Federico García Lorca es un asiduo en Nueva York. A partir del próximo 14 de junio y durante un mes, su imagen estará presente en una exposición organizada por el Instituto Cervantes. En esta ocasión la mano artística es la del pintor Enrique Ochoa. Contemporáneo del poeta y amigo personal, su trayectoria profesional comenzó de un modo muy académico para después volar por sí mismo y llevar a cabo planteamientos vanguardistas y muy novedosos.

Ochoa tuvo una vida intensa donde los viajes, la muerte, el exilio y su vocación artística son, quizá, los elementos que la caracterizaron y promovieron una evolución natural que culminó en su retiro voluntario a la Cartuja de Valldemosa en Palma de Mallorca. Allí maduró su etapa más vanguardista a la que denominó «Plástica Musical». Una propuesta original y evocadora que nos descubre a un artista ecléctico de enorme mundo interior. No hay más que ver su «Pájaro de fuego», inspirado en la famosa suite de Strawinsky.

Enrique Ochoa. Representación pictórica de la famosa suite de Strawinsky

El pájaro de fuego

Pero ahora, en Nueva York, la exposición es la que el pintor dedicó al Romancero Gitano. Ochoa, inspirado por el poeta, amante de la música y el ritmo, realizó en 1950 una serie de murales basados en el universo lorquiano que serán los que podrán disfrutarse en la capital americana. Gitanas, Andalucía, mundo taurino, música…llenarán las paredes del Instituto Cervantes neoyorquino. Si están allí o tienen pensado ir en breve, se lo recomendamos vivamente.

Y Lorca, ¿cómo definía a Enrique Ochoa?. Lo hacía así:

“Anunciaciones lunares y arcángeles transparentes, negro pelo verdoso de mujeres andaluzas. Música de canciones con el ritmo de cadmio claro. Amarillo limón, violeta pálido. ¿Pintor? ¿Músico? ¿Poeta? CREADOR”.

Enrique Ochoa

Torero

La Palabra Pintada. Enrique Ochoa.
Del 14 de junio al 8 de julio 2018
Instituto Cervantes de Nueva York
211 E 49th St, New York, NY 10017, EE. UU.
http://nyork.cervantes.es