Ignario Uriarte es un artista cuya formación está vinculada a la Administración de Empresas. Uniendo dos mundos, en apariencia completamente dispares, Uriarte descubre un enorme potencial que da lugar a dibujos, esculturas, incluso planteamientos sonoros.
Apasionado del minimalismo y descubridor innato de los pequeños detalles, ha observado con detenimiento cuánto de arte se puede encontrar en una mesa de trabajo de oficina. Comenzando por la suya que finalmente optó por abandonar para dedicarse a la creación.
Bolígrafos, clips, hojas de bloc toman posición en el escritorio creando ciertas figuras, ciertas estructuras ordenadas y monótonas, que son ni más ni menos que la respuesta a la repetición de nuestro día a día, la monotonía y la rutina diaria de un oficinista cualquiera.
Dice Ignacio Uriarte que lo suyo, en el mundo del arte, ha sido una dedicación tardía y que siempre pensó que para ser artista uno debía tener cualidades innatas. Sin embargo su ánimo de introspección en la realidad descubrió en él una excelente capacidad para la creación conceptual.
La economía de medios que aprendió en su formación académica sobre el mundo empresarial es otro de los aspectos que definen su obra, Uriarte considera que es a partir de la escasez de medios cuando surgen las mejores ideas. De este modo encuentra en el minismalismo el lugar desde el que realiza su trabajo y los objetos que tiene más a mano se convierten en los elementos artísticos que lo componen. Uriarte dice que su inicio en el arte surgió arrancando hojas de un bloc que estaban escritas y donde descubrió cierta cadencia que desembocó en un concepto artístico.
Encontramos en su obra delicadas y perfectas repeticiones geométricas realizadas con cierta precisión obsesiva y que le otorgan el valor que pretende transmitir: tomar conciencia de nuestra rutina vital a partir de una introspección en lo cotidiano.
Ahora además de escultura y dibujo, introduce elementos sonoros que tienen que ver con el ritmo -del teclado de varias máquinas de escribir diferentes- llegando a responder a una partitura. Y también le está encontrando el gusto a las instalaciones: como recubrir con pliegos de papel una pared entera y dibujar la sombra que proyectan.
Si les apetece descubrir lo que este artista denomina «arte de oficina» no lo duden, les encantará.
Ignacio Uriarte. “X, Y, Z”
MUSEO ABC. c/ Amaniel, 29-31. Madrid
Hasta el 17 de marzo de 2019
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