En uno de los portones de la Parroquia de San Sebastián, en el casco antiguo de Madrid, comienza nuestro tour por el Madrid más misterioso. Así, Álvaro Martín Pérez nos lleva a descubrir los secretos oscuros de la capital. Historias de fantasmas, leyendas, venganza… Descubrimos así que hay que tener cuidado al montarse en el penúltimo vagón de la línea 1 de metro o que en lo que es ahora el  un cóctel con el que también se puede aprender historia. Es la propuesta de Rutas Misteriosas, que ofrece visitas guiadas al aire libre por los escenarios de estas historias en varias zonas de España.

Charlamos con Álvaro, que además de ser guía en las rutas de Madrid, recopila toda la documentación que ha ido almacenando en su libro Enigmas y misterios de Madrid. Descubrimos el misterio de la ciudad a través de Más de Cultura.

¿Dónde nace Madrid Misterioso? 

La idea de Madrid misterioso, que luego se dividió en varios proyectos, surge por el gusto que tiene uno de pasear por Madrid. Paseando por la ciudad me di cuenta de que tiene un montón de lugares que aunque al pasar por delante nos fijamos, realmente no conocemos la historia oculta. Lo que hay detrás de una estatua o de una calle es lo que a mi me interesa.

Pasando por otras ciudades como Toledo o Córdoba uno se da cuenda de que tienen muchas historias que son muy populares, pero Madrid se resistía. Me puse el desafío de buscar los enigmas de mi ciudad a ver si era verdad que teníamos algo que envidiar y me di cuenta de que no, de que tenemos un montón de historia, de riqueza.

Tradiciones que han pasado a veces casi de boca a oreja y que han llegado a nuestros días un poco distorsionadas. Se pone uno a investigar y se da cuenta de que si, que hay historias de misterio, leyendas populares que se han contado mucho en Madrid. Después surgió la idea de convertir eso en dos cosas: Una serie de paseos que hacemos por Madrid con la agencia de Rutas Misteriosas y, por otra parte, compilarlo en un libro, para que quedara constancia de que esto ha pasado en Madrid y para que no se perdiesen las investigaciones que realicé para preparar esas rutas. Digamos que como carambola surgió más tarde el programa de radio que hago en Onda Madrid que también se llama Madrid Misterioso.

Imagino que lo más difícil es determinar qué es leyenda y qué podría haber ocurrido de verdad ¿no?

Sí, cuando contamos estas historias, además, hay que especificar bien cuando estás contando una leyenda de lo que sabemos que es una historia «basada en hechos reales». Cuando contamos una leyenda con estos términos hay que dejar bien claro que algo pasó en aquel lugar pero que la historia no especifica hasta dónde llega la realidad y hasta dónde llega lo fantástico. Aunque a veces lo intuimos, es difícil.

Uno intenta tirar de hemeroteca acudiendo a diarios como el ABC, que tiene una buena hemeroteca, la biblioteca nacional de España… Pero si contamos una historia de, por ejemplo, el Madrid Medieval, esa historia casi seguro que no va a estar plasmada en ningún documento. Sino que se ha ido contando de generación en generación hasta el día de hoy. Por eso ha podido llegar distorsionada.

Por eso es muy importante que los que trabajamos en este sector podamos indicar lo que es una leyenda. Yo hay veces que he contado historias en las rutas diciendo cuándo es una leyenda y pasadas las semanas, cuando hay testimonios que me lo confirman, paso a decir que ya es más que una leyenda.

Vienes de la rama del periodismo y de repente te pones en la piel del maestro de ceremonias. Para esto ¿Ayuda el feedback de la gente? 

Hay una interacción con la gente que viene. No soy la misma persona que cuando empecé hace ya unos tres años. Primero de forma un poco amateur y después ya con mi agencia de Rutas Misteriosas. No soy la misma persona ni el mismo profesional.

Intento mejorar ruta tras ruta y ver dónde puedo parar mejor para que la gente esté más cómoda, qué historias gustan más y cambiar las que dejan un poco indiferentes, la forma o el enfoque de contarlo… y todo eso se va ganando con la práctica, trabajando sobre el terreno.

