Más de 25 años dedicada al mundo del misterio, a su historia e investigación. Clara Tahoces, además de una magnífica periodista en este ámbito (Cuarto Milenio, Más Allá de la Ciencia, Milenio 3), ha abordado el misterio también en sus publicaciones. Hablamos con ella de su último libro, El jardín de las brujas, y nos permitimos el lujo de preguntarle acerca de la Encuesta sobre el sueño que realizó durante la cuarentena.
¿Qué diferencia el proceso de investigación de este libro en comparación con tus publicaciones anteriores? ¿Fue más laborioso por el vínculo familiar o justo eso hizo que consiguieras llevar finalmente al papel una historia tan compleja de un periodo tan amplio?
El proceso ha sido muy laborioso. Llevo muchos años documentando este tema. Ten en cuenta que antes no había tanta información sobre los IX duques de Osuna ni sobre El Capricho, y la que había no estaba muy accesible que digamos. El vínculo familiar pesó un poco, pero no fue determinante. Siempre pongo el mismo empeño en hacer las cosas lo mejor posible.
Es increíble cómo un retrato que pasó desapercibido durante años en una casa escondiera tantos misterios. ¿Recomendarías a los lectores que indagaran en sus raíces familiares para descubrir qué historias se esconden en ellas?
Pienso que en cada familia hay historias curiosas, algunas dignas de ser investigadas. A poco que profundices en tu pasado salen esas historias y es una pena que se pierdan en la noche de los tiempos.
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No es solo un jardín, nada más cruzar los tornos de la entrada sabemos que el lugar en el que nos encontramos es especial, y eso se lo debemos a la Duquesa de Osuna y a los trabajos de rehabilitación. ¿Cuál es el elemento que más te llamó la atención la primera vez que visitaste El Capricho? ¿Ha sido el mismo con el paso de los años o ha ido variando? En tu canal de Youtube tienes algunos videos sobre los misterios que nos podemos encontrar.
Todo el jardín es maravilloso. Es imposible quedase solo con un elemento, pero, por algún motivo, la Ermita siempre ha llamado mi atención. De hecho, una parte de la acción del libro se desarrolla en ella. También, no podemos olvidar el Laberinto, el Estanque de los Patos, el Templete de Baco, la Casa de la Vieja, El Casino de Baile con su jabalí… ¡Todo!
¿Cómo fue la relación entre Goya y la Duquesa de Osuna? ¿Con qué cuadro de la colección que le encargó al pintor te quedarías?
La relación fue muy buena. Independientemente de los encargos que le hizo, eran amigos, como queda patente en algunas cartas de Goya a su amigo Martín Zapater. Sobre los cuadros, es que todos son una delicia, pero el retrato que le hizo Goya a la familia es uno de mis favoritos. En él figuran la duquesa, el duque y todos sus hijos, excepto la pequeña Manuela, que aún no había nacido. Para quien quiera verlo, este retrato se conserva actualmente en el Museo Nacional del Prado. En cuanto a los cuadros de la serie “Asuntos de Brujas”, me quedo con El aquelarre, es el más complejo y misterioso. Se puede ver en el Museo Lázaro Galdiano.
Si tuvieras que asistir a uno de esos salones de personas ilustres como los que organizaba la Duquesa pero con personalidades actuales, ¿a quién te gustaría encontrarte?
Me gustaría que hubiera de todo un poco, gente del mundo de la cultura, la ciencia, la literatura, inventores, religiosos… No tengo preferencias, siempre y cuando sean mentes abiertas y comunicativas. Personas de las que aprender.
¿Son necesarios más libros para “rescatar” a esas mujeres fascinantes de las historia que desgraciadamente pasan desapercibidas en los institutos?
La verdad es que durante la fase de documentación, de manera colateral, me he encontrado con historias de mujeres muy interesantes que sí merecerían una biografía completa, pues apenas sabemos nada de ellas. Por ejemplo, la historia de la primera mujer que se sacó una carrera universitaria en España me llamó mucho la atención. Tuvo que luchar contra todo y contra todos solo por el mero hecho de querer aprender.
En pleno confinamiento decidiste crear un estudio para conocer lo que estaban soñando aquellas personas que participaron en la encuesta. ¿Nos puedes adelantar alguna conclusión que hayas logrado extraer o que te haya sorprendido?
La repetición de algunos sueños entre los participantes me ha parecido sorprendente. Muchos soñaban con familiares y seres queridos ya fallecidos hace muchos años, que, de algún modo venían para consolarlos o aconsejarlos.
Antes de que se inventara el cine y las reglas de composición de imágenes, ¿crees que se soñaba distinto? Es decir, que ahora podemos soñar en primeros planos, planos detalle, planos generales… Y quizás antes todo era menos complejo.
No sé cómo serían los sueños antes de eso, pero al final lo que tenemos en los ojos es una cámara de cine que observa escenas. Creo que serían sueños muy parecidos en ese sentido. Seguramente, las temáticas sufrieran variaciones con respecto al mundo moderno, pero las imágenes creo que podrían ser muy similares. Igual de potentes.
Los enigmas de El Capricho, el lenguaje onírico, la grafología… ¿Dirías que los símbolos y sus interpretaciones son el nexo de unión de tus publicaciones?
Es muy posible porque el tema me interesa mucho, pero el nexo más evidente en mis obras es el misterio en todas sus manifestaciones, ya sea de la mente humana o de otro tipo.
¿Qué proyectos futuros tienes en mente? ¿Podremos asistir a alguna firma de El jardín de las brujas próximamente?
Las firmas con la situación actual de pandemia no creo que sean viables. De momento, estoy haciendo cosas online, que es lo que toca.
Haciendo alusión al nombre de nuestra revista, ¿más de cultura y menos de qué?
Menos postureo ante la vida. Parece que vivimos en una realidad virtual que, en cuanto tiras del hilo, se desvanece. Un poco más de profundidad en las actitudes y las situaciones que vivimos estaría bien.
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