¿Como un pequeño pueblo de menos de 300 habitantes consigue convertirse en un referente del arte urbano mundial? Fanzara, un pueblo de la provincia de Castellón, puede presumir de ser un lienzo viviente. Sus calles y edificios son el escenario del Museo Inacabado de Arte Urbano (MIAU), una exposición de arte atípica que ha posicionado este recóndito lugar en el mapa de arte urbano.
Qué es MIAU
Aunque su sigla te haga pensar automáticamente en un gato, MIAU es como se conoce al museo inacabado de arte urbano de Fanzara. Como su nombre indica, el museo está en continua transformación ya que las obras cambian constantemente. El Museo Inacabado de Arte Urbano (MIAU) es un proyecto en evolución y crecimiento, que nació con la pretensión de ser un movimiento social que fomentase la convivencia entre los vecinos del pequeño pueblo de Fanzara. El proyecto se convirtió rápidamente en una experiencia colectiva de convivencia, colaboración e intercambio recíproco de aprendizaje entre artistas, vecinos, voluntarios y organizadores, todo a través del arte urbano.
El origen del museo es curioso. En 2005 se planteó instalar un vertedero en la zona de Fanzara y el asunto cabreó a muchos vecinos. Para solventar el conflicto, dos vecinos de Fanzara, Javier López y Rafa Gascó, decidieron que el arte era la mejor solución para evitar las tensiones en el pueblo. Así nació este proyecto echo para todos donde el arte urbano llegaba al mundo rural. Los buenos resultados están a la vista. En las calles de Fanzara hay más de 150 intervenciones artísticas, testimonio del trabajo de más 70 artistas.
Un museo siempre en transformación
En el museo se pueden observar diferentes disciplinas artísticas, grafitties, collages, esculturas… Todo está integrado a las construcciones del pueblo. La idea es que al pasear por Fanzara te sientas dentro de un museo gigante. La magia del lugar es que mientras tú estás observando algún cuadro de la altura de un edificio, los vecinos están sentados a la fresca viendo como esas paredes atraen a turistas y curiosos de pueblos cercanos.
El MIAU deja claro que el arte no solo pertenece a los museos y que puede formar parte de la vida diaria de las personas. Rompe así con la diferencia ciudad-pueblo, el elitismo cultural que puede haber en algún museo debido a la lejanía y al precio de las entradas y demuestra que el arte pertenece a la gente y a la calle. Además, el espíritu de solidaridad y convivencia entre artistas y vecinos –seña de identidad del MIAU-, es lo que ha originado que este singular museo goce de un reconocimiento mundial en el ámbito especializado del arte urbano y sea uno de los más visitados de Europa. Quien sabe si en alguna de las siguientes ediciones podremos disfrutar de obras de artistas conocidos para nosotras como Okuda o Boa Mistura.
Si te apetece hacer una escapada rápida de fin de semana, atrévete a conocer este curioso pueblo de Castellón y cuéntanos qué obras han sido tus favoritas.
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