Los códigos visuales en el colectivo LGTBI
El colectivo LGTBI ha influenciado a la moda a lo largo de la historia y se ha servido muchas veces de esta para poder expresarse rompiendo las reglas establecidas.
A través de la vestimenta y el travestismo, gays y lesbianas expresaban su condición sexual durante el siglo XVIII. En esa época, aparecieron en Londres las primeras molly-houses, lugares de reunión clandestinos para hombres homosexuales y transgénero. Por aquel entonces, la homosexualidad estaba castigada con la horca. Pero eso no impedía que muchos hombres se jugaran la vida poniéndose enaguas y pañuelos en la cabeza.
Ya en la primera mitad del siglo XX, la identidad visual del colectivo LGTBI cambia radicalmente con la aparición de las primeras drag queens. Tampoco se utilizaba únicamente el travestismo para atraer a personas del mismo sexo, sino que los hombres optaban ya por una estética masculina con toques femeninos. Cejas depiladas, colorete o los ojos maquillados, eran sus señas de identidad.
Entraron en juego también, códigos de vestimenta y símbolos secretos con los que se identificaban entre ellos. Por ejemplo, el uso del clavel verde, que ya había introducido Oscar Wilde en 1890. También lo eran las corbatas rojas y los zapatos de ante.
Con la explosión de los 60 y los 70, y sobretodo después de Stonewall, cansados de pasar desapercibidos, los hombres homosexuales decidieron apropiarse de dos estilos usados tradicionalmente por hombres hetero en Estados Unidos. Uno de ellos era el Lumberkack o leñador, y el estilo cowboy, con botas o botines, pantalones vaqueros ceñidos, pelo corto y bigote. También se empezó a desarrollar entre la comunidad gay el BDSM tal y como lo concebimos hoy en día, ligado al uso de prendas de cuero.
En 1977, el fotógrafo Hal Fischer publica Gay Semiotics. La guía práctica de referencia sobre los códigos visuales dentro de la comunidad LGTBI. En las propias fotografías de Fischer es donde se aprecia la parte semiótica: van acompañadas de un texto explicativo que disecciona cada seña de identidad. Por ejemplo, llevar un pendiente en la oreja derecha o izquierda indicaba la preferencia a la hora de adoptar el rol pasivo o activo en el acto sexual.
¿Y la mujer lesbiana?
Las mujeres lesbianas, al igual que los hombres, optaron por el travestismo para expresar su condición sexual y protestar contra los roles de género establecidos. Su lucha siempre ha estado ligada a la reivindicación de la igualdad de derechos respecto al hombre.
Personalidades como Greta Garbo o Marlene Dietrich adaptaron la estética masculina al cuerpo de la mujer, con cuellos de ala, chaquetas de traje, monóculos y sombreros. Un tipo de vestimenta andrógina que hoy en día eclipsa las portadas de todas las revista de moda, independientemente de la condición sexual.
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