¿Has tenido algún conflicto con algún escéptico? 

Viene gente de todo tipo, aunque normalmente es lógico que si vas a una ruta de misterio es porque tienes alguna curiosidad y esa curiosidad te hace abrir una pequeña ventanita, pero yo muchas veces digo que no obligo a nadie a creer en lo sobrenatural.

Yo, por ejemplo, tengo muchos indicios y pruebas en mi entorno más cercano y he tenido mis propias experiencias pero hay gente que no ha tenido ninguna y que le parece que esto no es cierto.

Yo cuento las historias como se han contado tradicionalmente, encontrando el documento más antiguo. Pero la persona ya tiene que creer hasta dónde acepta y hasta dónde no. Pero nunca hay problemas. La gente que viene a las visitas suele ser gente que, al margen de ser más creyentes o menos, vienen a pasárselo bien y a escuchar historias.

¿Hay algo que te gustaría implementar en las próximas visitas? 

Me gustaría poder acceder a algunos sitios de Madrid que se me resisten, que son difíciles. Poder llevar a grupos a algunos lugares por los que ahora mismo solamente pasamos a pie de calle. Esto tiene la complicación por las precauciones que estamos teniendo de cara, por ejemplo, a si entras a un edificio, mantener la distancia de seguridad. En todo momento tener mascarillas y demás, pero sí es algo que me gustaría. Pasar de las rutas callejeras a poder visitar algunos espacios de los que he hablado.

Hay algunos candidatos, pero es una cosa que no hemos implementado todavía. Tenemos alguna ruta en interior como en El museo de Cera pero igual que eso me gustaría hacerla en algún otro edificio más.

Como aficionado del género ¿Alguna recomendación para los que quieran descubrir el mundo del misterio? 

Tengo un par de libros que son de cabecera en el mundo del misterio, que para mí son imprescindibles. Uno Enigmas sin resolver de Iker Jiménez. Ese libro creo que todo el mundo debería leerlo para ver cómo es el mundo del misterio y cómo es la vida de un investigador. Tiene parte 1 y parte 2.

De Javier Sierra os recomendaría cualquiera pero, por decir alguno un poco más moderno, El maestro del Prado es un libro que aquí en Madrid hizo mucho bien para que la gente a la que no le interesaba mucho la pintura se acercara al museo del Prado.

Para acercarse al museo e interesarse por las pinturas que, a lo mejor, no nos han sabido contar de la manera adecuada. Así que en ese sentido, en clave de novela, nos hace acercarnos mucho al mundo del arte y eso siempre va a ser bueno.

Si pudieras viajar al pasado ¿Con qué personaje te gustaría hablar o a qué época te gustaría ir? 

Muy buena pregunta. Lo he pensado muchísimo. La idea de viajar en el tiempo surge mucho cuando uno hace programas de misterio. Me gustaría abrir una puerta tipo El ministerio del tiempo y presentarme en el Madrid del siglo XVI y darme una buena vuelta y preguntar a más de un personaje insigne.

Pero además me gustaría meterme en el mentidero, que es donde se forjaban muchas de las historias de misterio que yo cuento. Concretamente el mentidero que estaba situado en las gradas del Monasterio de San Felipe que estaba en la Puerta del Sol. Y ahí la gente al salir de misa se ponía a comentar las noticias que había o los rumores, las historias de fantasmas que iban surgiendo.

Casa de las siete chimeneas

Casa de las siete chimeneas

Yo ahí con mi vena periodista intentaría ir tirando del hilo y sacar qué historias están contando. Sobre todo una muy concreta que es la historia de la Casa de las siete chimeneas donde aparece una dama vestida de blanco cuando se hace de noche y tiene que ver con una historia que se cuenta aquí dentro como leyenda. Sobre una muerte trágica que hubo dentro de esa casa. Una venganza, una historia que tiene todos los ingredientes novelescos y me gustaría ir a esa época y ver qué hay de realidad.

Luego volvería a la ruta y os lo contaría a todos (risas). Pero me gustaría por mi propia curiosidad saber qué pasó realmente allí.

¿Más de Cultura y menos de qué?

De política. Y menos cotilleos.