Fotografía: Alejandro del Estal.
A saber si, el que nos lea, se ha levantado algún día pensando en si es la misma persona con la que soñaba ser a sus 20 años. Lo de la forma de amar es incluso más compleja. «La medida exacta del universo» le ofrece al espectador un paseo por esas preguntas en formato teatro. La obra llega el próximo 3 de noviembre al Teatro Lara de Madrid después de que su paso por Nave 73 se viese interrumpido por la pandemia. Su director, Juan Jiménez Estepa, nos desvela los detalles de esta puesta en escena.
Las propias preguntas con las que arranca la sinopsis de la obra son las mismas que se podría hacer un creador cuando se enfrenta a su obra ¿De dónde parte este proyecto?
Parte de hacerme justamente esas preguntas a mi mismo. De llegar a tener más de 40 años y plantearme contar una historia de personajes que tengan esa edad y que vivan la situación a la que yo también me estaba enfrentando. Dudar entre mantenerme en un trabajo vocacional o dirigir mis pasos hacia otro. Surgió de ese mismo conflicto.
El concepto de la renuncia desde el optimismo, ¿Es también la realidad de un dramaturgo?
Sí, por supuesto. Y es hacerlo desde un punto de vista lo más optimista posible para poder saber que, consigas o no aquello que te propones, siempre va a implicar una renuncia, pequeña o grande, realmente.
¿Cómo ha crecido «La medida exacta del universo» desde esa Nave 73 hasta ahora?
Siento que hay una evolución en la manera de encarar los personajes. Creo que una función se acaba de hacer cuando toma contacto con el público y ese contacto se estaba haciendo en Nave 73 y fue interrumpido por la pandemia.
Yo creo que este periodo de descanso nos ha servido para reflexionar sobre la función y hacer que los personajes maduren hacia lo que realmente necesitaban y les faltaba en las primeras funciones.
Con dos de los actores ya habías trabajado pero con Carlos Guerrero y Teresa Mencía era la primera obra. Después de esas primeras funciones ¿Cómo ha sido para ti el proceso de incluirlos en tu trabajo?
Son dos actores que en seguida se acostumbraron a la manera de trabajar del equipo y que entendieron muy bien la obra desde el principio.
También he de decir que esos cambios vienen más por la maduración de un proceso que realmente por el adaptarse a una manera de trabajar. Yo creo que siempre entendieron muy bien la obra y que desde el principio captaron muy bien lo que quería contar.
¿Algún momento de la obra para no pasar por alto?
Me cuesta hablar del momento sin desvelar, porque es justo el final de la función. Es el momento que siempre que veo la función me emociona. Es un momento en el que tomas conciencia de cómo a veces las decisiones que se toman en el pasado influyen en tu presente y en tu manera de afrontar la vida. Siempre me emociona.
¿Más de Cultura y menos de qué?
Y menos de fútbol. Es lo primero que me ha venido a la cabeza.
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