemente el poder de los videoclips, con piezas a la altura de la cinematografía y con historias que ilustran a la perfección sus letras.
A los españoles, suerte en las urnas, como diría Alice Merton en sus canciones: «Construyo un hogar y espero a que alguien lo eche abajo. Luego lo empaqueto en cajas, me dirijo a la próxima vez», esperemos que la próxima vez pueda seguir siendo dentro de 4 años.
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