Hace unos meses hablamos con las fundadoras de Yuyo Calm para conocer en qué consiste el CBD y qué beneficios nos aportae. Desde junio, su popularidad ha aumentado exponencialmente, sobretodo en Estados Unidos.
El CBD es un cannabidiol, un componente natural del Cannabis que no debemos confundir con el THC, el tetrahidrocannabidiol (el que se utiliza para “colocarte”). Ambas sustancias son totalmente distintas. Aunque se extraen de la misma familia de plantas (el Cannabis), la primera se encuentra en el Cáñamo y la segunda en la Marihuana.
Al contrario que el THC, el CBD no es un psicoactivo, por lo que elimina esa sensación de estar colocado tras consumirlo.
Potencial terapéutico del CBD
En contraposición a su popularidad, los estudios sobre su eficacia con fines terapéuticos son bastante escasos. Sin embargo, la ciencia médica está adoptando nuevas líneas de estudio relacionadas con el Cannabis.
Por ejemplo, los cannabinoides, principios activos del Cannabis, están siendo investigados para su potencial aplicación terapéutica en células tumorales. Cristina Sánchez, encargada de este estudio en la Universidad Complutense de Madrid, está desarrollando este posible tratamiento en tumores cerebrales y mamarios malignos.
Recientemente también se ha demostrado que el CBD posee un considerable potencial para tratar trastornos crónicos, náuseas, epilepsia, psoriasis, endometriosis, neurosis o ansiedad. Estas teorías afirman que el CBD tiene propiedades como antiinflamatorio, analgésico, neuroprotector, antioxidante e inmuno-modulador.
Si quieres adquirir más información sobre el CBD y sus propiedades terapéuticas debes analizar de una forma crítica todas las informaciones que ves en internet, y consultar su rigor científico.
Utilización y aplicaciones del CBD
Hay diferentes formas de usar el CBD. Aunque su consumo no está regulado como medicamento, si no como producto cosmético, en Estados Unidos, la mayoría de los consumidores se lo aplican de forma sublingual, poniendo unas gotitas en la lengua.
En España está regulado su uso tópico, es decir, ponerlo directamente sobre la piel, para combatir enfermedades como la psoriasis. También se consume directamente acompañado de una bebida sin alcohol, como puede ser una infusión.
Por otro lado, vapear el CBD es una tendencia entre los jóvenes que crece a un ritmo alarmante. Este uso del cannabis no tiene ningún fundamento científico y existen dudas sobre su supuesta seguridad. En el vaping, se inhalan una gran cantidad de productos químicos que están presentes en los líquidos vaporizadores. Estos contienen metales pesados, nicotina, THC y formaldehído, que dañan el tejido pulmonar y como consecuencia, puede conllevar al desarrollo de enfermedades respiratorias.
Aunque el CBD está catalogado por la OMS como una sustancia segura que no tiene efectos psicotrópicos y que no genera adicción, se debe utilizar de la forma más pura posible. Un aceite de CBD óptimo únicamente debe contener el extracto de CBD (proveniente de cáñamo orgánico) y un aceite transportador.
Para mantener la pureza, el método de extracción más fiable es el de CO2. Si además, el aceite proviene de agricultura ecológica y está fabricado en Europa contribuyes a que sea más sostenible para el medio ambiente.
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