Hoy en día este artículo puede parecernos ciencia ficción o algo que nos ha colado El mundo today, pero la verdad es que esta historia es tan real como la vida misma.
Retrocedamos unos años atrás en el tiempo a una época en la que el NO-DO no era lo único que censuraba. El diseño de los carteles también se vio afectado durante las cuatro décadas que duró el franquismo. Todos esos años dieron para mucho, y Bienvenido Llopis se ha servido de esta mina de material para escribir La censura franquista en el cartel de cine. En él, relata de forma detallada el trabajo de esos censores que corregían los “excesos” de estas piezas promocionales.
Como si de repente nos trasladáramos a Cinema Paradiso, sabemos que hubo dos tipos de censura, la oficial, del propio estado, y la de las autoridades eclesiásticas. Ambos tenían en común su obsesión con tapar chicha y denunciar actos “impúdicos”. Un ejemplo muy explícito es el de la vestimenta de las actrices. Más bien el de la falta de ella, según los censores.
La censura franquista no sólo afectaba al tema sexual, también hubo grandes estrellas como Charles Chaplin o Errol Flynn que fueron vetados por sus tendencias políticas afines a la República. Curioso cuanto menos que a los hombres se les vetara por su intelecto y a las mujeres por su cuerpo. Bueno, igual también tiene que ver la otra barrera a la que estaban sometidas las mujeres dentro de la industria, la del acceso a posiciones de poder.
La tijera de la censura también pasó por el negativo de las películas. La escena del apuñalamiento en la bañera de Psicosis se censuró y el desnudo quedó para la imaginación. Otras ni se pudieron proyectar, como Viridriana y su famoso “trío sexual”.
*Foto de portada: Postal promocional de los años 50 de Sophia Loren en dos versiones, una original y otra retocada para su comercialización en España.
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